Capítulo 1

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Me seco el sudor de la frente cuando Xavi nos pega un grito para dar por finalizado el entrenamiento de hoy, yo resoplo cansado y me tumbo boca arriba sobre el césped con los ojos cerrados.

Falta poco para iniciar la temporada y estos días nos están metiendo más caña que de normal, así que últimamente siempre acabamos todos por los suelos.

Con los ojos aun cerrados noto una sombra sobre mí, así que abro un ojo y veo la cara de Gavi sobre mí.

-Uy, que carita- vuelvo a cerrar el ojo y sonrío- ¿Qué quieres?

-¿Yo? Naada, ayudar a levantarte- abro los ojos y veo como me ofrece una mano, le miro con las cejas enarcadas.

-Gavi...- él resopla y aparta la mano.

-Vaale- me mira con los labios apretados- Es que necesito tu coche.

-Ah no, eso no- me levanto del césped y empiezo a caminar hacia vestuarios- Eso no, que la última vez que te presté el coche me llamaste desde el móvil de un policía.

-Pero eso fue tu culpa por no llenar el tanque de gasolina- me sigue- Venga Pedri, porfavor.

-Que no Pablo, que no- abro la puerta de los vestuarios y camino hacia mí sitio, que desafortunadamente está al lado del suyo.

-Vamos Pedri, porfa- me mira con un puchero bastante fingido.

-¿Para qué lo necesitas? Si vamos al mismo sitio- le miro.

-Pues porque tengo que ir a recoger a una chica y sino no me da tiempo- junta las manos como si me estuviera rezando.

-No sé tío, ¿y como vuelvo yo a casa?

-Pues andando- me responde obvio.

-Sii, con el dolor de pies que tengo.

-Pues en bus- me mira- Venga Pedri porfavor, te prometo que te hago la cama durante un mes.

Le miro con los ojos abiertos.

-Y friegas los platos, que siempre me toca a mí- me mira con cara de asco—algo normal en él— y asiente con la cabeza.

-Esta bien- me ofrece la mano para sellar nuestro pacto con un apretón- Venga dame las llaves.

-Tranquilo, mucha prisa tienes tú hoy- me levanto y voy hacia mí taquilla- ¿Te gusta tanto esa chica?

-No me toques los huevos anda, plátano- sonrío y saco la llave de la taquilla para entregársela.

-Como le hagas un solo raspazo te falta Barcelona para correr, enano- asiente rápidamente con la cabeza y coge las llaves para salir corriendo hacia fuera del vestuario- Pero que no te has cambiado.

Ya es demasiado tarde, ya se ha ido.

-Este tío cada vez es más raro- me vuelvo hacia mí taquilla para coger mi ropa y una toalla y dirigirme hacia las duchas.

Unos 20 minutos después vuelvo a salir ya vestido y listo para irme a casa, pero ahí vuelvo a recordar que tengo que ir andando.

Puto Gavi.

Podría ir en autobús pero sería muy agobiante la verdad, no es por hacerme el chulo pero la cantidad de gente que me reconoce por la calle llega a tales niveles que me asustan y me enorgullecen al mismo tiempo.

Salgo del vestuario, no sin antes despedirme de todos lo que aún están ahí, y camino hacia la salida de la Ciutat Esportiva, que es domde entrenamos.

Creo que es la primera vez que salgo de aquí andando.

Como no, a la salida hay decenas de personas con móviles, camisetas y rotuladores en las manos esperando a que algún jugador se pare a firmar o a hacerse fotos, yo intento siempre parar con los seguidores, pero hay momentos en los que me resulta imposible.

Todos se acercan corriendo hacia mí con los móviles en alto y empiezan a pedirme firmas y fotos, yo atiendo a todos los que puedo pero cada vez veo que se acerca más gente así que llega un momento en el que paro y les digo que me tengo que ir, sino voy a estar ahí hasta mañana.

Me pongo la capucha y camino calle abajo en dirección a mi casa, noto como algunas personas de las que estaban allí empiezan a seguirme pero al poco tiempo aparece un coche de algún jugador y estos pierden la atención en mí.

Yo, agradecido, camino algo más rápido para poder llegar rápidamente a algún cruce y perderlos de vista.

Llego hasta un semáforo, me paro para mirar hacia atrás y veo que no hay nadie, menos mal.

Me relajo un poco y espero a que el semáforo cambie de color, cuando lo hace cruzo y camino por las calles en dirección a mi casa.

Hay unos 20 minutos hasta mi casa así que aún me queda bastante trayecto, espero por lo menos que la "cita" de Gavi este yendo bien.

Camino distraido por las calles hasta que llego a un pequeño parque que hay, siempre que paso para ir a lo entrenos veo a niños jugando en él. Hoy es un poco tarde así que casi no hay nadie, solo unos ancianos paseando, un señor sentado en un banco y una chica haciendo posturas muy extrañas.

¿Qué cojones?

Me fijo en la chica, está delante de un árbol mientras hace unas posturas de lo más raras.

Frunzo el ceño y me acerco un poco más a ella, la verdad es que al ser ya de noche no veo un pimiento. Pero de repente veo una pequeña luz salir de un objeto en su mano hasta impactar contra el árbol.

Ahh, le está sacando fotos. Ya decía yo que estaba loca.

Me quedo embobado mirándola mientras se coloca de mil formas para hacerle fotos al dichoso árbol, en un momento me fijo más en ella, es una chica morena, con el pelo corto, gafas y bastante bajita. Lleva un jersey verde, una cámara colgada del cuello y otra en la mano, la cual está usando para retratar el árbol.

Cada tres segundos se recoloca las gafas y se lleva un mechón de pelo detrás de la oreja, por lo que veo es una chica bastante hiperactiva.

No sé porque pero me quedo mucho más rato de lo normal observándola, cualquiera que me viera desde fuera podría pensar que soy un psicópata, pero la verdad es que es como una especie de magnetismo.

En cualquier otro momento hubiera apartado la mirada y seguido con mi camino hasta casa, pero esta vez no, esta vez mi cerebro no hizo eso. Hizo algo mucho peor.

-Menos mal que el árbol está quieto- digo en voz alta.

La chica despierta de su trance y pega un salto que hace que la cámara que tenía entre sus manos acabe en el suelo.

Bien Pedri, muy buena forma de empezar una conversación con alguien, sigue así.


Espero que os guste 💙❤️











Imagen de amor || Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora