Un beso de M̶u̶e̶r̶t̶e̶ Amor

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Playlist del capítulo:

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Ya había pasado un año desde que había llegado, me encontraba en un bosque en Connecticut, incluso el cuervo que recogí aquella helada mañana, había crecido.

Era un crudo invierno cuando lo encontré, su nido había caído, y la nieve había amortiguado el golpe, pero estaba indefenso; Pensé en asesinarlo, en diseccionarlo y usar sus plumas para algo, los cuervos son algo raros de encontrar si no es en bosques boreales, bosques montañosos, acantilados costeros, una tundra o un desierto, pero hubo un cierto encanto en sus vacíos y oscuros ojos, aunque era un cuervo tenía cierta melancolía, y después de todo, los cuervos son animales muy inteligentes, de verdad había pensado en dejarlo ahí, dejar que se congelara, pero creí que podría serme muy útil... Más que una persona.

Le puse Téleios de nombre, que significa "perfecto" en griego. Solía seguirme a todas partes y a veces me ayudaba con información, dándome señales y palabras, ya que pude encontrar una manera de entrenarlo, aunque no siempre lo dejaba ir conmigo (para protegerlo, obviamente).

Había conseguido trabajo en un bar como pianista dos veces a la semana y había comprado una moto, no era como la que siempre quise, pero al menos funcionaba.

Era un día nublado con una helada, lluvia suave, pies fríos, con un perfecto aroma a tierra mojada; estaba tranquilamente en mi humilde morada, cuando una mujer llamó a mi puerta.

Admito que me sobresalté un poco, nadie solía ir a ese bosque, ya que era algo profundo, denso y oscuro (pero lindo). Me acerqué a abrir con mucha calma, obviamente no iba a abrir con un cuchillo oculto detrás de la espalda... ¿o sí?

-Buenas tardes
-Buenas tardes

La mujer frente a mí era hermosa. Cabello rojo con ojos verdes, vestida con una paleta de colores naranjas y verdes otoñales, y tenía un acento italiano.

-¿Puedo ayudarle en algo?-Pregunté alzando una ceja
-En realidad sí, ya que usted posee unas capacidades impecables, señorita Grey
-¿Quién es usted?-está bien, me sorprendió un poco que supiera mi apellido, (tan poco que casi se me cae el cuchillo que escondía detrás de mi espalda).

Solía usar un nombre artístico: "Merlot", y sólo era una pianista local.

-La persona que le abrirá muchas puertas, llámeme y le diré dónde vernos

La pelirroja me dio la típica tarjeta; nombre: Regina y el número telefónico.

Tenía sentido, Regina significaba reina en latín e italiano. Decidí hacerme pendeja la mayor parte del día, en realidad no tenía nada que hacer, así que me preparé un latte y practiqué un poco piano, creando mi propio concierto medley de distintas canciones para mí y para Téleios; toqué melodías de Joshua Kyan Aalampour y de Peter Gundry:

Joshua Kyan Aalampour:

-La solitude
-My dearest rain
-The conqueror's waltz
-Lost in Reverie

Peter Gundry:

-Mischevious minds

De repente, vi el reloj gótico negro que tenía colgado en la pared donde me encontraba, ya era algo tarde y estaba oscureciendo, eran las 7:33 p.m., podría pasar todo lo que restaba del día, pero decidí llamar a la mujer de la mañana.

-¿Lise Grey?-sonó la voz de la mujer de aquella mañana del otro lado del teléfono
-Sí
-Sabía que llamarías, querida
-Vaya directo al grano, por favor
-La dirección te la enviaré por mensaje, quería decirte que serías perfecta, y tenemos muchas armas que seguro te gustarían-no tuve tiempo de procesar. Al escuchar la palabra "armas", sentí un balde de agua fría cayendo sobre mí, ¿cómo podía estar hablando de algo así?