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Atsushi tenía una alegría casi sólida cuando leyó el mensaje, y como era de esperarse, aceptó ir con Dazai sin reparos.

Con los codos en la mesa, apoyó la cara en sus manos mientras tenía una sonrisa en el rostro.

"Dazai ya es mi novio, tengo que enfocarme en ser lo más atento posible para demostrarle cuanto lo quiero y cuanto me importa. Si hago eso, entonces poco a poco comenzará a sentirse amado y va a tener alguien en quién confiar, ¡y ese alguien seré yo! Debería regalarle algo. Sí, eso haré. Tengo de hoy al sábado para buscar su regalo", pensaba el peliblanco.

—¡Atsushi! —Shirase le habló, sacándolo de sus pensamientos—. ¿Tienes una calculadora científica que puedas prestarme?

—¿Eh? ¿Calculadora científica? No tengo, ¿por qué? —contestó Nakajima aún con la cara en sus manos, sin preocupación alguna.

—¡Para el examen de Cálculo! ¡Es hoy!

El rosto inexpresivo de Nakajima poco a poco se fue transformando en sorpresa, y esta a su vez se volvió preocupación.

—¿Había examen hoy? —preguntó Atsushi sin moverse debido al impacto.

Kunikida entró al salón con paso firme. Tras dar un seco saludo a sus estudiantes, repartió los exámenes.

Lo más seguro era que Nakajima reprobaría el examen, pero eso no lo aquejó. Ya había llegado a su mente lo que le regalaría a Dazai.

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El sábado, Atsushi se vistió cuidando su apariencia; no ponía tanto empeño vistiéndose para ir a la escuela, pero con Dazai la situación era diferente. Llevaba un pantalón cargo azul marino y una holgada camisa estilo pirata de color hueso. No era una vestimenta muy extravagante; sin embargo, se veía bastante bien.

Pronto, Atsushi llegó al apartamento de Dazai. Apenas tocó la puerta, el castaño abrió de inmediato y se lanzó a abrazar a Atsushi.

—¡Atsu! —exclamó con viva energía mientras lo rodeaba con los brazos—. ¡Por fin te veo! ¡Todos estos días de tu ausencia no pude hacer más que dejarme abatir por el infortunio! ¡Cada segundo lejos de ti me hizo sufrir una eternidad de dolor y siglos de tortura!

El chico de cabello banco estaba rojo como un tomate. Se encontraba menos incómodo que en ocasiones anteriores, pero todavía no terminaba de acostumbrarse a recibir afecto.

—También te extrañé, Dazai —sonrió Atsushi aceptando el abrazo y acariciando el cabello de Dazai.

Se separaron y Dazai de inmediato jaló la muñeca de Atsushi para que entrara al departamento.

—¡Pasa, pasa! —dijo Dazai en un tono jovial.

—Y por cierto, ¿para qué querías que viniera?

—¿Cómo que para qué? ¿Qué insinúas? —el castaño fingió sentirse ofendido—. ¿Acaso no quieres pasar tiempo conmigo?

—No es eso, es que...

—Tuve un arrebato de locura y en mi cerebro germinó el propósito de hacerte una entrevista.

Nakajima se quedó perplejo al escuchar eso.

—¿Una entrevista? —preguntó el peliblanco mientras miraba a Dazai tomar el cuaderno que estaba sobre la mesa de la sala.

—Siéntate, cariño, siéntate —indicó Osamu a la vez que colocaba la mano en la espalda de Atsushi para guiarlo a un sillón—. Te haré algunas preguntas sobre ti, son muy sencillas, no tienes que preocuparte.

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⏰ Última actualización: Jan 02 ⏰

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BANCA, PAJARRACO Y BOMBONES [DAZATSU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora