Capítulo 4

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Echo una ojeada hacia el espejo retrovisor con cierto nerviosismo, estoy llegando a un bar de aquí cerca del Camp Nou, donde quedé con la chica de la cámara.

Me gustaría decir que me da completamente igual pero estaría mintiendo, la verdad es que estoy bastante nervioso.

Hace unos días me llamó para quedar y le diera su dinero, y después de unos días que se me han hecho infinitos...aquí estoy, llegando a ver a la chica que no puedo sacar de la cabeza desde hace una semana.

Antes de salir de casa estuve hablando con Gavi, que también me ayudó a saber que ropa ponerme, y me aconsejó que estuviera tranquilo y no pareciera un desesperado, cosa que daría bastante pena.

Aparco delante del bar y respiro ondo antes de bajar del coche para dirigirme hacia la entrada. 

Entro dentro del local y casi al momento noto como la mayoría de la gente que hay dentro se giran hacia mí con muy poco disimulo, supongo que esto es un precio que hay que pagar por jugar en el primer equipo del Barça.

Busco entre la gente a la chica con la que he quedado pero no la veo, aún no ha llegado. Mejor, así tengo más tiempo para prepararme mentalmente.

Camino hacia una mesa medio alejada de las demás intentando pasar desapercibido, cosa bastante complicada ahora que todo el mundo me ha visto entrar.

Saco el móvil y me dirijo hacia el chat de mi mejor amigo para que me de algún ánimo.

Pedri: Acabo de llegar al bar, ella aún no está aquí

Casi al instante veo los dos palitos azules y recibo su respuesta.

Gavito: Estará al llegar, tú tranqui

Pedri: Espero que sí porque me está mirando absolutamente toda la gente que hay en este puñetero bar, me siento acosado

Gavito: Jajajajajja

Gavito: Si necesitas algo llámame anda.

Apago el móvil tras ver ese mensaje de apoyo de mí amigo al ver que se acerca el camarero para tomarme nota, tras pedir un agua se aleja hacia la barra, desde donde me echaba miradas de reojo de vez en cuando.

En ese momento veo como se abre la puerta y entra la chica a la que estoy esperando, está igual que la imagen mental que tenía de ella desde el otro día.

Los ojos verdes, el pelo recogido en un moño bastante deshecho y unas pequeñas motitas alrededor de la nariz.

Lo único que cambia es la ropa, que no es la misma que el otro día, aunque está igual de mona que el otro día.

Veo que mira a su alrededor intentando encontrarme, y yo levanto la mano para facilitarle el trabajo.

En cuanto me ve se acerca y se sienta delante de mí.

-Hola- le digo a lo que ella responde con una pequeña sonrisa incómoda.

Pero no le da tiempo a decir nada más porque aparece de nuevo el camarero para tomarle nota a ella.

-¿Qué tal?- le pregunto cuando ya tiene su botella de agua delante suya en un triste intento de buscar conversación.

-Bien, ¿y tú?

-Bien- sonrío, vale esto está siendo bastante triste.

-Bueno, no quiero ser borde pero he venido a por el dinero y eso- me dice medio nerviosa.

-Si si claro- meto la mano en el bolsillo y saco la cartera- ¿Cuanto te tengo que dar?

-75€- veo como se sonroja un poco- Si quieres te digo el modelo y la buscas para que veas que...

-No hace falta- saco 100€ de la cartera y se los pongo delante de ella- Me fío de tí.

-Pero...aquí hay de más- dice mientras cuenta y me mira con el ceño ligeramente fruncido.

-Lo sé, es por las molestias- veo como sus mejillas se ponen aún más rojas, parece que no le gusta hablar de este tema.

-No hay ninguna molestia- me devuelve lo que sobra y guarda los 75, veo que está más seria.

-Perdona si te ha parecido mal, solo quería ser amabl...

-Pues no necesito tu amabilidad- me mira y yo trago saliva y asiento con la cabeza, ya he terminado de joderlo.

-Está bien, lo siento- me levanto de mi sitio cogiendo el dinero y yendo hacia la salida, dejando un billete de 5 sobre la barra antes de salir por la puerta.

En cuanto estoy fuera respiro profundamente y me paso una mano por la cara.

Bueno, ha ido genial.

Camino hacia mi coche con intención de irme a mi casa a pensar en lo imbécil que soy.

-Espera- escucho una voz detrás mia y me giro, ella está delante de mí- Perdona, he sido una borde.

-No, perdona tú de verdad, no quería ofenderte ni nada, simplemente...

-Ya, lo sé, tranquilo- me sonríe, ahora de forma sincera, y yo le devuelvo la sonrisa- ¿Cómo te llamas?

-Pedro, aunque todo el mundo me llama Pedri.

-¿Entonces como te llamo?

Mientras me llames como si me llamas Manuel.

-Como tú prefieras- sonrío- ¿Y tú? A ver déjame adivinar.

Levanta las cejas con curiosidad.

-Adelante.

-Tienes cara de... Lucía.

Se ríe.

-No te has ni acercado, empieza por G.

-¿G?- la miro pensando en algún nombre que empiece por esa letra- ¿Gema?

Niega con la cabeza.

-Me rindo.

-Gala- no había conocido a nadie con ese nombre, me gusta- Veo que se te da bien esto, eh.

-A que sí- ambos nos reímos.

-De locos.

Y nos quedamos en silencio, mirándonos. Hasta que ella habla.

-Bueno, ha sido un placer, Pedri- sonrío.

-Igualmente, Gala- ella sonríe de vuelta.

-Espero volver a verte- me mira.

-Y yo a tí- le devuelvo la mirada.

Otra vez silencio.

Venga, pídele el número, lo estás deseando.

-Adiós- me dice.

Dale dale.

-Adiós- sonríe por última vez y se gira. Y se va.

Eres gilipollas.

No me digas.

Me meto en el coche con una sensación de estupidez infinita y me quedo mirando el volante unos segundos.

Soy imbécil.

Enciendo el coche y arranco para conducir hasta casa con un humor de mierda.

He tenido la oportunidad, pero me he cagado y la he desaprovechado.

Después de mucho tiempo aquí estoy, me ha vuelto la inspiración para esta historia, así que espero no tardar tanto en volver a publicar. Gracias por seguir apoyando ❤️💙



Imagen de amor || Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora