Los personajes más famosos de los cuentos de hadas, desean que sus herederos tengan los mismos finales felices que ellos. ¿Qué pasará cuando decidan tomar un rumbo diferente?
•Capítulos largos
•Historia 100% mía
•No se permiten adaptaciones🚫
•Insta...
[Todo este capitulo son acontecimientos del pasado]
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Todo Everland se encontraba en completa calma, desde que los villanos más peligrosos desaparecieron de sus vidas, la población vivía en absoluta paz... pero esta no duró por mucho tiempo.
Muchos de los ciudadanos comenzaron a poner en duda los linajes reales, en especial el correspondiente en el reino "Corona", donde gobernaban Rapunzel y Flynn que ascendieron al trono poco después de el nacimiento de su primer hijo.
Al principio los habitantes del reino los acogieron con los brazos abiertos, felices por el regreso de su princesa perdida. Con el paso del tiempo, un pequeño grupos de rebeldes comenzaron a cuestionar el echo de que Flynn ascendiese al trono. No estaban contentos pensando que un ladrón les gobernaba.
Por suerte en ese entonces el grupo de reivindicadores era pequeño y pudieron controlarlo, pero poco a poco se fue haciendo más y más grande, causando temor por la posibilidad de un golpe de estado.
Fue en la primera noche que daba inicio a la estación otoñal, poco después de que el príncipe menor cumpliese sus nueve años, cuando el castillo recibió una emboscada que hizo activar las alertas de toda la guardia real.
Pese a la fuerte resistencia la guardia real iba perdiendo frente a los rebeldes. El primer general no tardó en llegar a la habitación donde la familia se escondía.
— Majestades debéis huir lo antes posible —determinó el hombre observando a los reyes.
Rapunzel abrazó con fuerza a sus dos hijos quienes se escondían entre sus brazos aterrados, incluso si se encontraban alejados, podían oír los choques de espadas y gritos desgarradores.
— No me iré de mi hogar —se opuso Rapunzel a abandonar el castillo que su padres le dieron como su legado, donde en cada pared guardaba recuerdos con su hermosa familia.
— Mi reina... —intentó hablar el general pero el rey le frenó con su mano, pidiéndole que le dejase a él hablar con su mujer.
— No hay otra opción, amor —le dijo Flynn acariciando la mejilla de su reina — Debemos ponerlos a salvo.
La mujer apretó sus ojos con fuerza, dejando escapar una pequeña lágrima que fue limpiada con gentileza por su esposo.
No perdieron más tiempo y salieron con rapidez, siguiendo al general por los pasillos. Llegaron hasta la parte del castillo donde dos corceles les esperaban.
En la yegua montó la reina junto a su hijo menor, quien escondía su cabeza odiando los gritos lejanos de las personas desfalleciendo. La mujer dirigió una mirada dubitativa a su esposo, temiendo que el plan no funcionase.
— Iremos detrás vuestra -le tranquilizó el rey con una sonrisa — Nos volveremos a encontrar te lo prometo.
— Juró que te odiaré como no cumplas tu promesa, Flynn Rader — amenazó Rapunzel, antes de emprender el viaje junto a su hijo menor.
El hombre observó como la yegua se alejaba del castillo, entre la oscuridad sin ser notada por nadie más que ellos. Cuando creyó que era momento ayudó a su hijo a subir sobre el hermoso corcel blanco, los gritos de los rebeldes se oyeron con más fuerza, estaban muy cerca.
— ¿Qué sucede, padre? — interrogó su hijo mayor con el rostro arrugado — ¿Por qué no subes?
— Llegó el momento de que Maximus tenga un nuevo jinete —dijo el rey con una forzada sonrisa intentado retener las lágrimas para no alterar a su hijo. Sabía que era una despedida.
— ¿Qué? —soltó sin entender a su padre. El rey acarició el pelaje del corcel y pegó su frente con la del animal.
— Por favor, cuida de mi familia Max —le susurró recibiendo un gesto de afirmación del corcel. Palmeó el lomo del caballo quien relinchó y galopó lejos del castillo yendo por el mismo lugar que fue la yegua momentos anteriores.
— ¡Espera! ¡No! —se oyó como gritaba su hijo queriendo darse la vuelta.
Las puertas se abrieron tras él dejando ver a un grupo de personas con antorchas y tridentes en sus manos.
El corazón saltó del pecho de Rapunzel al ver a su hijo mayor solo montado sobre el corcel blanco, maldijo a su marido y quiso llorar, pero no era el momento, aún corrían peligro. Por lo que aguantó sus lágrimas y llevó a sus hijos, donde sabían que estarían seguros y escondidos de toda persona.
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