𝑪𝒂𝒑𝒊̂𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽: 𝑫𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆𝒔𝒖𝒓𝒂𝒔 𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒗𝒆𝒏𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂𝒔

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Como miembro del shogunato* tenía ciertos protocolos que seguir, debía ser amable, bondadoso, pero firme, debía estar siempre erguido, con la mirada al frente y porte seguro. Tenía que levantarse temprano para ser aseado y vestido con finos kimonos, para después tomar lecciones con varios sabios de la corte y pasearse por el harén real para hacerse cargo de los problemas de este, aunque esto ultimo nunca lo hacía pues a consideración del emperador, él era muy joven para hacerse cargo de ello y aún era tarea del concubino favorito del emperador.

Megumi decidió usar él tiempo muerto después de sus lecciones para dedicarse a leer bajo la sombra de un árbol en su jardín, como se le había hecho costumbre desde que llegó al palacio imperial, pero nunca esperó que cuando quisiese ir hacia su jardín, en la salida hacia él patio se resbalase con algún tipo de aceite y cállese desde dos escalones hacia el frio pasto, soltando un grito fuerte que asustó a Tsumiki quien inmediatamente fue hacia él, pero sufrió la misma suerte que Megumi.

Él pequeño apenas se había levantado, dolorido por la caída, e iba a ayudar a su hermana cuando se paró en algo que enganchó a su pie y lo jalo bruscamente hacia el poco profundo riachuelo de peces koi, donde quedó empapado. Unas ruidosas risas lo alertaron de quien había sido el perpetrador de aquella travesura y sus sospechas se confirmaron cuando volteo y vio una mata de cabello rosa corriendo lejos de él.

—¡¡AHHHH!!— Gritó molesto, mientras se intentaba levantar, batallando con su kimono mojado —Me las va a pagar— declaró él Omega chapoteando en él agua.

Yuuji tenía un horario bastante estricto como segundo príncipe del imperio, cuando salía él sol él ya debía estar listo pues junto a Panda, Esou y otros chicos de la corte, tenía un fuerte entrenamiento militar por un instructor del ejército imper...

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Yuuji tenía un horario bastante estricto como segundo príncipe del imperio, cuando salía él sol él ya debía estar listo pues junto a Panda, Esou y otros chicos de la corte, tenía un fuerte entrenamiento militar por un instructor del ejército imperial, luego de comer y refrescarse debía recibir lecciones con varios sabios de la corte, sobre la guerra, las finanzas y la justicia; para finalizar su día debía tomar él té con su hermano mayor, Choso y entonces podría retirarse a sus habitaciones; claro. Siempre buscaba tiempo para jugar y era el consentido de sus hermanos, por lo que no era muy difícil encontrarlo jugando con Panda, Esou, Kechizu y otros niños de la corte, como Kokichi o Noritoshi.

A Yuuji no le gustaba levantarse tan temprano para entrenar, no era madrugador en absoluto, pero estaba un poco motivado pues en esta ocasión iría Haibara Yu, un capitán de la guardia imperial, quien era bastante genial. Yuuji adoraba al joven capitán, pues era muy fuerte, siempre lo veía vencedor en los enfrentamientos de exhibición que organizaba su hermano.

Pero que alguien tan fuerte lo fuese a entrenar no terminaba de eliminar el sentimiento de querer estar durmiendo, todo empeoraba mientras él sol agarraba fuerza en él cielo, quemando su piel y haciéndolo sudar. Pero sin duda hubo algo que acabó con su poca emoción de ser entrenado por él joven capitán.

Él Alfa estaba parado en posición de firmes, él sol ya estaba calentando él ambiente y tenía dos horas entrenando; Yu Haibara había parado su entrenamiento para explicarles la importancia de estar siempre alerta, cuando lo vio.

𝐄𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐨𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 [𝑰𝒕𝒂𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora