Capítulo 28

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Era finalmente viernes y es que añoraba mucho este fin de semana.

Necesitaba descanso de tantas clases, porque aunque estábamos por terminar el año, los profesores exigían cada vez más. Suspiré y seguí mi camino hasta mi habitación.

Alguien tropezó contra mí y me impulsé hacia adelante. Arrugué el entrecejo y me volteé a ver quien había sido la persona descuidada.

- Hola encanto. Pensé que no te alcanzaba. –La alegre voz de Adam hizo que mi mirada se suavizara, llevaba una sonrisa de soslayo que me daba a pensar que había disfrutado tropezarme solo por molestarme. Sin embargo, no pude molestarme con él.

- Que eres un descuidado, ah. –Le comenté con una sonrisa de lado.

Soltó una carcajada. –Tampoco ha sido para tanto. –Subió su mano hasta mi mejilla y la acarició sutilmente. – ¿Has hecho tu maleta?

- ¿Debo hacer maleta?

- Pues, pensé que te gustaría llevar algo pero no es como que haga falta.

Asentí, quedadamente. –Bien, quizá debería acomodar algunas cosas.

Se suponía que iríamos a cenar esta noche con los padres de Adam, y era muy extraño considerando que Adam y yo no habíamos llegado a formalizar nada. Ni siquiera podíamos decir con certeza que éramos una pareja, aunque puede que estuviésemos como "saliendo". Entonces me preguntaba cómo me presentaría o por qué debía acompañarle.

No me quejaba porque me gustaba pasar tiempo con Adam, solo no quería que esto se prestara a confusiones.

- Paso por ti en un rato. –Besó mi mejilla y caminó apresuradamente delante de mí. –Ah, quizá deberías empacar un traje de baño. –Se volteó un poco después y casi me gritó. Sonrió con picardía y me guiñó antes de seguir a paso apresurado hacia donde fuese que iba.

¿Traje de baño?

Me preguntaba qué era lo que estaba planeando Adam.

Llegué a mi habitación y después de dejar todas mis cosas sobre la cama, me encerré en el baño. Debía depilarme cualquier vello que estuviese creciendo por si iba en serio lo de tener que usar traje de baño.

******************

Había salido del baño y empaqué en un pequeño bolso negro que tenía un cambio de ropa, una toalla rosa y mi traje de baño de dos piezas en color negro, algunos artículos de primera necesidad y mi monedero con mi identificación y algo de dinero.

Decidí dejar mi cabello suelto y me até un pañuelo negro con detalles blancos en la parte de arriba. Había optado por usar un short negro y un suéter blanco que me quedaba algo holgado. Mis botas negras de suela alta en color blanco. Me coloqué un collar con un colgante en forma de la letra C en dorado.

Se oyeron dos golpes en la puerta y segundos después Adam apareció dentro de la habitación. Rodé mis ojos con diversión y me rocié un poco de mi perfume favorito.

Adam silbó y caminó hacia donde estaba yo, abrazándome por la espalda. –Estás preciosa, encanto. –Susurró con una sonrisa y dejó un suave beso en mi cuello.

Sentí mi piel erizarse y mi estómago cosquillear, haciéndome soltar una risita algo nerviosa. –Gracias.

Adam no me soltó, se quedó ahí y segundos después me dio la vuelta, de modo que quedamos de frente con sus manos en mi cadera, pegándome a su cuerpo. Mis labios se quedaron entreabiertos, algo aturdida y nerviosa, lo observé a los ojos y estaba mirándome con intensidad.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2020 ⏰

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El mujeriego está bajo mi cama (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora