Los personajes más famosos de los cuentos de hadas, desean que sus herederos tengan los mismos finales felices que ellos. ¿Qué pasará cuando decidan tomar un rumbo diferente?
•Capítulos largos
•Historia 100% mía
•No se permiten adaptaciones🚫
•Insta...
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Con pesadez, el joven de cabellos blancos empujó la puerta entrando al que era su hogar. Dejó la bolsa con los recados que le mandó su madre sobre una mesa cercana, para seguidamente subir las escaleras con dirección a su habitación.
La voz de su madre le frenó en el momento que pasó frente a lo que sería su despacho. Soltó un quejido lleno de irritación y se asomó a la sala, encontrando a la mujer sentada sobre un lujoso sillón con una fina taza en su mano.
— ¿Encontraste todo lo que te pedí? —preguntó la mujer llevando sus ojos a él, a la vez que daba un sorbo a la taza.
— Lo dejé en la entrada como siempre — contestó el menor sin expresión.
— Bien — asintió la mujer para seguidamente hacer un gesto con su mano, indicando que puede irse.
Sin esperar más de la mujer, Jeongin se giró deseando llegar de una vez a su dormitorio. Lo primero que hizo fue dejarse caer rendido sobre su cama, estaba agotado.
Desde temprano tuvo una sesión de teoría mágica, siendo un completo martirio a su parecer. No era muy divertido escuchar como su madre soltaba palabras que no entendía para nada, se alegró en parte que diese por terminada la sesión para mandarlo hacer recados, más tarde se arrepintió de ello. Se tardó gran parte día en encontrar todas y cada una de las cosas de la lista, recorriendo de un lado a otro el reino.
La luz naranja que ingresaba por su ventana le avisaba del inicio de un bello atardecer, que debido a su cansancio, Jeongin no supo apreciar. Se incorporó en su cama al recordar que gracias a su salida por el reino, pudo escuchar conversaciones y enterarse de sucesos ajenos perfectos para su revista.
Debido a la falta de emoción en su vida monótona, se consolaba escribiendo sobre la de los demás. Sentía como la vida de sus lectores debía ser similar a la suya, dado a la fuerte demanda por un nuevo tomo de su revista con nueva actualizaciones.
Sin dudas, el tema por excelencia que mejor funcionaba era cuando revelabas una nueva pareja en el reino, aunque cuando escribía sobre las parejas entre herederos, era igual de emocionante tanto para él como para su público.
Todos tienen una parte chismosa.
Jeongin no buscaba hacer mal a nadie, solo ignoraba el echo de que su hobbie no era bien visto por muchos. Su autoría era anónima para la mayoría y muy pocos la conocían, no podía arriesgarse a que su madre se enterase.
Podía imaginar su reacción escandalizada junto a miles de regaños, explicando lo mal que esta que su heredero se meta en la vidas ajenas. Para Jeongin sería muy hipócrita, dado que ella se metió en la de Cenicienta años atrás. Puede que no fuese exactamente lo mismo, pero eso al joven le daba igual.