"Entonces te vi en el espejo, y supe cuan rota estabas.🦋"
No todo en la vida es lo que solemos mostrar frente a todos. A la gente le miento siempre, ya no llevo la cuenta de la última vez que dejé de ser honesta. Ahora mi boca está cerrada, cocida y nadie sabe lo que callan éstos labios.
A simple vista, para todos solemos ser la pareja prototipo ideal, llena de amor y respeto. Puertas adentro no existe ninguna de las dos palabras.
Dos años pasaron desde que llevaba aguantando ésto, aunque muy en el fondo me quería ir, mi corazón sentía que él podía cambiar para bien. Yo podía mejorarlo para un futuro.
—¡Maldita estúpida!
Un golpe, eso sonó en toda la silenciosa habitación. No lloraba, porque ya no sabía cómo hacerlo, no me ayudaba en nada y menos me favorecía. No me dolía el puñetazo, porque más me dolía mi alma.
Quedé inmóvil contra la pared, sosteniendo mi mejilla lastimada. Podía sentir el sabor de la sangre entre mis dientes. Luke me cogió del cabello y me empujó contra uno de los muebles que habíamos comprado.
Recuerdo a la perfección que ese era su favorito. De hecho, sabía cada cosa que le gustaba, ¿Él también sabría lo que me gustaba a mi?
—¡No vuelvas a cocinar esa porquería!
Otro golpe, ésta vez en el estómago. Y a ese le siguieron más y más golpes fuertes que me dejaron en el suelo inconsciente. Mientras él tomaba su chaqueta de cuero marrón y salía por la puerta como si nada pasara detrás de ella.
Permanecía tirada allí como una basura durante media hora, en ese momento el teléfono sonaba, entonces me levanté tambaleando aún y atendí al tercer pitido.
Era él, siempre lo era.—¿Estás mejor?
Podía notar que estaba más calmado así que limpié unas lágrimas traicioneras que se deslizaron por mi mejilla. Amaba con locura a Luke, pero anhelaba como era cuando nos conocimos.
Él era una persona que se preocupaba de mi bienestar, traía lo que necesitaba cuando me lastimaba o me sentía mal, inlcuso faltaba a su trabajo y cuidaba de mi. Extrañaba al hombre del que me enamoré hace dos años atrás.
Ahora no quedaban ni migajas de lo que una vez fue, ya no se preocupaba por mí como solía hacerlo, él era quien lastimaba mi ser. No faltaba a su trabajo por mi, lo dejó y vivía del dinero de su padre y del mío como un holgazán, y yo lo permitía porque lo amaba.
El amor es como un círculo vicioso del cual necesitas demasiada ayuda para salir, a mi nadie me ayudaba, ni siquiera mis amigas. Ellas me veían los morados, porque eran difíciles de ocultar, pero en vez de preguntar el porqué solo decían que la culpa era mía por ser tan fastidiosa.
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El Peso del Amor [1] © (Pausada)
Ficção Adolescente«...Tienes que dejar de aguantar lo que te lastima...» ▫️▪️▫️▪️◾▪️▫️◾▫️ Esa sensación de terminar con todo lo que te daña me carcomía lentamente la cabeza. La voz de mi interior no me la ponía fácil y cada vez era más fuerte, intensa; simplemente no...