T H R E E

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Jungkook le había dicho la verdad a Seokjin: habían pasado años desde que alguien lo había abrazado. Recordaba haber sido abrazado cuando era niño, pero a medida que creció, su familia comenzó a darle espacio, como era costumbre. En casa, el abrazo se consideraba una invasión de la privacidad de uno, ya que el contacto físico aumentaba las posibilidades de transferencia telepática.

Jungkook debe haber olvidado lo bien que se sintió, porque rápidamente se convirtió en la cosa favorita de Jungkook en el mundo. Estaba un poco avergonzado por lo mucho que lo quería, pero a Seokjin no parecía importarle que Jungkook estuviera constantemente en todo su espacio personal, deseando ser abrazado y sostenido. Al principio, abrazar había sido solo un sustituto de la evidente ausencia de sus vínculos telepáticos con su familia y su compañera de unión, pero a estas alturas, Jungkook temía que fuera más que un poco adicto a ello.

Seokjin fue un increíble abrazador. Harry se sintió cálido, querido y adorado cada vez que el cuerpo fuerte de Seokjin rodeaba al suyo. Fue increíble, realmente, cómo un simple abrazo podría hacer que se sintiera mucho mejor, dando un salto en los pasos de Jungkook durante la mayor parte del día. El único inconveniente era que Jungkook había tenido que esforzarse por fortalecer sus escudos mentales, cuidando de no leer la mente de Seokjin sin su permiso. Jungkook no era un santo.

Siempre había sido naturalmente curioso, y realmente, realmente tenía curiosidad sobre lo que Seokjin pensaba de él, pero no quería explotar su telepatía. Se sentía deshonesto. Seokjin no se merecía eso.

-¿Va a venir tu novio hoy? -Dijo Mina, alejándolo de sus pensamientos.

Jungkook la miró con el ceño fruncido.

-¿Qué?

Mina sonrió.

-Vamos, Kook, no te hagas el tonto. ¡No soy estúpida!

-No entiendo -dijo Jungkook lentamente-. ¿De qué estás hablando?

Mina puso los ojos en blanco.

-Alto, oscuro y guapo, viene aquí todos los días como un reloj? ¿Te da propinas obscenamente grandes? ¿Suena alguna campana?

Jungkook rio.

-¿Seokjin? No seas tonta, no es mi novio! Es un amigo.

Mina lo miró fijamente.

-¿Me estás tomando el pelo?

Jungkook se tragó su confusión, no entendía qué tenía que ver el pelo de Mina con la conversación, pero el contexto era bastante claro, por lo que no preguntó, y dijo:

-No, no lo hago. Lo digo en serio. Adam es mi mejor amigo. Tengo una... prometida en casa -Sin mencionar que los calluvian no tenían novios o novias. Tenían compañeros y Seokjin, obviamente, no era el suyo.

Mina lo miró extrañamente.

-Jungkook, te sientas en su regazo cuando no hay otros clientes -entonó ella.

Jungkook frunció el ceño.

-¿Y? -Dijo a la defensiva-. ¡Me gusta y a Seokjin no le importa!

La expresión de Mina se volvió escéptica.

-Mira, me gustan los hombres que expresan sus emociones y se sienten cómodos con el contacto físico, es el siglo XXI, pero debes admitir que se ve bastante extraño cuando te sientas en su regazo durante media hora y te aferras a él como un bebé koala.

Jungkook frunció los labios, empezando a enojarse.

-¿Estás insinuando que no es normal que haya amigos en este país?

Dulce hogar ✓ JinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora