Louis, el millonario.

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16 de Agosto, era el cumpleaños de Louis, cumplía 30 años, Louis era un exitoso empresario, de esos que cualquiera tendría envidia, él tenía la mejor casa que se podría conseguir en la mejor ciudad donde él y su familia vivían.

Louis tenia, además de la mejor casa, el mejor auto, el mejor empleo, tenía una hija maravillosa, una esposa preciosa, tenía la vida perfecta, tenía todo el dinero que quería, las cosas que quería, el único problema de Louis es que era un hombre egoísta, tacaño, egocéntrico y orgulloso.

Pero bueno, como les contaba era el cumpleaños de Louis, había mucha gente en su cumpleaños, la mayoría de ellos millonarios, los otros, solo eran familiares y amigos de Sara, su esposa. Era la hora de soplar las velas, todos cantaban la clásica canción del ''Feliz Cumpleaños", entonces dejaron de hacerlo para que Louis pudiera soplar las velas, y así lo hizo, todos comenzaron a aplaudir, era el cumpleaños perfecto, excepto claro por una pequeña cosa, Louis se desmayó, nada importante, según él.

Cuando Louis se despertó, estaba recostado en su cama, al pie de ella estaba sentada su esposa, la bella Sara.

-Despertaste —Dijo Sara.

-¿Desperté?, dime ¿Qué pasó? —Preguntó Louis confundido.

-Pues no lo sé, estábamos cantándote y de la nada te desmayaste —Le respondió Sara con voz angelical.

-¡Oh rayos!, hice el ridículo en mi fiesta de cumpleaños —Mencionó Louis.

-No creo que desmayarte sea hacer el ridículo amor —Dijo ella —Dime, ¿hace cuánto que no te haces una revisión medica? —Le preguntó Sara mientras se recostaba al lado de Louis.

-¿Revisión médica?, ¿y eso para qué?, por favor amor, no seas ridícula, solo fue un desmayo —dijo él con enojo.

Entonces Louis y Sara comenzaron a discutir por un lapso de una hora, porque Sara quería que Louis vaya al médico, pero Louis no, ya que, aunque no lo admitía, le tenía fobia, pero como siempre, Sara ganó la discusión.

Era Lunes 11:00 am, Louis se despertó apurado ya que tenía que estar en el hospital a las 11:30 am, Louis tenía la mala costumbre de levantarse tarde desde que tenía ocho años.

Los resultados de su revisión estarían listos para la próxima semana, esa semana paso muy rápida para Louis, bueno, para él siempre pasaban rápidas las semanas. Como siempre, rechazó todos los grupos de caridad posible, ofendió al vagabundo que siempre estaba a la vuelta de su empresa y trato mal a sus empleados, como dije, era una semana normal para él, pero eso cambiaría muy pronto.

Era lunes otra vez, Louis como siempre se levantó y llegó tarde al hospital, los resultados se los entregaría el doctor Mauro del Valle. Entonces el doctor le dio la lamentable noticia.

-¡No puede ser cierto!, ¡usted debe estar bromeando! —Dijo Louis con desesperación.

-Yo no bromearía con algo así señor —Dijo el doctor con seriedad.

-No, esto es una broma, seguro se las hacen a sus nuevos pacientes, ¡Oh, pero por supuesto!, seguro esta es una cámara indiscreta de esas que suelen salir en la televisión, ¿verdad?- Dijo Louis aún más desesperado.

-Señor Stone, cálmese, esta no es una broma, a usted solo le queda una semana de vida, usted tiene un problema degenerativo en el corazón, lo siento señor Stone, lo siento Louis —Le dijo el médico mientras bajaba la mirada.

-¿Una semana?, ¿una semana de vida?, ¿solo una semana de vida? —Dijo Louis y luego se desmayó.

Cuando Louis despertó, estaba recostado en el sofá de su sala, su televisor estaba encendido sintonizando un canal de deportes, entonces Louis creyó que todo había sido un sueño, pero no fue así, en la mesita central de su sala había una carta escrita por el doctor Mauro en la cual le explicaba el problema que tenía en el corazón y que lamentablemente no tenía cura.

Louis leyó la carta tres horas después de haber despertado. Después de todo lo ocurrido Louis comenzó a escribir una especie de diario en la cual narraba todo lo que hizo en su última semana de vida.

Una semana más de vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora