―¿Sabes? es malo pasar por estos callejones de noche. ―reconocería esa voz donde fuera.
Es August quién me está hablando.
―¿Qué haces aquí? ―pregunto. ―él hace caso omiso a mi pregunta, acercándose a mí.
―Querida Isis, es peligroso que estés aquí a estas horas. Te acompañare a tu casa. ―dice, pasando su brazo por mis hombros, ―¿Qué esperas? camina.
Empiezo a caminar, mientras su brazo sigue donde mismo, nos mantenemos así hasta que se cansa y termina por sacar el brazo.
Él habla, trata de sacarme conversación, y me roba un par de risas de vez en cuando.
Ahora ya sé bastantes cosas de él, cuántos años tiene, qué desea hacer cuando termine de estudiar, e incluso sé que desea tener 2 lindas niñas con su novia, que para su desgracia tiene un carácter bastante fuerte.
―Eres bastante parlanchín, ¿sabías? ―le digo en broma, riéndome.
―Has herido mis sentimientos. ―lleva sus manos a su pecho y cierra los ojos, tratando de mostrarse ofendido.
―No seas dramático, August. ―volteo los ojos.
―Tú eres muy cruel, Isis. ―ahora lleva su mano a su frente, inclinándose hacía atrás levemente.
Río sin parar gracias a su broma, mirarlo me da aún más risa.
―¡Oye! ¡No te rías! ―grita, haciendo una especie de puchero bastante tierno.
―Perdón, es que si vieras tu cara en estos momentos. ―y vuelvo a reírme, un ataque de risa se desata en mí.
―¡Mejor camina! ―cruza sus brazos sobre su pecho, empezando a acelerar el paso, tanto que me deja atrás.
―¡No me dejes atrás! ―pido, tratando de alcanzar su paso, que es bastante rápido.
Honestamente no sé por qué, pero me volteo.
Cuando miro juro ver a alguien, pero cuando vuelvo a mirar no hay nada, ni un rastro de que haya habido alguien.
Que raro, quizás solo sean imaginaciones mías. Pienso.
―¡August, esperame! ―vuelvo a pedir.
Él se detiene, esperando por un par de segundos hasta que ambos empezamos a caminar al mismo ritmo.
―Sabes, juro que he visto a alguien espiándome cuando me dejaste atrás. ―digo. August pone cara de duda.
―Debes estar loca, ¿quien nos seguiría? ―dice, riendo. ―Es mejor que te tomes las pastillas de la esquizofrenia. ―bromeó, palmeando mi espalda.
―¡Oye! ¡Yo no estoy loca! ― frunzo el ceño.
―Ajá, ahora camina. ―dice, y ambos empezamos a caminar en silencio.
Para mi sorpresa, este no me resulta incómodo o tenso, simplemente es silencio.
Lo miro un par de veces, mientras él mira hacía abajo mientras camina.
―Lamento lo que dijo Alessandra, ella solo está celosa. ―dijo, sus ojos no me miran, solo están en el suelo, como si estuviera pensativo.
―¿Celos de qué? ―pregunto.
―Celos de... ―piensa un poco antes de hablar. ―de tu vida, Isis. ―termina por decir.
―No lo entiendo. ―digo.
―Quizá más adelante entiendas todo. ―me sonríe algo triste. ―Deberías tener más cuidado por donde caminas, nunca sabes con quien te puedes encontrar. No toda la gente es buena, Isis,

ESTÁS LEYENDO
Efímero
Teen FictionAún recuerdo ese día, aquel en que toda nuestra historia comenzó. Nada fue un accidente, y ahora lo entiendo, todo fue planeado minuciosamente para hacerme caer en sus enredos, y claro, él siempre consigue lo que quiere. Efímero. ¡Reescribiendo ant...