Un tal Peaky Blinder Libertario | Santiago Caputo

Capítulo VII

Seguíamos conversando y riendo juntos, la velada pasó demasiado rápido, en eso ya estamos en la camioneta, quedamos en que íbamos a ir en unos de los centros de la ciudad, con la intención de ir en una heladería juntos, y encontramos uno...que si fue de nuestro agrado, luego recorrimos la ciudad caminado ambos teníamos lentes de sol, con la cantidad de multitud que hay Santi pidió permiso para agarrarme de la mano, no quería negarme así que accedí, entrelazamos nuestros manos y caminamos juntos por el centro, había variedades de tiendas y pude notar lo ansioso que estaba el por querer visitar todas, tanto así que lo acompañé en varias tiendas, y ahí fue cuando comprobé que si, las compras compulsivas eran lo suyo, presté atención a cada detalle que hacía preguntándome como es que este hombre podía ser tan elegante y reservado a la vez

Quiso comprarme varias cosas, la cual si fuese por mi hubiese hecho las mismas manías de él, pero no quise dar una mala imagen ante el, al exagerar con su dinero
Ser una persona analítica es lo mío, muchas veces nos damos en cuenta de casi todo
Agarrándonos aún de las manos pude notar más a la perfección sus tatuajes
Tienes algún otro tatuaje que quieras hacerte ?
-Aun no tengo en mente nada, pero si estoy abierto a opiniones me dice guiñándome el ojo
Hay una frase que había leído cuando era más niña, y quede encantada con ella... esta en ruso pero se en español digo riéndole
-adelante dime, te escucho

"Una cabaña, una dacha y una libreta de ahorro, un barco, un coche y un garaje calman mis caprichos"

Acabas de describir lo que siento dice el sonriéndome, a lo que le pregunto si le gustaba
-Si, sin dudas... creo que conozco, he leído por ahí, pero la pregunta es... como vos conoces esas cosas señorita ? Deteniéndose a preguntarme
El corazón de una mujer es un profundo mar de secretos digo riendo y me hace una mueca graciosa
-Sabes que, voy a tatuarme esa frase pero en ruso dice mirandome y prendiéndose un cigarro
Que harás que digo sorprendida
-Quiero hacerlo, me gusta....
Pero sabes de donde proviene No? Digo apenada mirándolo
-Si se si se, pero aún así quiero hacerlo, mira este tatuaje que tengo, la de la estrella... también tiene orígenes oscuros
A ti te gusta lo ilícito digo sonriéndole pícaramente
-Claro, si no no estuviese aquí contigo

Entrelaza nuevamente nuestras manos, guiándome hacia el estacionamiento según el tiene un amigo en Villa Gesell y que precisamente es él quien suele hacerle algunos tatuajes, por cómo lo veo está más que decidido en hacerlo, subimos en la camioneta y hace una llamada mientras conduce, me fijo en la hora y son las 11 y 30 de la noche y yo por la calle con un pibe que acabe de conocer hace 2 días para ser exactos
-No tendrás problema en acompañarme ?
Por supuesto que no, sería un gusto digo mirándolo
-Perfecto, entonces vamos, me pasas en el chat la frase Original?
Sii Claro, déjame buscaré y veré que no tenga errores digo sacando mi celular y comenzado a transcribir correctamente las palabras para enviarle
Llegamos a un local que por la pinta se veía lo exclusivo que es, nos adentramos en el estacionamiento... luego de estacionar bajamos mencionándome que hay muchos hombres y para no sentirme incómoda mejor que hagamos parecer que soy su Novia así de esta manera no pondrán tanto el ojo sintiéndome acosada, aceptando lo que dice le digo que no tengo miedo, que en la bandolera traía conmigo una cuchilla, en eso el se hecha a reír y me dice que con él no hará falta una cuchilla

Luego de adentrarnos en el lugar, Santiago se saluda con su amigo, entramos en un estudio privado, y él le mostró el tatuaje que quería, mientras yo estaba sentada mirándoles, el constantemente ponía sus ojos en mi, quitándose la remera pude observar mejor todos los tatuajes que tenía, y que en realidad no eran para nada pocos, se recostó en la silla y comenzó a fumar, pude notar que se encontraba más que relajado, y yo más que estresada al preguntarme si dolerá lo que se esta haciendo, en eso el me hace señas para que me acerque, preguntando si estaba cómoda en la silla, yo le digo que si, pero No... quería estar a lado de él
-Siéntate en mis piernas si quieres
Quedó sorprendida ante su comentario
Que me siente que? Digo nuevamente
-Te siento incómoda en esa silla, ven y siéntate en mis piernas, prometo no tocarte
Quedó dudando en responderle pero decidí hacerle caso, total vida sólo una...