LA BRUJA CEO (JENLISA)

capitulo 18

Cuando Jennie llegó a casa, vio a Lisa sentado en el sofá, esperándola.

Caminó hacia él y se sentó a su lado. Ella preguntó: "¿Ya has comido algo?"

"Mmm." Se acercó y la abrazó mientras miraba la televisión.

"¿Saliste el dia de hoy?" Ella preguntó mientras le devolvía el abrazo.

"¿Yo? No. Sólo estoy aquí desde la mañana. Nunca salí. ¿Por qué?"

"Nada."

Jennie no sabe cuándo empezar ni qué decir.

Lisa, al notar las acciones anormales de Jennie, de repente se sintió nervioso. Para ocultar su inquietud, agarró a Jennie y la dejó sentarse en su regazo.

"¿Hay algo mal?" La abrazó más y le tocó las mejillas.

"¿Tienes algo que no me estás diciendo?" Preguntó Jennie mientras miraba a los ojos de Lisa.

'Lisa, te daré la oportunidad de aclarar todo. Por favor, no mientas.

Lisa se quedó paralizado. Luego sonrió y besó sus labios. "No. No te estoy ocultando nada. ¿Por qué?"

"N-Nada. Vamos a dormir."

Jennie dejó que Lisa la llevara hacia su dormitorio. Todavía estaba inquieta, pero confiaba en Lisa. Cualquier cosa que dijera Lisa, ella le creería.

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Cuando Lisa vio llegar a Jennie. Él estaba sentado en el sofá mientras la miraba.

"¿Ya has comido algo?" preguntó mientras ella se sentaba a su lado.

"Mmm." Él la abrazó. Tratando de encontrar consuelo en la temperatura de su cuerpo.

Cuando Jennie le preguntó si había salido mientras le devolvía el abrazo, Lisa quiso confesar todo... pero sabía que no podía. Por eso mintió. "¿Yo? No. Sólo estoy aquí desde la mañana. Nunca salí. ¿Por qué?"

'¿Ella realmente me vio? ¿Pudo ver claramente mi cara? Lisa estaba devorado por la culpa. No quería mentir pero no tenía opciones.

"Nada." Jennie solo sonrió. Lisa vio que Jennie quería decirle algo. Sabía que ella quería preguntarle si él era el hombre que vio en el hotel hace un tiempo. Lisa fingió no darse cuenta. De repente se siente nervioso. Para ocultar su inquietud, agarró a Jennie y la dejó sentarse en su regazo.

"¿Hay algo mal?"

La abrazó más y le tocó las mejillas.

"¿Tienes algo que no me estás diciendo?" Preguntó Jennie mientras lo miraba a los ojos.

Lisa se quedó paralizado. Quería decir algo, admitirlo todo, pero al final el miedo le impidió decir esas palabras. Todo lo que pudo hacer fue sonreír para ocultar su inquietud y miedo.

Luego, Lisa bajó la cabeza y besó los labios de Jennie, queriendo obtener algo de fuerza de ella.

"No. No te estoy ocultando nada. ¿Por qué?" Lisa se tragó todas las palabras que quería decir y decidió actuar inocente.

"N-Nada. Vamos a dormir." Jennie le permitió llevarla hacia su dormitorio. Lisa sabía que ella confiaba en él. Ella le confió su vida y él la traicionó mintiéndole. Incluso si fuera solo una mentira piadosa, no cambiaría el hecho de que él le mintió, pero ya no podría decirle la verdad sin herir sus sentimientos.

'Jennie, por favor perdóname. Realmente nunca quise mentirte... pero no puedo perderte así. Simplemente no puedo.'

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Había pasado un día desde el incidente en el hotel HuaRong. Jennie sintió que no había nada malo con Lisa. Pensando que podría haber estado alucinando esa vez, Jennie decidió no pensar demasiado y seguir adelante. Además, ella lo sabría todo cuando llegara el resultado de la 'investigación'. Por ahora, creerá en Lisa. Como lo sabía, Lisa no le mentiría. Lisa no la lastimaría.

Hoy era domingo y ambos decidieron limpiar la casa juntos.

Aunque ella y Lisa limpiaban la casa alternativamente y, a veces, su abuelo también enviaba a alguien a limpiar de vez en cuando, ella todavía quería que ambos limpiaran la casa de vez en cuando.

Nunca se imaginó limpiando la casa junto con alguien como si fueran marido y mujer. Jennie, pensando en Lisa, de repente sintió que su corazón estallaría debido a la felicidad.

Ella nunca supo que vivir con alguien te haría feliz. Debería haberlo hecho hace unos años. Por una vez, se alegró de haber tomado esa estúpida decisión en aquel entonces.

Actualmente estaba de puntillas, tratando de limpiar el armario. Su mano izquierda la sostenía y presionaba el fregadero mientras la otra intentaba alcanzar las cosas dentro del armario. Cuando casi alcanzó la taza en el armario, de repente alguien olió su axila.

Ella se sobresaltó y rápidamente dio un paso atrás, debido al desequilibrio, casi se cae al suelo. Afortunadamente, un brazo de repente rodeó su cintura y la agarró hacia arriba. Era Lisa. Sus miradas se encuentran.