Capítulo 8

120K 6.8K 302
                                    

Cerré mis ojos por un momento y los volví a abrir. El campus estaba algo desolado, sólo estaban dos de los obreros caminando de un lado al otro y unos tres o cuatro estudiantes caminando hasta su respectivo edificio aunque eso era obvio considerando la hora.

Las clases habían terminado hacia un par de minutos y todos habían corrido hasta sus habitaciones pero en cambio yo, salí a tomar un poco de aire ya que encerrarme en mi habitación hasta que me diera algo de sueño no me pareció una buena opción. Era viernes y siempre me habían gustado los atardeceres. Por lo que estaba sentada en una de las mesas de afuera del internado, disfrutando de un poco de tranquilidad y de la suave brisa de la tarde.

Una pequeña bolsa de papel blanca fue puesta frente a mí, llamando mi atención.

- ¿Y esto qué es? –Me di la vuelta para ver quien la había dejado allí.

- Míralo por ti misma.

Volví la vista a la bolsa que tenía un papelito pegado con algo escrito "Lograste sobrevivir a la semana de exámenes. ¡Felicidades!" debajo del escrito se podía observar el logo de Taco Bell estampado en la pequeña bolsa. Eché un vistazo dentro y eran un par de tacos. Solté una risita por el ocurrente escrito y mordí mis labios.

Giré la mirada hasta Adam. – ¿Todo bien ahora? –Preguntó.

Asentí. Le vi sonreír y yo no pude evitar hacerlo también. –Gracias.

- No ha sido nada. –Me guiñó. – ¿Qué haces aquí, sola?

- Necesitaba un respiro luego de esta estresante semana. –Vi como se dejó caer en el asiento junto a mí. –Lindo, ¿no? –Pregunté haciendo referencia al atardecer. Las distintas tonalidades de naranja, azul, morado y rosa se esparcían por todo el cielo mientras que el sol iba descendiendo hasta casi desaparecer para dar paso a la fría noche.

- Lo es. –Y así pasaron varios minutos, sólo sentados ahí, viendo la puesta de sol.

- Creo que será mejor que me vaya. –Me levanté, sacudiendo mis jeans.

- Bien. Luego te veo. –Se acercó hasta mi mejilla para dejar un beso ahí. Bajé la cabeza, con una leve sonrisa.

- Adiós. –Y me fui de ahí hasta mi habitación con algo de prisa.

- ¿Dónde habías estado? –Preguntó Chloe en el momento que entré a la habitación.

- Umm, sólo por ahí, dándome un respiro. –Respondí vagamente dejando mis cosas encima de mi mesita de noche, junto a mi cama.

- Has traído algo para cenar.

- ¿Uh? No pienso compartir mis tacos, Chlo. –Sonreí con cierta burla. –Puedes decirle a Logan que compre algunos para ti. –Inmediatamente ella se sonrojó.

- Debes compartir. -Hizo un pequeño puchero. -Y mañana traeré yo pizza para cenar. –Bastante justo, pensé. – ¿Saliste a comprarlos? –Preguntó curiosa y nos sentamos a comer los tacos juntas.

No sabía que responder. –Adam los consiguió para mí. –Preferí hablar con la verdad. No es como si pudiese mentirle a Chloe de todos modos.

- ¿Adam? ¿Adam Collins? –Preguntó algo incrédula. Asentí. –O sea que, ¿todo va en serio entre ustedes?

- ¿Entre nosotros? –Casi me atraganto. –No hay un nosotros. –Me encogí de hombros, restándole importancia.

Me lanzó una mirada de fastidio. – ¿Crees que Adam va por ahí comprando tacos para cualquiera?

- ¿Seguirás con el tema de Adam?

- Pero ¿no te parece ni un poco raro que haya–.

La interrumpí. –No quiero pasar mi noche discutiendo sobre cómo fue o no. Tal vez había sólo salido a hacer cosas y pasó por Taco Bell, no trates de buscarle el lado torcido a la situación. –Reí negando con la cabeza. Chloe siempre había sido de tipo que retuercen las cosas para darle el sentido que ella buscaba pero no le dejaría funcionar conmigo. Había sido algo del momento y ya.

- Yo creo que es bastante obvio que le interesas. –Mencionó. encogiéndose de hombros y comiendo el último bocado de su taco.

*********

- ¿Segunda vez en una de mis prácticas? –Se acercó Nick hasta la banca en la que había estado sentada con Chloe hacia un par de minutos atrás. Me besó en la mejilla cortamente, salpicándome con algunas de las gotas de agua que bajaban de su cabello. – ¿Vienes por mí o por la vista?

- De hecho, por la vista, seguro. –Le molesté.

- Eres cruel. No puedo creer que seas mi mejor amiga.

- Me amas, bebé.

- Cierto. Mucho, muchísimo. –Y con esa malvada sonrisa en su rostro se acercó a mí para apretujarme en un abrazo de oso.

- ¡NICK! –Chillé contra su cuerpo. Acababa de salir de la piscina así que estaba todo mojado, mojándome a mí también. –Eres despreciable.

- Me amas, bebé. –Canturreó utilizando las mismas palabras que yo. Le mostré mi lengua y él hizo lo mismo. A veces podíamos ser tan infantiles. – ¿A dónde fue Chloe? Creí haberle visto aquí contigo. –Miró hacia los lados, buscándola.

- Se ha ido con Logan. Me arrastró hasta aquí para verlo en plan de "amigos" pero fue a saludarlo y hasta ahora no ha vuelto. –Y así había sido, el equipo de natación tenía practica hoy así que luego de clases, Chloe decidió que vendríamos hasta piscina a sólo pasar el rato pero conociéndola como lo hacía, sabía que vendría a ver a Logan.

Al parecer iban más enganchados de lo que pensé.

Nick solo rió. Miré alrededor de la piscina, como los demás chicos del equipo se secaban luego de salir de la piscina.

Mi vista viajó hasta Adam quien pasaba reiteradas veces la toalla por su cabello en un intento de secarlo. Observé como una chica se acercaba a él y lo abrazó con entusiasmo. Fruncí el entrecejo. Era una chica de cabello rubio y de esbelto cuerpo. Adam parecía algo tomado por sorpresa, pero le devolvió el abrazo con una sonrisa. Ella se le colgó del brazo y le hablaba, sonriendo demasiado. Me resultaba algo incómodo.

- Adam tiene bastante atención femenina. Es un imán de chicas. –Habló Nick en cuanto me pilló observándolo. Dejé de mirarlo y observé en cambio a mi mejor amigo, intentando no sonrojarme por ser atrapada.

- Oh. –Dije con una pizca de decepción.

- Casi no he hablado con él, a pesar de que estamos en el mismo equipo, convivimos muy poco.

- Rondan varios rumores sobre él, como que es mujeriego.

- Ya sabes que la gente acostumbra a hablar de más. Pero como te dije, lo he tratado poco.

- Puede ser. –Comenté, pensativa.

- ¿Te cautivó su irresistible encanto?

Negué con la cabeza. –No estoy interesada.

Rodó los ojos divertido. –Voy a cambiarme, ¿vale? –Asentí y lo vi entrar en los establecimientos del área de la piscina.

Inevitablemente volví la mirada a Adam. La rubia no lo había soltado y seguían conversando y riendo. Ella lo jaló para llevarlo a un sitio y Adam levantó la mirada, buscando algo. Su mirada chocó con la mía y su sonrisa flaqueó.

Intentó plasmarla nuevamente en su rostro y ondeó su mano, en saludo hacia mí, le devolví el saludo con cierta inapetencia, antes de ver como se dejaba arrastrar por la chica lejos de la piscina.

Me dejé caer con una extraña sensación en la grada para sentarme.

Nick apareció varios minutos después cambiado en unos jeans negros y una camisa también negra. – ¿Qué tal un poco de comida china? Muero de hambre. –Sonrió y me fue imposible no devolverle la sonrisa. Extendí mi mano para que me ayudase a pararme y en cuanto estuve de pie, Nick pasó su brazo por mis hombros a la vez que salíamos de la piscina hasta su auto.

Era obvio que los rumores sobre Adam siendo un mujeriego eran ciertos.

Puse todo de mí para concentrarme en el momento que estaba compartiendo con Nick y la comida china, y mayormente en que mi mente no pensara que Adam estaba en ese mismo momento con la rubia.

El mujeriego está bajo mi cama (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora