–¿Cami?
Me encojo en mi sitio al oír su voz y sus pasos acercándose. Entonces, se detienen.
–¿Qué coño ha pasado? –cuando rompo a llorar, sus brazos me rodean. – Tranquila, Cami. –dice dibujando círculos en mi espalda. Yo me mantengo estática durante varios segundos intentando encontrar mi propia voz.
–No lo sé. –Murmuro rompiendo el abrazo. –Me desperté esta mañana en el sótano y no estoy segura de qué ha pasado allí abajo.
Cole se aleja unos pasos. Se lleva una mano a la cabeza antes de acercarse a mí.
–No sé qué ha pasado. Oh Dios voy a ir a la cárcel.
Rompo a llorar, sin poder evitarlo, Cole me sujeta haciendo que le mire.
–No vas a ir a la cárcel, ¿me oyes? No vuelvas a repetirlo.
–¿Qué vamos a hacer?
–Te vas a dar una ducha, mientras yo me encargo de esto.
Hace un gesto hacia la escena del crimen y yo asiento no muy segura. Cole me rodea con un brazo atrayéndome hacia él, pero eso tan solo consigue alterarme aún más, por lo que me aparto.
–¿Qué vas a hacer?
Mi voz sale temblorosa, él alza la mirada y nunca antes le había visto tan perdido como ahora.
–No lo sé.
Asiento varias veces con la cabeza, antes de entrar en el baño, cierro como si la puerta realmente pudiera separarme del mundo real.
Nada más poner un pie en la ducha, el agua se tiñe de rojo y mis lágrimas se confunden con el agua.
Tapo mi boca para ahogar los sollozos. Froto mi piel con fuerza sin importarme que la sangre haya desaparecido y que mi piel haya comenzado a tornarse roja. Nunca antes había sido consciente de lo pequeño que es el baño, en cambio ahora, es como si las paredes estuvieran apunto de aplastarme.
Cuando salgo, no hay rastro del cuerpo, pese a que la sangre siga manchando las paredes y el suelo. Miro el color horrorizada, las lágrimas vuelven a caer, Cole las seca con suavidad antes de obligarme a mirarle.
–Cami. –Sus ojos de un tono azul apagado, se posan en los míos, agua y oscuridad, manteniendo una lucha silenciosa. –Tenemos que irnos.
Sus palabras me devuelven a la realidad, me separo de golpe de él.
–¿Qué? ¿Cómo vamos a dejar el sitio así? No van a tardar en dar conmigo.
No quería gritarle, no, cuándo él es el único que siempre está allí, tanto en las malas, como en los peores momentos.
–De eso me encargo yo. –carga una garrafa de gasolina antes de dejarla a sus pies. Miro el objeto antes de volver a posar la mirada hacia él.
–¿Qué vas a hacer? Podemos limpiarlo, podemos... –Algo atraviesa el cristal de la ventana, un papel cae junto a los trozos de cristal, mientras mi frase queda en el olvido.
Junto a la piedra hay un papel, uno con solo cuatro palabras escritas, pero que bastan para detener el mundo.
"Sabemos lo que hiciste."
Le di la vuelta buscando la broma, pero encuentro otra frase escrita en rojo.
"Y la policía lo sabrá pronto también."
Mis piernas fallan y me sostengo a la mesa para no caer.
Mi vista se nubla y me abrazo a mí misma.
Voy a pudrirme en la cárcel.
–Estoy acabada. –Murmuro en un hilo de voz.
–No lo estás.
–Claro que sí. –Por mucho que intento evitarlo, no puedo dejar de temblar.
No tardarán en dar conmigo y entonces.
Oh Dios.
–Deberías irte, antes de que te detengan por cómplice.
Cole me toma de los brazos, deteniéndo mis pasos.
–Eso no va a pasar. Toma mis llaves he aparcado donde siempre. Trae el coche.
–¿Y tú, qué vas a hacer?
–Solucionar esto.
~Ery🗝
¡Feliz 2024! No me puedo creer lo rápido que han pasado estos años.
Gracias a quienes hayáis decidido acompañar a Cami y Cole en esta historia.
¡Un abrazo enorme y hasta el próximo sábado!
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Hasta que la muerte nos separe
Short StoryAmnesia. Un crimen olvidado. Una única salida.