𝑪𝒂𝒑𝒊̄𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑰𝑰: 𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒆𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆

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Yuuji es en realidad el cuarto de cinco hijos del emperador Kenjaku, más, se referían a él como él segundo príncipe del imperio por ser él segundo hijo que tuvo con su consorte, Jin, un Omega de gran belleza y cabellos castaños casi rosáceos; un Omega que lamentablemente falleció muy temprano, dejando a un pequeño Yuuji sin el confort y la comodidad de un padre Omega.

Pese a que no gozó del amor de un padre Omega, Yuuji fue criado con mucho amor, por parte de sus sirvientas Omega quienes se deshacían en elogios hacia el pequeño bebé, Uraume, él esposo de su hermano mayor también lo adoraba y solía cocinarle deliciosos platillos que compartía con Sukuna, adoraba pasar tiempo con ellos, pero sin duda quien más le mostró amor fue su hermano mayor, Choso.

Choso era muy joven cuando nació Yuuji, y pese a que todos creyeron que le tendría resentimiento, desde que lo miró, lloroso y envuelto en suaves mantas en su cuna, lo amó.

Intentó ayudar a Jin en todo lo posible para él cuidado del bebé, cuando su propia madre dio a luz a Esou él aun era muy pequeño y no recuerda como era, además de que su madre era muy severa con su educación como príncipe Omega y en cambio Jin era muy consentidor con él.

Fue el primer invierno de Yuuji cuando Jin enfermó, Choso recuerda claramente a todas las sirvientas alejando a Yuuji y a él mismo cuando el consorte del emperador comenzó a toser sangre; murió rápidamente después de eso, quedando un Yuuji muy pequeño solo y un reino desconsolado.

Después de ello, Choso se encargó de mimar y llenar de amor a su hermano menor, cuidándolo en lo que sus posibilidades podían, supervisando su salud y su educación, casi como una madre devota, que era gracioso para Sukuna, quien se encargaba de llevar al joven Yuuji por él mal camino, llevándolo a combates de exhibición o concursos de arquería.

Choso también se encargó de enseñarle a ser alguien de bien, una persona amable, con un buen carácter, leal y bondadosa, cualidades de un príncipe, que también se ha encargado en inculcar en Esou y el Kechizu. Por lo tanto cuando Kento Nanami le pidió que le permitiera a Yuuji pasar un día completo con el consorte del emperador Sukuna para que se hicieran amigos, Choso creyó que si aquel niñito era bueno con su hermano, Yuuji lo aceptaría como su compañero de juegos de inmediato por su actitud mansa y bondadosa, por esa misma actitud le pareció shockeante que su hermano se comportara tan irascible con aquel pequeño pelinegro.

 Por lo tanto cuando Kento Nanami le pidió que le permitiera a Yuuji pasar un día completo con el consorte del emperador Sukuna para que se hicieran amigos, Choso creyó que si aquel niñito era bueno con su hermano, Yuuji lo aceptaría como su compa...

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—Yuuji ¿Por qué te comportaste así como Megumi?— Preguntó Choso, mientras peinaba los rosáceos cabellos de su querido hermano, quien solo hizo una mueca.

—No me agrada— Respondió el niño con un puchero, para después saltar de su regazo.

—Comprensible— Asintió Choso —Pero nuevamente ¿Por qué?— Se agachó a la altura de su hermano, quien comenzaba a sacar unas espadas de juguete de un gran cofre —¿Él te hizo algo malo? ¿Ya lo conocías antes de hoy?

Él niño hurgó el fondo del cofre hasta sacar unos soldados de madera que comenzó a formar en el piso.

—Yuuji, respóndeme por favor— La dulce voz del pelinegro mayor hizo que él pequeño príncipe hiciera un puchero

𝐄𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐨𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 [𝑰𝒕𝒂𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora