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"Happiness is a butterfly"



Lo aceptaba.

Se estaba enamorando de JiMin.

Y no sabía si eso le gustaba o aterraba.

Nunca se ha enamorado, ni siquiera considerado que alguien le gustase al punto que llegase a más de una simple atracción física, y eso solo había pasado una vez en sus cortos años de vida.

¿Entonces cómo lo sabía? Porque las malditas mariposas que se desatan cada que ve a JiMin simplemente existir no son normales, las ganas de tirarse encima de él y nunca soltarle, las ganas de verle todo el tiempo sus preciosos ojos y las necesidad de querer probarle sus labios desde ese último beso y pensar en decirle las cosas más cursis todo el tiempo pero que no decía por mera vergüenza...Sabía que se estaba considerando como un enamoramiento.

Y quizás, le gustaba, le gustaba sentirse así.

Por eso, verle caminar en ese momento junto a él, y estar luchando contra el impulso de querer tomarle de las mano, le estaba matando, pero sabía que no podían hacer eso.

—Sigo creyendo que te queda mejor tu cabello ondulado ¿Por qué lo alisaste? —Escuchó a JiMin decirle, por lo que lo volteó a ver con curiosidad.

—Uhm...¿Eso crees? Es que quería probar algo nuevo.

JiMin sonrió de lado y le empujó de el hombro.

—Tus ondas son lindas, no las alises.

Y el corazón de JungKook se sintió cálido, las mariposas que eran típicas cuando estaba con JiMin hicieron su familiar aparición y una sonrisita se pintó en sus labios, pues, si había planchado su cabello era porque pensó que a JiMin le agradaría más su cabello de esa manera (Haneul tiene el pelo sumamente liso) y que lo llegara a ver bonito, pues en lo personal sus ondas nunca le habían agradado, pues cuando era más pequeño su cabello era bastante liso, y cuando creció y lo cortó se hizo ondulado, pero, ahora que JiMin le había dicho que su cabello ondulado le gustaba más, por nada en el mundo se lo volvería a tocar.

—Prometo no volverlo a alisar, si te gusta tanto, JiMin-Ssi.

JiMin rió un poco y le guiñó el ojo.

JungKook se sonrojó y miró el camino, pues habían salido de la universidad, y JiMin no le había dicho a donde se dirigían.

¿Que si confiaba ciegamente en él? Pues si.

Él no le haría nada malo.

—¿A dónde vamos?

—A mi casa.

Jungkook paró su andar, ¿A su casa? JiMin volteó a verlo, con una ceja alzada.

—¿Tu casa? ¿P-Por qué?

—Quedé de pasar dejándole unas vendas a HoSeok a su casa, y las tengo en la mía, iré a dejárselas y en el camino podríamos comer en un lugar de pizzas muy bueno.—Elevó sus hombros con desinterés.

—Ah...Eso está bien.

JiMin le miró con una sonrisa divertida y se acercó a él, bastante para los nervios de JungKook, quien elevó sus cejas y alejó su cabeza por reflejo.

—¿A qué piensas que te llevaría a mi casa, pinturitas?

Las mejillas de JungKook ardieron y JiMin no contuvo la carcajada que se le escapó.

—¡JiMin! —Le empujó por el hombro— No digas esas cosas...

—Yo no he dicho nada...Que tú quieras pensar otras cosas no es mi problema. —Le dijo divertido, y se relamió los labios. —¿O si?

Hasta la raíz ★ Jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora