Quitate la máscara

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Alicia Sanders

Ya estaba lista, me había puesto mi
ropa interior de encaje negro, seguro
a Thomas le encantaría, el vestido
que habían elegido para mi era
hermoso, de color negro tan grande
como el de una princesa, ese escote
de corazón no dejaba nada a la
imaginación, los tacones negros con
pulseras de serpiente, eran tan
cómodos.

Mi maquillaje era normal, solo lo que
atraía la atención eran los labios
rojos, mi cabello estaba planchado
para que no me reconocieran, la
bolsa negra quedaba con el outfit que yo llevaba, en la cama había
máscaras para elegir, yo opté por
una plateada con un diseño normal,
no queríamos llamar la atención,
todo lo contrario, era necesario
pasar desapercibidos, aún no había
visto a Thomas, había salido para
hablar con Alex pero no había
regresado.

Justo cuando pensé esto entro una
Thomas a la habitación tan elegante,
llevaba un smoking negro, todo
negro, su cabello estaba peinado
hacia atrás, los chinos habían
desaparecido, se veía tan bien, de
repente me encontré mordiéndome
el labio, el sonrió, maldita sea el
poder que tiene su sonrisa sobre mi
tan blanca y brillante que deja ciega,
esos labios tan rosas y sin duda ese
traje que le queda excelente, marca
mas su cuerpo que me pertenece.

-Te ves genial Alicia, que digo
siempre te ves hermosa, me pones
como un idiota, no puedo pronunciar
palabra.

-No digas eso Thommy, eres tan
lindo cuando te quedas embobado.-
dije riendo.

-Lo sé.-dijo sonriendo.-Tengo algo
que decirte, no te gustará nada.
mencionó cambiado su rostro y
poniéndose serio.

-No debe ser nada bueno para que
te pongas así.

-Resulta que la buena noticia es que
tenemos invitaciones y la mala es
que la chica que no las proporcionó
quiere que pase la noche con ella.

-¿Hablas enserio?.-pregunte seria.-
Estás loco si piensas que permitiré
eso.

-Noto un poco de celos en tu mirada,
no dormiré con ella, solo necesito
sacarle un poco de información,
nadie será capaz de llegar a tu nivel Alicia, no pienso en nadie que no
seas tu, cuando estoy contigo me
cuesta respirar, me pones como un
loco, no creo que pueda perderte
porque tú eres la compañera que
elegí y no dejaré que te me escapes.

-Eso es muy hermoso, pero no me
puedo hacer a la idea de que
vayamos juntos a esa fiesta y tú
estés con otra, se que quedamos
que seduciría a ese hombre, pero no
es nada cómodo para ninguno y si
veo que ella se acerca demasiado a
ti, no dudes que iré y la destruiré.
mencione fulminándolo como la
mirada.

-No es necesario, para los dos será
una actuación, no hay nadie que se
te compare, tú eres todo para mi
pequeña flor.

-Lo sé y tú para mi, pero que se
cuide esa chica, porque acabaré con
ella si se propasa.

-No lo hará, ¿acaso no confías en
mi?

-En ti si, pero en una asesina de su
nivel no confio para nada,
perdóname si te hago una escena,
ahora toma mi mano y vayamos a
acabar con tu padre.

-Bien, vayamos por el.-dijo sonriendo
maliciosamente.

-No más sorpresas Thomas, no
quiero molestarme, la noche apenas
esta empezando.
(
-Te ves exquisita con ese vestido.-
dijo abriéndome las puerta del carro
y mordiendo el lóbulo de mi oreja.

-No hagas esto aquí, no puedo llevar
tu olor cuando intento conquistar a
alguien más.

El carro era bellísimo, corría muy
rápido, Thomas estaba manejando y
no podía dejar de verlo, era como un
maldito iman, siempre me atraia a él.

LOS TÍTERES DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora