T E N

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Planeta Calluvia

—Su Alteza el Príncipe Jimin'ngh'veighli del Tercer Gran Clan desea verte, Su Alteza —anunció Borg'gorn.

Jungkook levantó la vista del modelo 3D de la Tierra. Se suponía que estaba actualizando la base de datos con la nueva información que había aprendido sobre los humanos, pero en vez de eso, había terminado mirando el modelo 3D del planeta durante aproximadamente media hora. O mejor dicho, en una pequeña isla en él.

—Déjalo entrar —dijo Jungkook con retraso, enderezándose y mirando a la puerta.

Él no podía esperar a ver a Jimin. Tenían la misma edad y habían crecido juntos. Jungkook siempre lo había considerado su mejor amigo. Jimin también iba a ser familia en menos de dos años cuando cumpliera veinticinco años y su vínculo infantil con el hermano de Jungkook se convirtió en un vínculo matrimonial.

Cuando Jungkook había regresado de la Tierra, se había decepcionado al enterarse de que Jimin estaba fuera del planeta y no regresaría por un tiempo. Quería hablar con alguien en quien pudiera confiar plenamente y Jimin era la única persona en la que confiaba para no juzgarlo.

Sonrió cuando la puerta se abrió y Jimin entró, tan elegante como siempre.

Los ojos verdes de Jimin se iluminaron cuando vio a Jungkook.

—Harht —dijo Jimin, extendiendo su mente hacia la de Jungkook.

Suprimiendo la necesidad de abrazar a su amigo, Jungkook lo abrazó telepáticamente. La mente de Jimin siempre se había sentido tan plateada como el cabello de Jimin, con un borde familiar de emoción e impaciencia. Jimin siempre estaba en movimiento, una mariposa social a la que le gustaba conocer gente nueva y hacer muchos amigos. Si amaba, amaba ferozmente. Si odiaba, odiaba con la misma fiereza. Siendo bastante moderado, Jungkook siempre había pensado que debía ser agotador ser Jimin, pero últimamente... lo entendía mejor. Mucho mejor.

—Estaba empezando a pensar que habías sido secuestrado por los bárbaros en Sol III —dijo Jimin con una sonrisa.

Jungkook frunció el ceño y le dio un golpe telepático.

—Los humanos no son bárbaros. No seas un snob. Y ya he regresado hace años. No es mi culpa que estuvieras fuera del planeta.

Jimin arrugó la nariz y sonrió tímidamente.

—Ugh, estaba siendo un snob. Menos mal que te tengo para decirme cuando actúo con esnobismo y alto nivel.

—Namjoon debe haberte contagiado —dijo Jungkook con una pequeña sonrisa.

Ahora fue el turno de Jimin de darle un golpe telepático.

—Ni siquiera bromees al respecto —dijo con el ceño fruncido, dejándose caer en el sofá junto a Jungkook—. Tienes permiso para matarme el día que comience a actuar como Namjoon.

—Lo siento —dijo Jungkook, sabiendo que era un tema delicado para Jimin. Palmeó el hombro de Jimin—. Él no es un monstruo, ya sabes.

Jimin se burló.

—Él es tu hermano. Por supuesto que dirías eso. De todos modos, no estoy aquí para hablar de ese gilipollas. —Miró a Jungkook con curiosidad—. ¿Qué pasa, Harht?

—Jungkook —dijo Jungkook—. Me acostumbré al nombre y me gusta mucho.

Jimin solo asintió.

—¿Así que qué hay de malo? Emites algunas vibraciones realmente negativas.

Jungkook suspiró, agitó la mano para quitar la imagen 3D de la Tierra y abrió la configuración de seguridad de la habitación.

—¿Qué estás haciendo? —Dijo Jimin.

Dulce hogar ✓ JinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora