Los personajes más famosos de los cuentos de hadas, desean que sus herederos tengan los mismos finales felices que ellos. ¿Qué pasará cuando decidan tomar un rumbo diferente?
•Capítulos largos
•Historia 100% mía
•No se permiten adaptaciones🚫
•Insta...
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Frente al palacio de Cenicienta, llegó el carruaje donde iban la reina Aurora y el príncipe Beomgyu. El príncipe tuvo intenciones de bajar de inmediato, solo quería terminar la reunión cuanto antes. Su madre le frenó posando su mano en el hombro, obligándolo a volver a tomar asiento. Le escaneo por completo y seguidamente llevó su manos al cabello y ropa de su hijo, acomodando cualquier signo de imperfección.
— Debes verte hermoso — soltó Aurora con devoción — Hay que impresionar al príncipe.
— Yo siempre estoy hermoso, madre —afirmó con egocentrismo Beomgyu, sacándole una risa a su madre. — No necesito que me lo digan.
— No cabe duda que lo eres —apoyó Aurora — Pero intenta no hacer esas declaraciones frente a otros príncipes.
— ¿Por qué? —refutó Beomgyu — No me avergüenzo de mi amor propio.
— Ya corren rumores por el reino sobre tu sentimiento narcisista, Beomgyu, no queremos confirmarlo con las otras familias reales.
— Si se ofenden es por que saben que es cierto y estoy muy por encima de ellos — se burló Beomgyu, saliendo de una vez por todas del carruaje.
La reina Aurora negó con su cabeza, exasperada por lo orgulloso y terco que era su hijo, en ocasiones se preocupaba de que la seguridad de su hijo le jugase en contra en su futuro.
Cuando ambos llegaron a la entrada la reina fue la primera en recibirlos, a su lado se encontraba el príncipe Felix con una gran sonrisa.
— Nos complace recibirlos una vez más en nuestro palacio — dio la bienvenida Cenicienta — Que bueno ver una vez más al príncipe Beomgyu, estas esplendido jovencito.
— Gracias su majestad — se inclinó ante la reina anfitriona — Usted cada día esta más bella.
— Agradezco tus palabras — dijo un poco avergonzada — Pero los años ya se comienzan a notar.
— El príncipe Felix también esta muy hermoso — elogió esta vez la reina Aurora al joven príncipe— ¿Qué tal has estado?.
— He estado bien, su majestad, gracias por preguntar —contestó sin borrar su sonrisa amable.
— Felix insistió en veniros a saludar — les informó Cenicienta — Por desgracia, debe atender unos asuntos con su prometido.
Lanzó una mirada cómplice a la otra reina junto a una sonrisa que no tardó en ser contagiada en la otra mujer.
— Oh ya veo... —respondió con complicidad Aurora — Dale recuerdos al príncipe Hyunjin.
El príncipe se avergonzó, dejando ver como sus lechosas mejillas se tornaban ligeramente rojas.