21. Una figura problemática

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¿Qué hora era?

Por alguna razón, quería gritar... Hacerle saber que no se rendiría en ese sótano que, en comparación de la otra vez, estaba totalmente limpio.

Posiblemente, podría degollarlo si hacia algo de eso. Esperaba que Sunghoon tuviese tan solo un poco de corazón... Que recuerde sus cortos y pequeños buenos momentos.

Aunque, sólo le mentía a su mente... Sabía que ese mecanismo que controlaba las emociones no estaba incorporado en el sistema de Sunghoon, o bueno, funcionaba con lo que sus intereses guiaban.

A estas horas, los rayos del sol comenzarían a pegarle en el rostro a Riki, haciendo que se despierte y, subsecuentemente, despertando al mayor... Pero era distinto.

¿A quién le miento? En realidad era igual...

Un rayo traspasó la ventana y comenzó a darle en el rostro a Sunoo, quién se movió algo inquieto al igual que anoche.

Por accidente, su cuerpo chocó con el del pelinegro, quién agarró su brazo de reflejo, logrando hacer chillar al menor.

— Buenos días, supongo. — Suspiró levemente, soltando el brazo de Sunoo y dirigiendo su vista a él de reojo. —

Una sonrisa ocupó por completo su rostro.

Sunghoon sonreía al ver a Sunoo.

¿Acaso eso era normal?

Sonriendo de la forma más pura posible... Ni siquiera Riki logró eso. Quizás una vez o dos pero de pura casualidad o en momentos muy específicos.

Sunoo no sabía cómo sentirse... Agarró la cobija y tapó su cuerpo por completo. Seguía cansado, tenía mucho sueño y la cama estaba calentita y cómoda... Muy distinta a aquel colchón del sótano.

— Sunnie, ¿Quieres desayunar?

— ¿Mmh? ¿Desayunar...? ¿Qué cosa?

— Lo que quieras, yo lo preparo.

— ¿E-En serio?

— Sí, bebé.

¿Bebé? ¿Qué clase de apodo era ese?

El menor le dió la espalda a Sunghoon y antes de que el mismo diga algo, respondió.

— Algo dulce estaría bien... Algo con chocomenta...

Sí, trataba de molestar al mayor.

7:30 a.m., no iba a haber absolutamente ningún lugar abierto donde vendiesen chocomenta y si no cumplía su "Lo que quieras", podría jugar en su contra.

— Bien, ya vengo.

...

¿Tan simple sonaba eso?

Se sentó en la cama y esperó. No era posible que Sunghoon le trajera algo con chocomenta, casi todo el mundo odiaba ese sabor, ¿Verdad...?

Frotó sus ojos reiteradas veces y volvió a acostarse ya que el tiempo pasaba muy lento.

Minutos después, la puerta volvió a abrirse. Sunghoon apareció otra vez con... Una bandeja con cosas que se veían deliciosas. La boca de Sunoo se hacía agua pero intentaba contenerse.

— Batido de chocomenta y galletas rellenas de chocomenta, ¿Es suficiente?

El menor ni siquiera podía expresar su encanto en aquel momento. Acomodó la bandeja sobre sus piernas y tomó un poco del batido, aunque algo rápido ya que se congeló en segundos.

Comenzó a darse golpecitos en la cabeza hasta que se le pasó y sonrió. Susurró un simple "gracias" a Sunghoon y siguió comiendo y bebiendo aquellas cosas.

Eres Mío (Hiatus Temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora