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La canción "Runaway" de Bon Jovi sonaba en los audífonos de JungKook mientras esperaba el autobús, sentado en la parada viendo como el sol daba sus últimos rayos de luz dando un color anaranjado al cielo.

Había estado pensando ¿Qué le habrá dicho HoSeok a JiMin de él? Espera que cosas buenas y que provoquen que su mayor quiera hablarle, si la había cagado iba a matarlo.

Quizás estaba confiando un poco demasiado en HoSeok, pero era su única alternativa. Realmente quería hablarle a Park, solo ser amigos, sus intenciones no van más allá porque sabe que es imposible, ser amigos realmente estaría bien.

Sonrió un poco y cerró los ojos, tirando su cabeza hacia atrás, amaba las canciones de este grupo, era su grupo favorito desde pequeño cuando su padre ponía las canciones en casa.

Sintió como uno de sus auriculares era quitado de su oído derecho, por lo que frunció el ceño dispuesto a darle un golpe a quien fuera que se atrevió a interrumpir su momento de paz.

Aunque se quedó helado al ver que el impostor era Park, Park JiMin, quien lo miraba con una sonrisa ladina y se ponía el auricular que le había quitado. Tenía su uniforme de fútbol, seguramente venía de su entreno, normalmente eran hasta tarde, pero él nunca se lo había cruzado en esta parada.

—¿Bon Jovi? —Dijo algo sorprendido— Es uno de mis grupos favoritos ¿También te gusta?

JungKook abrió la boca un poco, sorprendido por la repentina aparición y la confianza que parecía tener JiMin con él, y también por el hecho de que le gustaba su grupo favorito, eso, hizo que sonriera un poco.

—Uh, si, desde pequeño, de hecho. —Se felicitó por haberlo dicho tan fluidamente— Pero dame eso, ¿Q-Qué son estas confianzas? —Refunfuñó y le quitó el audífono, dejando a JiMin sorprendido.

Vaya vaya, había sacado sus garras.

JiMin quería reír.

—No es necesaria la agresividad, pinturitas. —Dijo JiMin toqueteando sus labios.

—¿Pintu qué? —JungKook frunció el ceño, pero sus mejillas ligeramente rojas lo delataron.—No me digas así...

La risa de JiMin salió finalmente, sin poder contenerla más, todo esto era muy gracioso e interesante, el niñito se quería hacer el rudo, pero parecía un conejito enojado, ridículo.

¿Quién se creía? Pensó JungKook, pero mentiría si dijera que esa sonrisa no hizo estragos en su interior, era ridículamente atractivo.

—Relájate, pinturitas, solo quiero hablar. —llevó sus dedos a su mejilla y JungKook se tensó.

¿Qué carajos?

—¿Qué haces? —le quitó la mano y miró hacia otro lado, se sentía muy nervioso, no entendía que hacía JiMin.

—Deberías limpiarte, pero el morado te queda bien. —Se señaló su propia mejilla con diversión en sus ojos.

JungKook frunció el seño y se llevó uno de sus dedos a su cara,  al instante sintiendo algo extraño en su piel, abrió la cámara de su teléfono y jadeó al ver que tenía pintura en la cara, se puso rojo, mierda, que vergüenza.

Trató de tallar con fuerza, pero la pintura no se quitaba, maldita pintura acrílica, seguramente se había manchado cuando estaban en prácticas de color.

—Oye, déjate, no es necesario. —JiMin quitó su mano— Te lastimarás. —Elevó una ceja cuando JungKook apartó su mano de la suya como si su tacto quemara—Deja de ponerte a la defensiva, me pareces interesante y quería que fuéramos amigos. 

Hasta la raíz ★ Jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora