Capítulo 6

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Cris

Demostrar afecto es algo que no se me da tan bien, de hecho, ni siquiera a mis padres cuando estaban a mi lado les demostré amor.

Aún trato de descubrir el estúpido y efímero impulso que me llevó a regalarle un libro a Violet. Talvez fueron sus ojos y la emoción que reflejaban al tener un libro entre sus manos o simplemente el hecho de que hoy es su cumpleaños.

No me lo ha dicho y yo tampoco le he preguntado. Estoy enterado de absolutamente cada cosa que gira entorno a ella.

Aún con su situación es fuerte y con carácter, cosa que realza -muy en el fondo- mi admiración.

-Feliphe -llamo en un grito al guardia real.

-Mi señor -traga grueso.

El ser mi mano derecha le ha dado el privilegio de ser de los pocos que pueden mirarme a los ojos y el que no lo haga me inquieta.

-¿Te pasa algo? -cuestiono buscando sus ojos.

-No señor -suspira mirándome a los ojos finalmente.

-Parece que hubieras asesinado a alguien -opino decidiendo dejar de lado el tema.

-Quiero que preparen una mesa en el jardín -ordeno mientras firmo algunas propiedades que han pasado a mi poder -La decoración sobra decir que tiene que estar impecable. Quiero rosas blancas haciendo parte de ella -me detengo un momento con la punta de la pluma a media firma.

-¿Pasa algo señor? -cuestiona Feliphe claramente preocupado.

-No -sacudo la cabeza saliendo del pasmo -solo ve a cumplir mi orden.

Feliphe me da la espalda justo después de asentir mientras me quedo pensando en ciertos ojos azules que llegan de la nada a mi mente.

«pero ¿qué me pasa?» me regaño.

Llegan a mi mente las crueles y duras palabras de mi madre:
¡EL AMOR TE HACE DÉBIL, SOLO ES UN ESPEJISMO EFIMERO Y CARENTE DE SENTIDO QUE TE HACE PENSAR QUE ESTÁS BIEN PARA LUEGO A SU ANTOJO ROMPERTE EN MIL PEDAZOS!.

Suspiró porque soy consciente de que tenía toda la jodida razón.

El amor no existe, y esto lo aprendí a las malas cuando la única persona que he amado se fue sin dar la más mínima explicación.

VIOLET
Me quedo mirando el libro que yace entre mis manos, recordando el libro que, como este mamá me regaló cuando cumplí 6 años. Y a pesar de que a esa edad no sabía leer, mi madre con mucha dedicación me enseñó. Gruesas lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas al recordar mi infancia con ella, la nostalgia se apodera de mi por breves instantes.
Llevo muchos años sin celebrar mi cumpleaños porque no es algo que me guste recordar cómo algo bueno con la ausencia de mi madre.

Hoy es mi cumpleaños, si. Y no se me ocurre un días más triste en la vida. Extraño a papá y a mi tía.

Me dejo llevar por mis pensamientos hasta que miro la hora en el reloj de pared: son las 11:25 am.

«Maldición. Voy tarde ».

No tengo el más mínimo deseo de ir a ningún sitio, simplemente quisiera pasar el día leyendo este maravilloso libro en la tranquilidad de mi habitación. Pero la verdad es que no quiero problemas con el rey, al menos por hoy.

Me dirijo al clóset gigante y opto por ponerme un vestido de color azul cielo que hace un hermoso contraste con mis ojos.
Un par de zandalias adornan mis pies y el cabello me lo dejo suelto.

-Señorita -llama Feliphe desde el otro lado de la puerta.

Abro la puerta respirando hondo.

-Se ve hermosa -me repara de arriba abajo con una sonrisa para al final detenerse en mis ojos y sonrojarse levemente.

Mis mejillas se calientan involuntariamente.

-Puedes llamarme Violet -sonrio - después de todos eres mi amigo -aparta la vista con un sentimiento que en resulta imposible de leer -También te doy gracias por ser la única persona que de una u otra forma me ha ayudado.

-No tienes nada que agradecer -se rasca la nuca nervioso -El rey está esperando -concluye.

Asiento y salgo cerrando la puerta a mí espalda.

Llegamos a la planta baja del castillo, mientras me dispongo a ir con las demás chicas que están en la mesa, pero un fuerte y brusco agarre en mi brazo me devuelve.

-No vas a compartir mesa con ellas -declara Cris dejándome tonta con su cercanía.

El olor a loción inunda mis fosas nasales y la tormenta de sus ojos me envuelve.

-Acompañame -disminuye el agarre en mi brazo.

Me deja caminar delante suyo y los nervios me hacen voltear en múltiples ocasiones hasta que siento una delicada tela cubrir mis ojos. Trato de tomar distancia pero me lo impide apresando mi espalda contra su pecho.

-Pero ¿Se puede saber qué haces? -me quejo -No puedo ver nada.

-No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que esa es la idea -escucho una risa baja y casi imperceptible por su parte.

Los nervios se acentúan cuando me toma de la mano para que no tropezar debido a la falta de visibilidad. Caminamos durante algunos segundos hasta que siento que Cris se detiene y suelta mi mano para quitar la tela que cubre mis ojos.

Parpadeo varias veces para acostumbrar mis ojos a la luz y casi caigo de trasero cuando detallo lo que se encuentra frente a mi.

El jardín se encuentra impasible, con mesa para dos en el centro del mismo, decorada con un mantel que parece hecho de oro, rosas adornan los jarrones de cerámica y los alrededores del jardín.

En el lado derecho de la mesa se encuentra una mesa aún más grande con todo tipo de comida, desde galletas de chocolate hasta un enorme pastel con glaseado de color azul.

Mi mirada se traslada hasta el rey, que espera mi reacción de brazos cruzados y con una expresión divertida en el rostro. Lo detallo y es imposible no darse cuenta del magnífico contraste que hace su piel blanca con el traje de color carmesí que lleva. Su cabello se mantiene en un total desorden y sus ojos brillan con malicia cuando se acerca para susurrar en mi oído:

-Feliz cumpleaños Violet


LES AVISO QUE EL SIGUIENTE CAPÍTULO ESTA MUY EMOCIONANTE

BESITOSKISSSS

leydisgalano

Frío Corazón 💙🥶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora