[Chapter nineteen - Dangerous]

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[𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒏𝒊𝒏𝒆𝒕𝒆𝒆𝒏 - 𝑫𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔]

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[𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒏𝒊𝒏𝒆𝒕𝒆𝒆𝒏 - 𝑫𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔]


Por la mañana, Saint despertó con el cuerpo dolorido y marcas en algunas partes de su cuerpo. Los dedos del menor marcados en sus caderas y piernas, y unas cuantas mordidas en su pecho. Había partes que no alcanzaba a ver, pero estaba seguro que estaban en la misma situación.

Comenzó a trazar círculos en los fuertes brazos de Perth que lo abrazaban por la cintura, sintiendo la cálida respiración en su nuca. Era una sensación agradable. Simplemente se sentía completo. Con cuidado se dio la vuelta para quedar de frente al rostro acompasado del azabache.

Con la yema de sus dedos apartó el cabello que le cubría la frente, acarició sus cejas, párpados, pómulos y finalmente los labios, inclinándose para depositar un dulce beso. Y tal como había pasado la primera vez, un sinfín de sensaciones le hizo explotar en un ataque de felicidad.

Se cubrió con las sábanas tratando de que Perth no escuchará su risilla tonta y se despertará, pero al cubrirse con ella se percató del problema creciente entre las piernas del chico que dormía plácidamente a su lado.

Una enorme erección mañanera se alzaba brillante ante sus ojos hambrientos. Una idea pasó como rayo por su cabeza, y la sonrisa traviesa en su rostro se hizo más grande.

Se deslizó hasta su objetivo tomándolo entre sus dedos masturbando de arriba abajo, escuchando el suspiro que salía del contrario. Con entusiasmo tomó aquella circunferencia entre sus labios gimiendo de gusto cuando la punta salada hizo contacto con su lengua. Cubre sus dientes con los labios y comienza un vaivén sincronizado con sus dedos que viajaron hasta su agujero para prepararse.

Al instante siente como los largos dedos de Perth se enredan en su cabellera, acariciando y tirando de ellos.

— Mierda, vas a matarme. — Descubre su rostro, lanzando las sábanas a un lado, teniendo una vista increíblemente erótica —. Mmhm, bebé. Tienes una boquita deliciosa. — Gime en medio de una sonrisa sin quitarle de encima esos ojos ardientes que lo hacen perder la razón —. Muéstrame que tan profundo puedes llegar, amor.

Gira la lengua alrededor de la punta y las caderas del contrario se alzan, se muerde los labios al probar las maravillas que podía hacer con la boca. De repente toma toda la extensión hasta que el glande choca con su campanilla chupando con fuerza y a un ritmo constante, sintiéndolo en los labios, garganta y labios otra vez.

— Estoy a punto, cielo. — Y cuando siente que los muslos de Perth tiemblan bajo la palma de sus manos, se detiene abruptamente.

— No he terminado. — Saca los dedos de su agujero, ya completamente listo. Se coloca a horcajadas sobre él, con una pierna a cada lado de su cadera, dejando su trasero sobre la prominente erección comenzando un vaivén marcado de caderas.

Toma la polla entre sus dedos y la dirige a su agujero deslizándose hasta que está completamente sentado sobre ella. La siente palpitar en su interior, caliente y dura, lista para liberarse una vez más en su interior. Hace una rotación de caderas disfrutando de la sensación.

[Shooting Stars] ➳ PerthSaint © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora