LÍRIOS

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La muchacha se quedó pasmada mirando el pergamino, el muchacho seguía recogiendo sus pertenencias, ella lo observó

-¡Eres un verdadero idiota!- se molestó, el muchacho le miró extrañado y se puso de pie, la joven sacó de su propia mochila el ramillete de orquídeas y las notas y las colocó violentamente sobre el pergamino del muchacho, éste solo miró la acción de la muchacha inexpresivo -¿Me vas a decir ahora que no eres tú quien esta haciendo estas tonterías?, atrévete a negarlo, ¡anda!-

-¿Te parece que son tonterías?- cuestionó el rubio sonriendo y tocándose el pecho burlonamente como si las palabras de la chica lo hubieran herido

-No estoy jugando, fuiste tú quien lo hizo, no lo niegues- exigió

-No lo estoy negando- replicó el rubio en tono indiferente con una risa burlona

-¿Qué pretendes?, si es una broma, no me parece graciosa- se cruzó de brazos

-¿Realmente quieres saberlo?- cuestionó acercándose a ella, la chica bajó los brazos y comenzó a sentir nervios al notar la cercanía de la serpiente

-Si... dímelo- hablo con voz temblorosa y se reclinó sobre la mesa del pupitre ya que él cada vez se acercaba más

-¿Segura?- susurró y la leona sintió el aliento del muchacho chocar contra su cara de tan cerca que estaba, ella asintió mirando sus centellantes ojos grises sin poder hacen un solo movimiento, su corazón y respiración estaban vueltos locos, el chico colocó sus manos sobre el pupitre a los costados de Hermione, apartó su rostro del de ella y comenzó a oler su cabello, acarició los brazos de la castaña recorriéndolos de arriba a abajo, ella cerró sus ojos, quería apartarlo pero algo ajeno a su voluntad se lo impedía

-Malfoy... ¿Qué haces?- musitó, el jóven no respondió, bajó al cuello de ella y comenzó a besarlo, la jóven estaba disfrutando, se mordió el labio inferior sin poder hacer nada para interrumpir ese delicioso juego, no entendía porqué no podía hacer nada para detener aquello pero no quería que Draco parara, gozaba sintiendo el calor de la respiración del chico, de pronto escuchó la puerta abrirse y entonces salió del trance, observó a la profesora Mcgonagall entrar al aula, el blonde se encontraba a cinco pasos de ella, fue entonces que se percató de la situación, Draco estaba jugando con su mente, éste sonrió mirándola mientras la leona lo observaba muy confundida con la boca entreabierta y la respiración acelerada

-¿Terminaron?- cuestionó la mujer que al parecer no se había dado cuenta de nada

-Si, aquí tiene- habló él acercandose a ella y entregándole el pergamino, la maestra, se encaminó al otro lado del escritorio para tomar asiento y acomodar algunos papeles, el Slytherin regresó por su mochila a su lugar y miró a la jóven que permanecía ahí asimilando lo acontecido -Digamos que me lo debías, dos pueden jugar el mismo juego, lastima que nos interrumpieron antes de que te vinieras- susurró y se colgó la mochila, luego cortó distancia hasta la puerta, ella lo observó con el ceño fruncido claramente molesta

-Señorita Granger, ¿Entregará el pergamino?- ella salió de su ensimismamiento y suspiró intentando liberar el enojo y la excitación que el muchacho le había dejado, tomó su mochila y observó que las notas y las flores ya no estaban sobre el pupitre de Draco, entregó a Mcgonagall el trabajo y salió

Al día siguiente, luego del desayuno, Hermione volvió a la sala común, ya que había olvidado un par de cosas que necesitaba, al llegar, algunas chicas de Gryffindor cuchicheaban entre ellas y se reían por lo bajo, la muchacha notó que hacían esto mirándola pero prefirió ignorarlas, de pronto su amiga pelirroja bajó las escaleras que conducían a los dormitorios

-Ahí estás, te había estado buscando, ven quiero mostrarte algo- la tomó del brazo antes de que la castaña pudiera negarse, se acercó a una mesa junto a la chimenea y vieron que sobre ésta había un ramo de flores, una rosa roja, un ramillete de acacias, un clavel, una gerbera, un ramillete de orquídeas y ahora uno de lirios rojos, la castaña sintió un escalofrío recorrer su espalda - Lavender y Parvati lo encontraron en la puerta de entrada, me dijeron que era para ti y lo confirmé al ver tu nombre escrito en ésta nota- la sacó de su bolsillo y se la extendió, ella con manos temblorosas leyó

POSESIVOS (DRAMIONE) (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora