8

0 0 0
                                    

Mis días en Dante fueron algo aburridos y patéticos actuando como Isabelle, siempre se repetía lo mismo, pero se sentía como un hogar, era demasiado extraño, sobretodo por la sensación de deja vú, esa maldita sensación otra vez, era como si ya hubiera estado aquí antes, como si ya conociera el lugar.
Aún así había algo raro que no encajaba...

Un día iba caminando, casual, escuchando "kill you" de Eminem con un auricular en un sólo oído, cuando de repente sentí una mala mirada, y un susurro llegó a mi oído libre.

—Hola, perra—oh mierda, era la voz de Isabelle
Me giré para hacerle frente, pero al girarme sentí unos brazos al rededor de mí, después la zorra puso un trapo con cloroformo en mi nariz con una sonrisa burlona y luego: nada.

⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•

Desperté atada a una silla. Sentí un ardor en mi muslo derecho, al mirar porque, había una marca gris, era ceniza de cigarro, y ardía como la mierda.

—Mira baby, ya despertó
—Mmh—la bestia se dirigió a mí y me miró de arriba a abajo.

Nuestras miradas conectaron por un momento

—¿Por qué esta perra sigue viva?
—Porque esta perra no fué a la que asesinaron
—Y tú...—ignoré a la perra y dirigí mi mirada a "la bestia"
—Sabía que eras tú desde el principio, debo decir que eres buena actriz, pudiste haber sacado provecho y obtener poder como otras figuras famosas... Aunque, debo decir que besas bien para ser virgen—al escucharlo, Isabelle me soltó una bofetada, y sólo solté una risita
—¡A mí nunca me besaste, idiota!
—No puedo creer que seas tan estúpida—de repente reaccioné
—¡No soy virgen!
—Un mago no revela sus secretos, linda
—¿Qué quieren de mí?
—Ya sabemos qué haces aquí, así que sólo te torturaremos y te asesinaremos
—Y según ustedes ¿Qué hago aquí?
—La líder de Caronte siempre hace lo mismo, envía a alguien a asesinarme, pero en tu caso fué muy obvia, y sólo hay una razón, a ti realmente te quería muerta, y a mí también, pero no me sirves de nada
—¿Ya vamos a comenzar a torturarla, honey?
—Sí—contestó muy frío.

No supe qué pensar... ¿Había sido tan ingenua?

La perra sacó una navaja, y comenzó a hacer cortes en mis muslos, y yo no me moví, sinceramente me gustaba, pero odiaba la idea de que ella fuera quien estaba dañando mi templo.
Después él la interrumpió

—Quítate, me toca—la apartó de un empujón y tomó mis mejillas con una sola mano, apretándolas.
—Abre la boca—me miró muy despiadadamente

Obviamente no abrí la boca, pero me apretó muy fuerte las mejillas haciéndome abrirla, y Belial escupió. Sentí una pastilla muy pequeña, y sólo pensé "mierda, moriré", pero duré unos minutos despierta, mientras me torturaban, aunque no sentía mucho.

—Por cierto, ¿Qué le diste?
—Una cápsula de cianuro, muy similar a la que usaban los soldados para suicidarse
—A veces estás pendejo, pero eso me gustó
—No te atrevas a hablarme así, zorra—le dirigió una mirada fría y le dió una bofetada muy fuerte... Y obviamente no pude evitar reírme

—¿De qué te ríes? ¿Qué me ves?
—Lo patética eres

Mis ojos se sintieron pesados, y ya no supe nada.

⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤•⛤

Desperté en una camilla, para ser más precisa, en una morgue, y la bestia llevaba mi camilla. La perra ya no estaba

—¿Qué hago aquí?—susurré
—En realidad sí te necesito, te detesto, pero te necesito—también susurró
—Eres todo un galán—saqué todo el sarcasmo que pude
—Ya lo sé, eso fué ingenioso, ¿No?
—Claro—seguí con sarcasmo, otra vez
—Mira, hay un cuerpo de silicón igual al tuyo, ese es el que voy a quemar—señaló con su cabeza a una camilla que estaba a lado de la mía
—¿Te aplaudo?... Espera... Wow, ¿Mis curvas son tan... Curvas?

No hubo respuesta, sólo unos fastidiados ojos en blanco

—Mira, sé que llevo casi toda mi vida aquí, pero recientemente he sentido cosas raras y recuerdos que no conozco llegan como disparos, supongo que ahora por tu expresión de confusión y poco asombro también te ha pasado algo así
—Sí..
—¿Recuerdas al barista del bar donde trabajas?
—Mjm...—reaccioné de inmediato ante su mirada obvia y desconfiada
—Oh no, creí que sólo era un miserable que le gustaba su trabajo pero ganaba una miseria
—Sí, entonces... Últimamente he estado investigando, y me tomó mucho tiempo, pero creo que Caronte y Dante no son diferentes organizaciones
—Eso es absurdo... Pero puede tener sentido
—Entre ellos los llaman príncipes, pero si hay príncipes...
—Tiene que haber al menos un rey
—Correcto
—Y... ¿Respecto a la perra...?
—También me cae del culo, sólo la he estado utilizando para sacar información, tiene buenos contactos
—¿Y ya sabías que es una puta?
—Sí, precisamente por eso nunca la he besado, no quiero que me contagie de algo
—¿Ya habías besado a otra chica antes?
—Sí, cuando tenía 12
—Mierda, y tu fuiste mi primer beso
—Ay pobre nena—dijo burlón
—Cuando resolvamos todo esto te cortaré las...
—Oye, eres una dama—me interrumpió
—Por supuesto
—¿Sólo sabes hablar en idioma sarcasmo?... En fin, este es el plan
—¿Plan?
—Mira, llevo un año con esto desde que te uniste a Caronte, así que vas a hacer todo lo que te diga, y ni se te ocurra arruinar ni el más mínimo detalle
—Como digas ¿Cuándo empezamos?
—Ya empezamos... Al menos yo.

Un beso de M̶u̶e̶r̶t̶e̶ AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora