Veintitres

22 6 0
                                    

Jungkook

—¿Por qué estamos en un almacén vacío? —Hoseok desvió su mirada hacia el centro de la habitación, con el labio curvado en disgusto—. Bueno, casi vacío.

Jungkook puso los ojos en blanco al ver que su hermano sacaba un pañuelo de seda del bolsillo y se limpiaba las manos, como si el mero hecho de estar de pie en la unidad húmeda y mohosa fuera suficiente para ensuciarlo.

—Sí, me muero por saber por qué ese tipo... —Yoongi señaló a Gary, actualmente atado a una silla plegable—... no se está disolviendo en un baño de ácido.

Gary comenzó a agitarse en la silla, con ruidos frenéticos procedentes de la mordaza que tenía en la boca.

—Cállate. —dijo Asa, aburrido. Cuando Gary no siguió su consejo, Asa levantó un pie con botas y volcó la silla—. Esto va a ser divertido. Luce... jugoso.

Avi ignoró al hombre que se agitaba de espaldas para estudiar a Jungkook.

—Entonces, ¿por qué estamos todos aquí? —preguntó finalmente, exasperado—. ¿Y por qué no está papá aquí?

Jungkook se encogió de hombros. —No me preguntes a mí. Taehyung fue quien convocó la reunión.

La mayoría de la gente se habría marchitado ante la mirada de cinco fríos asesinos, pero Taehyung se limitó a seguir apoyado en la pared, con las manos en los bolsillos.

Tal vez después de haber tenido una pistola apuntando a su cabeza durante veinte minutos, le fallaba la capacidad de lucir asustado.

Taehyung parecía positivamente sereno cuando se dirigió a los hermanos de Jungkook.

—Namjoon no está aquí porque decidió no venir. Si tuviera que aventurar una

conjetura, diría que esto es una prueba de algún tipo, pero no tengo tiempo para preocuparme por eso ahora.

Yoongi parecía divertido, Mingyu aburrido, Asa y Avi intrigados, y Hoseok, como siempre, lucía como si hubiera olido algo malo. Pero a Jungkook le costaba apartar la mirada de Taehyung. Se veía tan seguro de sí mismo. Era sexy.

Taehyung le dirigió una rápida sonrisa.

—Jungkook dijo que la única manera de matar a estos hombres es hacerlo a la vez. Esa perspectiva parecía menos difícil cuando nos enfrentábamos a seis o siete personajes principales. Ahora, podría haber hasta veinte grandes personajes. Políticos. Policías. Sacerdotes. Objetivos de alto perfil que van a llamar mucho la atención.

—¿Y eso en qué cambia las cosas? —preguntó Yoongi.

Taehyung ladeó la cabeza, examinando a Yoongi con la misma mirada sagaz que estaba recibiendo.

—Bueno, el plan original era que cada uno de ustedes eliminara un objetivo en la misma noche, al mismo tiempo. No se puede hacer eso con veinte personas. En cuanto se sepa que uno ha muerto, los demás empezarán a dispersarse como cucarachas.

Asa ladeó la cabeza. —Continúa.

—Jungkook dijo que Namjoon probablemente los haría eliminar los objetivos de uno en uno, pero eso no es muy eficiente.

—¿De acuerdo? —dijo Hoseok, frunciendo el ceño como si esperara que Taehyung fuera al grano.

—Entonces, matamos dos pájaros de un tiro. Hacemos que Gary, aquí, llame a los grandes personajes y que acepten reunirse con ellos en algún lugar desolado, digamos la cabaña de Gary. Luego los encerramos, le prendemos fuego, matamos a los rezagados mientras corren por sus vidas. Eso los elimina a todos a la vez y el fuego ocultará las pruebas. No es sexy, pero funcionará.

DESQUICIADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora