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El ambiente se sentía algo áspero, aunque estando en la habitación con Helizabette se suavizaba un poco, teníamos más en común de lo que creí. A pesar de ser una chica alegre y "tierna" en su forma de hablar y actuar, había algo sombrío en su personalidad, y eso me agradaba.

Tenía que regresar a mi casa en el bosque (sonaba chistoso, como si fuera alguna clase de duende, princesa o criatura mitológica) y a trabajar, pues ya había recibido una llamada del bar donde trabajaba, aunque sólo usé la excusa de que me había enfermado y me dieron 2 días más de descanso, así que los aproveché para investigar ciertas cosas de Dante en sitios "profundos", ya que obligatoriamente tenía que tener un año de capacitación para tomar la misión 6-6-6.

Los días trabajando con Zach y con Helizabette fueron pasando, se convirtieron en semanas, y luego en meses, y después de medio año. Regina sólo comenzó a dejarme misiones con Zach, luego sólo con Helizabette.

A través del tiempo me gané algunos "némesis", me veían mal o murmullaban entre ellos, pero claro que no me importaba lo que los demás decían, tenía muy claro que era importante realmente; el que más destacaba era Lacus, no era alguien muy apto para una charla civilizada, empezó como malas miradas, y luego comentarios fuera de lugar... Y después llegó otro punto, cuando iba caminando tranquilamente por informes.

—Ahí va la consentida de Regina

Como de costumbre con cualquier idiota, sólo lo ignoré.

—Vamos, estás sorda o qué, ¡Eres una puta, la puta de Regina! ¡Dilo!, te acostaste con ella, ¿Verdad maldita lesbiana?—ese tono burlón era lo único que no toleraba.

Rodé los ojos con molestia. Diablos, parecía un niño de primaria, aunque se veía mayor.

—Cierra la puta boca, haces que mi migraña empeore
—Yo digo lo que quiero cuando quiero

De un momento a otro, el chico se acercó peligrosamente a mí y me acorraló. Ambos nos lanzamos miradas intimidantes, aunque el chico era más alto, no hubiera dudado en arrancarle la nariz de un mordisco.
Y de repente, lo reconocí.

—Oh, ¿Tú eres Lacus? Me hablaron de ti y de tus respectivos... Celos
—No sabes una mierda de mí
—Ni tú de mí, pero a ninguno de los dos nos importa un carajo la vida del otro... Estás celoso porque se te para por Regina, ¿No?

En ese momento tomó mi cuello con fuerza, impactándome contra la pared. Me habló con odio en la cara, tan cerca que pude sentir su aliento con aroma a cigarro, pero no el olor usual que a algunos nos gusta, era un cigarro anormal, más rancio.

—Vuélvelo a mencionar y no me importa si eres la favorita de Regina, te mutilaré lentamente mientras sigues con vida, y si eres virgen tu primera vez será con la punta de un puto cuchillo, y después te quemaré viva, ¿Entendiste, perra?
—Claro—hablé con tanta calma y sarcasmo como pude, pero eso hartó a Lacus.

Me soltó una bofetada, para después irse con la respiración agitada... Pero lo cierto es que dolorosamente sí era virgen. ¿Qué? Tampoco es como que quisiera hacerlo con cualquier idiota sólo por calentura.

Después de eso hubo varias malas miradas entre ambos por un buen tiempo, pero seguí con mis misiones y con mi vida como normalmente lo hacía y como debía ser.

Pasó un año, y ya tenía 18 y medio, llegó mi primera misión oficial: Lacrimosa, aunque sería con compañía y supervisión de Zach y Helizabette. Se trataba de causar un incendio en uno de los refugios de Dante, iba a ser un asesinato colectivo, incluso la hicieron investigar por su propia cuenta. Iba a ser una ceremonia para recibir a un nuevo integrante, un nuevo oponente... Una nueva presa; tenía que convertir el lugar en cenizas, y mantener a todos los presentes dentro del lugar.

Comencé a investigar un poco más sobre el lugar, era en otra ciudad, y Caronte tuvo la "consideración" de prestarme un automóvil, era lindo, aunque no era lujoso, para no llamar la atención, era sencillo, pero funcionaba muy bien.
Preparé todo lo necesario; Helizabette, Zach, Téleios, armas, y otras cosas más.

Llegamos al lugar y no se veía como si hubiera alguien, era un edificio hundido en la tierra, pero se notaba abandonado, y estaba oscuro, eso más el hecho de que ya había anochecido me favorecían bastante. Entonces empecé con el acto, haciendo que Zach, Heli y yo nos pusiéramos un audífono con micrófono a distancia incluído.
Todos estaban adentro, así que Zach se infiltró en la cocina. Mientras tanto, Helizabette y yo fuimos a sellar las entradas.

—Zach, ¿Tienes el cianuro?
—Sí
—Zach, si la cagas, juro que usaré mi pera de la angustia contigo—de verdad, si hacía que todo se fuera derechito a la mierda, lo iba a torturar de las formas más crueles posibles para después matarlo.
—Sí señora
—Bien, cuando termines actúa natural y ofrece bebidas a todos los que puedas
—Sí

Helizabette y yo subimos a la azotea para ingresar por ahí. Le di la señal a Helizabette y fué a mi lado.

—Hel, ayúdame a ponerme esto—le dije mientras rodeaba mi propia cintura con una cuerda.
—Pero ahí hay unas escaleras
—Ah, Zach, idiota, le pregunté si habían escaleras y me dijo que no, jaja
—¡Tú fuiste la que dijo que trajera la cuerda!
—Sí, como sea, en fin, ya vamos a empezar, sal de ahí, comadreja.

Esperamos un rato para que el cianuro hiciera efecto... Entonces comenzaron a escucharse los gritos de agonía y lamentos de aquellos que sufrían por el terrible dolor, ardor y sufrimiento que el cianuro causaba.

—Me siento como el maldito Jim Jones
—Gehenna...
—Shh, déjala disfrutar, Zach

Bajé por las escaleras que se encontraban en el último piso y comencé a esparcir la gasolina por todo el piso. Me encontré con Zach, y le pasé la gasolina para seguir. Todo estaba lleno de cortinas y cosas flamables, tal como había visto en las fotografías, era perfecto para que el incendio se esparciera más rápido. Subí las escaleras lo más rápido que pude con Zach detrás y arrojé el encendedor zippo desde arriba, viendo como todo comenzó a arder y los tres escapamos lo más rápido que pudimos para no terminar rostizados.

Al llegar le dimos el informe a Regina, y dijo que ella se encargaría de lavarnos las manos, sólo sería un edificio en ruinas que ardió por una colilla de cigarro que fué tirada dentro por un turista, incluso irían a limpiar y volver a ensuciar para disfrazar el olor a gasolina. La gente mediocre se creería todo, es fácil cuando el mundo se mueve por dinero.

Después Regina me llamó personalmente a su oficina.

—Gehenna, tengo entendido que ya llevas un año con nosotros
—Correcto, mi señora
—Ya has cumplido tu capacitación, y por lo tanto, te otorgo oficialmente la misión 666, que será iniciada desde mañana, y tengo que aclarar que esta misión será una en solitario, no como las demás. Tienes que lograrlo, o de lo contrario te asesinarán ellos, y si no lo logran, lo haré yo.
—Sí, señora
—Si no sale como espero, te asesinaré como a un perro y sólo terminarás en la basura como la mayoría de personas que mueren.
—Me queda muy claro
—Bien, largo.

Un beso de M̶u̶e̶r̶t̶e̶ AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora