Capítulo 8.

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_Duncan: Quería hablar contigo al respecto de los idiomas que tenemos que enseñarle a nuestros hijos -dijo partiendo la tarta-

_Yo: Claro. Cuéntame.

_Duncan: Aparte del francés que ya saben porque es en el que nos comunicamos con ellos y que darán en el colegio junto con el alemán e inglés, porque es el idioma con el que se comunican en casa de mis padres, el ruso para que aprendan por qué es mi idioma natal junto con el italiano que también debemos enseñárselo. Entonces, mi idea era que tú les hables en francés, ya que es tu lengua materna y yo en ruso, el italiano es fácil de captar por lo que lo hablarán rápidamente y mi madre podría hablarle en italiano las veces que se quede con ellos. El inglés, aparte de darlo en el colegio, mi padre se comunica con ellos en inglés y ahora mismo mi madre también, pero si hablamos con ella, ella podrá hablarles en italiano. No dejaré a mi padre que les hable en ruso porque no se le entiende al ser un ruso muy cerrado, por eso yo me encargaré de ese idioma. Pero para ello deberíamos estar juntos. Mi idea era hacerlo mediante libros, juegos, el habla, los dibujos, música infantil -dijo sirviendo los platos y comiendo-

_Yo: Me parece bien. Podrías poner los dibujos en ruso con los subtítulos en francés. Están empezando a leer ahora. Y eso puede ayudarlos. Esta tarde puedes empezar.

Asintió y poco después guardo los platos en el lavavajillas.

_Duncan: Desde que te vistas nos vamos.

Asentí y subí de nuevo al cuarto. Me vestí con la misma ropa que traía antes y bajé al salón donde me esperaba Duncan sentado en el sofá mirando el móvil.

_Duncan: ¿Ya estás lista? -dijo al escuchar pasos bajando la escalera-

_Yo: Si -dije mientras me miraba y yo a él-

_Duncan: Mi ropa te queda tan bien. Sólo me dan ganas de quitártela. Vayámonos antes de que eso suceda. Porque tú andas comiéndome con ojos -dijo cogiendo las llaves-

Reí levemente ante ese comentario sabiendo que es cierto y que no se me ha olvidado lo que pasó anoche.

_Yo: Quién sabe, a lo mejor te doy otro hijo -dije a su lado-

_Duncan: No juegues con fuego, Elara o terminarás quemándote. Y créeme que está vez no me importaría -dijo saliendo al garaje- lo que pasó ayer no es nada comparado a las ganas que llevo guardándome. Y por el bien de tu entrepierna mejor no me provoques porque tengo las fuerzas suficientes para embarazarte de nuevo con la baja probabilidad.

_Yo: No me tientes querido ex-esposo porque entre nosotros hay una fuerte tensión sexual que siempre permanecerá ahí porque nunca estamos satisfechos con la cantidad.

Vi como se mordía en labio inferior mientras conducía y apretaba el volante.

_Yo: ¿Conduzco yo? Te veo algo excitado y nervioso.

_Duncan: Lo que harás es callar esa dulce boquita o te tocará hacerte cargo de lo que estas causando.

_Yo: Se me ocurren mejores formas de callarme la boca y ayudarte.

_Duncan: ¿Quieres dejar huérfanos a nuestros hijos? -dijo pillando lo que le estaba diciendo-

_Yo: Por supuesto que no. Sólo tienes que permanecer con el control del coche todo el tiempo, pero entiendo, son muchos riesgos para un poco de placer.

_Duncan: A la mierda los riesgos -dijo desabrochando el cinturón mientras no quitaba los ojos de la carretera-

Le ayudé a desabrochar el pantalón y me coloqué para empezar hacerle un oral.

_Yo: No pierdas en ningún momento el control del coche.

Asintió y empecé a darle pequeñas lamidas, él subió los cristales para que no se vea nada ni se escuche los pequeños gruñidos que salían de su garganta. Poco a poco lo fui introduciendo dentro de mi boca y haciendo pequeños vaivenes. Aceleré el movimiento a los pocos minutos introduciéndola por completo en mi boca.

_Duncan: Maldita sea, Elara. Me estás llevando al puto paraíso. Como sigas así no tardaré en correrme.

Intensifiqué los movimientos apretando un poco más con mis labios su tronco. Unos minutos después se corrió.

Tragué todo, limpié lo restante que había en su miembro y lo que cayó por las comisuras de mis labios, relamiendo estos últimos.

Guardó su miembro ya inactivo en su ropa interior y le ayudé a abrocharse los pantalones.

_Duncan: Me llevaste al maldito paraíso. Y eso que tu vida sexual comenzó conmigo hace apenas cinco años. Aprendes bastante rápido las cosas que te convienen. Ahora compraré una botella de agua para que puedas limpiarte la boca.

_Yo: Bien, eso quería, llevarte a los límites de placer. Y viste que si podías controlar el coche.

_Duncan: Me costó bastante. Llegamos ya a casa de mis padres. Espera aquí a que compre la botella de agua -dijo aparcando-

Sus padres vivían en un piso en una calle normal. Estaba rodeado de más edificios, pequeñas tiendas, bazares, farmacias, etc.

Salió del coche de camino a un pequeño supermercado que había en la calle de enfrente. Salió a los pocos minutos y me dió el agua. Me enjuagué bien la boca y me tomé cierta cantidad de la botella. Finalmente salimos en dirección a la casa.

3°D.

Subimos en el ascensor.

_Yo: ¿Se me ve muy despeinada?

_Duncan: Estás preciosa así.

Negué con la cabeza mientras arreglaba algunos pelos sueltos de mí coleta. Poco después salimos del ascensor de camino a la puerta correspondiente. Duncan llamó al timbre y abrió su padre. Maxim.

_Maxim: Buenas tardes, Elara, hacía mucho tiempo que no te veía, pasa.

_Duncan: Hola a ti también papá -dijo entrando detrás de mi-

_Giulia: ¿Quién es Maxim?

_Maxim: Tu hijo y Elara.

_Giulia: ¿Elara? -dijo saliendo de una de las habitaciones-

_Yo: Hola Giulia -le saludé-

_Duncan: Hola mamá -dijo dándole un beso- ¿Los niños?

_Maxim: Durmiendo en la habitación. ¿Tienen prisa?

_Duncan: Un poco nada más. Podremos estarnos un poco. Después tenemos que ir a casa de Elara -dijo mientras nos sentábamos en el sofá-

_Maxim: ¿Volvieron juntos? Siempre hicieron una bonita pareja.

Entre aulas y secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora