[𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒘𝒆𝒏𝒕𝒚 𝒔𝒊𝒙 - 𝑻𝒉𝒆 𝒉𝒂𝒕𝒓𝒆𝒅 𝒐𝒇 𝒂𝒏 𝒖𝒏𝒓𝒆𝒒𝒖𝒊𝒕𝒆𝒅 𝒍𝒐𝒗𝒆]
— ¿Dónde estabas?
Alice da un salto del susto al escuchar la voz de su esposo al entrar en la cocina. Estaba parado a un lado de la barra sosteniendo una copa vacía.
— Fui al hospital.
— ¿Estás enferma? — Se da la vuelta para tomar el vino y servirse.
— No, pero fui a ver a nuestro hijo porque pensé que algo le había pasado, y resulta ser que Perth es quien está hospitalizado.
— Ya veo. ¿Y cómo está? ¿Ha sido algo grave? — Alza las cejas con falsa preocupación, tratando de persuadir a la mujer.
— No tienes que fingir, seguro te enteraste de su estado antes que yo. — Avanza a su lado en la barra manteniéndose tranquila, aun cuando quería gritarle en la cara.
— No tengo idea de lo que estás hablando.
— De lo que tus hombres le hicieron a Perth por órdenes tuyas. ¿No corrieron a decirte que lo dejaron desangrándose en el estacionamiento de Gavik? — Le dedicó una mirada llena de rabia, apretando la mandíbula —. Solo tú serías capaz de cometer actos tan cobardes y miserables.
— Cuida como me hablas, y escúchame...
— No. — Interrumpe entre dientes —. Escúchame tú a mí, ya te he dejado hablar y tener la última palabra durante muchos años, ahora es mi turno. ¿Por qué te molesta tanto que nuestro hijo salga con Perth?
— Ya lo sabes, no tengo que repetirlo. Ese chico no tiene herencias ni un buen apellido que ofrecerle a mi hijo. Es un don nadie.
— Yo era una don nadie cuando me conociste.
— Es diferente. — Bufa, bebiéndose de un trago el contenido de la copa.
— ¿En qué es diferente? Es exactamente lo mismo. ¿Por qué no aceptas de una vez lo que realmente pasa? Todo esto tiene que ver con tu odio hacia los Tanapon.
— Estás hablando estupideces.
— ¿Se te olvidó quién era antes de ser tu esposa? ¿De dónde vengo y el por qué me pediste matrimonio?
— Te amo, por eso te pedí matrimonio, Alice.
— Pero nunca me amaste como a él. — Aguanta el sollozo en la garganta —. Todas las noches que me contrataste para pasar la noche contigo fue para sacarte a alguien de la cabeza. Estuviste enamorado de Mark durante tanto tiempo, pero él no iba a dejar a su esposa por ti.
— Cállate, eso no pasó, no es nada.
— ¿Nada como para cortar los frenos del auto en el que iba Perth? Sabías que había una probabilidad alta de que nuestro hijo también subiera a ese coche y el daño que ibas a causarle a unos padres por la pérdida de su hijo, pero tu propósito fue más fuerte. ¿Nada como para derribar el avión donde iban? ¿Nada como para dejar a Perth sin sus padres porque estabas encaprichado con Mark? — Espeta con las lágrimas mojando sus mejillas, siendo imposible detenerlas ahora que ha comenzado —. Todas tus acciones siempre estuvieron encaminadas a hacerle daño a los Tanapon.
El señor Suppapong se quedó en silencio, mirando a todos lados menos a su esposa. Él era consciente de todo lo que le decía y lo mucho que le molestaba que se lo recordará. Era verdad. Cada maldita palabra golpeaba su cabeza con esa certeza en el tono de voz de Alice.
Los recuerdos se dispararon como corrientes; su enamoramiento del pasado, las veces que hizo daño a esa familia, cuando mandó a sus hombres a cortar los frenos del coche, el accidente de avión y todo el empeño que dio para encontrar a Perth y que tuviera el mismo final que sus padres cuando se enteró que éste no había abordado con ellos.
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[Shooting Stars] ➳ PerthSaint ©
FanfictionGavik University of Bangkok; la definición de sexo, drogas y alcohol. "Voy a buscarte en las estrellas del cielo. Hasta nuestra próxima vida, Sirio" - Deberíamos terminar. - No puedo creer que haya sido la última vez que escuché su voz. «Certificad...