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Minji supo que iba a tener un hermano más cuando sus padres ya estaban en las peores condiciones. Eso sucedió a sus catorce años y no fue la mejor noticia.

Para Minji la atención en su casa era pésima y, aunque pasara el tiempo, eso no cambiaba. Su madre la seguía tratando de una forma muy mala y Minji ya no se esforzaba por recibir un trato digno, porque realmente no valía la pena.

Entonces, Minji se refugió en Minjun. Él era el único que realmente la tomaba en serio y podían hablar de un montón de cosas sin sentir que él la juzgaría.

Se dio cuenta de eso el día en el que le dijo que estaba teniendo muchas complicaciones en casa.

Minjun le estaba enseñando a tocar batería cuando él, con sus ahorros, compró una en Gangnam y ahora la habían colocado en el garaje.

Las cosas no estaban muy bien en la casa, pero Minji y Minjun buscaban la paz en sus mentes juntos, aprovechando la música para salir de sus tristes experiencias por tener una familia tan disfuncional.

—¿Qué te gustaría aprender? —preguntó su hermano.

El garaje era mediano, pero espacioso. Su madre guardaba muchas cosas de la casa allí y una de ellas era un sofá viejo, en el cual Minji tomó asiento.

—No lo sé —murmuró. —En la radio está sonando mucho una chica que se llama Taylor Swift —se encogió de hombros —. Igual me gustaría probar una canción de Keane.

—Adelante, entonces.

Minjun se sentó en el banquillo y tomó las baquetas, pero no se dispuso a tocar porque Minji estaba realmente distraída.

—Algo te pasa —aseguró él. —¿Mi mamá te dijo algo?

—Ni siquiera me habla —dijo desganada. —Es solo que ahora que dijo que está embarazada y mi papá realmente desapareció, siento que todo será peor.

Minjun asintió.

—No es culpa del hermano que tendremos, pero mamá prioriza cosas de una manera horrible. Estoy segura que ahora que voy al dentista con la señora Kang, va a hacer que yo pagué las consultas.

—No puede hacer eso —negó molesto.

—Ella es capaz de hacerlo —Minji suspiró.

Se acomodó en el sofá y apoyó sus codos en sus rodillas, mirando fijamente a Minjun.

—¿Qué es lo que ha hecho que me odie tanto? O no sé si es odiarme, pero te das cuenta que algún problema tiene con que yo sea su hija. Eso no lo logro entender.

Minjun dejó a un lado las baquetas y mantuvo una expresión de confusión frente a lo que Minji planteó, que era muy cuestionable hasta para él.

Tenía que admitir que su madre no era la mejor. Increíblemente ninguno podía decir de manera firme que ella era la mejor madre del mundo porque eso era mentira, y provocaba bastante tristeza no poder mencionarlo como muchos otros jóvenes hacían en el pueblo cuando se trataba de sus madres. Hasta para el día de las madres era difícil decirle algo realmente bonito a Areum porque, desde la perspectiva de Minji y Minjun, no había muchas cosas que destacar.

Incluso si se esforzaban buscando, ella era una mujer tan dura e insensible que dañaba mucho con lo que decía. Sobre todo lo que le decía a Minji.

—No es por ser un mal hermano, Min, pero quizás... —se encogió de hombros —, no fuiste planeada.

El silencio hizo que Minjun enseguida se contradijera.

—No me refiero a algo realmente malo.

—¿Yo fui un error?

naturalmente desastroso | bbangsaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora