Capítulo 5.

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Me levantó con un ligero tiro de mi mano y desabrochó la falda y las botas. Ahí me acomodé de nuevo en la cama en lo que él se quitaba sus botas y los pantalones.

_Duncan: No sabes lo que anhelaba esto -dijo abriendo mis piernas para colocarse en medio-

Empezó un recorrido de besos desde mi clavícula hasta mi cadera pasando por mis pechos y dándole unos pequeños mordiscos a mis pezones. Subió y me dió un beso feroz, giré aprovechando que estaba despistado para quedarme encima. Me separé y empecé a darle besos por todo su cuerpo. Haciendo el recorrido de cuello, clavícula, pecho y cintura a un ritmo extremadamente lento y repitiendo el recorrido al revés.

Me agaché y empecé a acariciar su miembro. Volví a darle más besos por sus caderas y en su "V" bien formada. Me agaché un poco más y empecé a darle un oral. De su garganta salió un gruñido y su mano acariciaba mi pelo de una forma suave.

_Duncan: Elara -pidió en un gemido- para.

Me separé de su miembro y el me subió con sus brazos sentándome a la altura de su cintura. Giró, quedando nuevamente yo abajo. Masajeó mis pechos con una mano mientras la otra iba trazando un camino hasta mi vulva. Hundió dos de sus dedos dentro de mi que logró sacarme un gemido. Los movió rápido a un ritmo que no iba a durar mucho así.

_Yo: Despacio o no aguantaré.

_Duncan: Veamos lo que estas dispuesta a aguantar, pequeña. ¿Cuantas veces lograrás correrte está noche? ¿Tres? ¿Cuatro? Porque mi objetivo es hasta que no quede una gota en tu cuerpo.

Aceleró el ritmo de sus dedos, si es que eso era posible y al cabo de unos segundos mi primer orgasmo llegó. Sacó sus dedos empapados de mis jugos y empezó a masajear mis pechos. Poco después metió su ancho y largo miembro dentro de mi lo que nos hizo gemir a los dos. Empezó con un ritmo lento disfrutando del contacto y el roce. Y poco a poco fue aumentando hasta que solo se escuchan gemidos y golpes. Paró y me puso de pie, me llevó al escritorio que se encuentra en su habitación, abrió mis piernas y apoyó mis manos en este. Levantó mis caderas haciendo que me pusiera de puntillas y me la volvió a meter, aquí si que no iba a durar mucho  y efectivamente así pasó, al minuto logré correrme por segunda vez. Me levantó una pierna, haciendo que apoyara parte de mi torso en el escritorio y volvió a embestirme. Esta vez nos corrimos juntos. Me dejó en la cama algo húmeda y habló.

_Duncan: ¿Ya te cansaste? -dijo al ver que cerraba los ojos-

_Yo: Un poco.

_Duncan: Gastemos entonces las energías que te quedan. Ponte en cuatro.

Le hice caso sintiendo con sus fluidos y los míos caían por mis muslos.

Se puso detrás mia y empezó acariciando mis glúteos para pelliscarlos y darles un golpe. Metió dos de sus dedos de nuevo dentro de mi y los movió rápidamente. Ahí me volví a correr al par de segundos.

_Duncan: Estás muy sensible, Elara.

Metió su miembro y empezó a moverse rápido, agarrando mi cadera y mi pelo, jalando de vez en cuando hacía él este, haciendo que nuestras miradas conecten. Los gemidos de ambos sonaban como si de una canción tratase, tras corrernos al par de minutos salió de mi.

_Yo: Ya no me quedan fuerzas -dije acomodándome en la cama-

_Duncan: Descansa. Mañana tendrás una resaca horrible -dijo acostándose a mi lado después de ponerse el calzoncillo-

Me abrazó y me pegó hacia él. Poco después quedamos dormidos.

El maldito despertador sonó haciendo que me levantara. Miré a mi alrededor y vi que no estaba en mi casa.

_Duncan: Buen día -dijo sentándose a mí lado-

_Yo: Shhh. ¿Qué hago aquí? Durmiendo contigo. Y ¿Qué haces semidesnudo?

_Duncan: Bueno creo que es obvio lo que pasó.

Miré bajo las mantas y me encontraba totalmente desnuda debajo de estas.

_Duncan: Ve a la ducha. Iré hacer el desayuno.

_Yo: ¿Los niños?

_Duncan: En casa de mis padres. Fueron a quedarse la noche y hoy hasta después de clase.

_Yo: Habla más bajo. Me va a reventar la cabeza.

Ríe en lo que sale de la habitación y yo entré a la ducha poco después. Me di una ducha y bajé a desayunar con una de sus camisetas puestas.

_Duncan: El desayuno y una pastilla. Creo que tengo algo de ropa tuya en mi armario. Nunca viniste a buscar lo que se te quedó -dijo dejando el desayuno-

_Yo: Gracias.

Desayunamos en silencio y subimos a su habitación.

_Duncan: Tengo unos vaqueros, ropa interior y playeras -dijo abriendo una caja donde supongo están mis cosas-

Asentí y los cogí para vestirme en lo que él entraba a la ducha. Salió con unos vaqueros holgados y una camiseta.

_Duncan: Hace frío fuera -dijo cogiendo una chaqueta en su armario- toma un pulóver -dijo tirándomelo-

_Yo: Gracias.

_Duncan: Te dejaré dos calles atrás de la universidad, así nos aseguramos que no nos vean -dijo poniéndose los zapatos-

_Yo: Bien -dije poniendome los zapatos-

_Duncan: ¿Tienes tus cosas en la taquilla o en la casa?

_Yo: En la taquilla.

Asintió y esperó a que terminase para irnos. Cogí mis llaves y el teléfono y nos fuimos.

_Duncan: Tu ropa la lavaré y te la daré cuando vengas por los niños el viernes -dijo en el coche-

_Yo: Bien.

_Duncan: Y les buscaré después el colegio. Te informo si consigo las plazas.

Asentí pasados diez minutos llegamos a donde me iba a dejar.

_Duncan: Hasta ahora.

_Yo: Nos vemos.

Caminé a la universidad, un recorrido de diez minutos, al llegar fui a la taquilla, cogí mis cosas y fui al baño. Se notaba que el pulóver no era mío por lo grande que me quedaba. Era simple, gris, sin bolsillos, con capucha y ponía "limited edition" en negro y en dos caligrafías diferentes.

Entre aulas y secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora