CAPÍTULO DOS

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"La ceremonia de Purificación"
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—El 31 de Diciembre había llegado, y todos en Ocatis estaban reuniéndose en el salón de la Gran Mesa. Aquel edificio enorme que era la sede principal de Ocatis, y donde solo asistían todos los miembros de todos los campamentos únicamente en esa noche del año.

Al entrar, se veía a todos intentando acomodarse. Del lado izquierdo estaban los del Campamento de los Armoniosos, vistiendo sus ropas representativas a su campamento mismo, las cuales eran amarillas. Representando la felicidad que irradiaban, al menos era lo que los rumores decían;

Después de ellos se encontraban los del Campamento de los Trabajadores, acomodándose en sus lugares, y vistiendo sus ropas representativas de su campamento, las cuales eran rosadas. Representando el cerebro, la inteligencia, la astucia y la sabiduría. Al menos era lo que los rumores también decían;

A lado de ellos empezaban a llegar los del Campamento de los Intrépidos, cada uno tomando asiento, desde los más pequeños hasta los más ancianos. Todo Ocatis se reunía, y todos los del Campamento de los Intrépidos estaba en ese lugar, con ropas representativas a su lugar de origen, en este caso, el negro. Representando así el misterio, el sigilo, la sombra que proyectaban los guerreros de aquel campamento. Eso sí era verdad;

Y por último, del otro lado del Salón de la Gran Mesa, se encontraba el Campamento de los Sociales. Aquellos iban con ropas representativas de su campamento, ese color era el verde. Representando así el inicio de un pequeño árbol que crece poco a poco a través del sol. Aquella comparación era un poco tonta si le preguntaban a los jóvenes. Pero los adultos decian que el pequeño árbol era una representación de los estudiantes, aquellos quienes apenas nacían y se formaban en el mundo del conocimiento. Y el enorme árbol verde con sus frutos y su gran tronco, eran ellos en un futuro, siendo ahora quienes dejaban ir sus primeros frutos para dar paso a otros nuevos a quienes debían esperar a madurar.

Todos conformaban Ocatis, y todos una vez reunidos iniciarían con aquella purificación. Pero para dos personas, sería la primera vez que se conocerían, así que sería un enorme evento importante sin siquiera saberlo.

Sacha entraba por las puertas del Campamento de los Trabajadores, vistiendo sus ropas rosadas. Era un vestido simple, rosado y sin llamar la atención. Su largo cabello pelirrojo iba suelto pero bien peinado. Ella no iba a mentir, estaba demasiado nerviosa, había creído tomar una decisión, pero esperaba no cambiarla en el último segundo.

A sus lados iban sus padres, Salma y Ubaid Runa. Aquella pelinegra mayor y el pelirrojo hombre, ambos agarrados de la mano, vistiendo los colores de su campamento y junto a su hija.

Y a lado de la familia Runa, estaban las Kouh. Dina era acompañada de sus dos madres, Anabell y Hazell. Ambas pelinegras, altas y hermosas. Anabell se destacaba por ser de piel morena, igual a la de su hija y con unos enormes ojos marrones, tan brillantes como su cerebro. Y Hazell era una guapa mujer de piel blanca y ojos azules, sin duda lo bello de su rostro lo tenía incluso en su conocimiento. No por nada ambas eran las mejores en su área de estudios.

Ambas familias acompañaban a las menores, quienes esa noche tomarían una importante decisión. Faltaban diez minutos para que el evento iniciará, y poco a poco el Salón de la Gran Mesa empezaba a llenarse.

Del otro lado, en la puerta del Campamento de los Intrépidos, Einar Anders entraba junto a sus mejores amigos, Irvin Fracco y Radel Williams. Los últimos dos acompañados de sus padres. Irvin junto a sus padres, Zoco Fracco y Alma Fracco, al igual que sus cuatro hermanos menores, Iris, Austin, Nathaniel y Higgins. Y a sus lados, Hana, quien era viuda, la guerra también se había llevado a su esposo, así que solo eran Radel y ella, aunque también incluían a Einar.

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