Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de College n Curls.
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Ser atacada
Sai, había decidido que el Uchiha no era ni un activo ni un aliado. Prefería este acuerdo a cualquier otro. No había una historia real entre ellos que influyera en sus emociones. Ni traiciones ni lazos fraternales. Entrenar con él durante una semana fue como entrenar por separado. Por lo que había visto, sus habilidades no interferían entre sí. No tendría que preocuparse por él en el campo cuando las cosas se pusieran feas. El shinobi pálido podía simplemente dibujar un águila e irse. Sasuke estaba seguro de que una de las principales razones por las que Kakashi asignó a Sai como su compañero era porque siempre tenía un plan B... Y C. A pesar de que fue compañero de equipo de Naruto y Sakura, Sasuke sabía que los sentimientos de lealtad que Sai tenía hacia ellos no se extenderían hacia él. En cierto modo, lo apreciaba, ya que eso significaba que no se sentiría culpable. No era a alguien a quien pudiera defraudar o perder.
Alguien a quien perder...
El Uchiha observó a distancia desde la puerta de la aldea cómo Sai se alejaba de Ino Yamanaka. Un emparejamiento que nunca hubiera imaginado dada la extraña naturaleza de Sai y la extroversión de Ino. Aunque quizá ella había cambiado con los años y se había suavizado. Él no lo sabía. Sasuke se apartó de la pareja cuando Sai besó la mano de Ino, una rara muestra de afecto por parte de su compañero. Sai tenía a alguien a quien perder. Alguien por quien volver. No daría su vida por la de un traidor rehabilitado. No era un idiota como otras personas que conocía. Sus recuerdos evocaron el débil aroma de la lavanda, pero desechó la idea. No necesitaba mártires. Dejando escapar un largo suspiro, se bajó la máscara ANBU. Kakashi le había dicho que se suponía que representaba a una serpiente, pero a él no le importaba. Para lo gruesa que era, no le impedía el rango de visión y apenas podía sentirla sobre su rostro.
—¿Listo? —preguntó Sai mientras saltaba al lado de Sasuke.
Sin ningún reconocimiento, Sasuke procedió a salir de la aldea. Su deber era dirigirse al Norte para acabar con un presunto sindicato clandestino de tráfico de personas. ¿Había pruebas concretas de que este grupo estuviera cometiendo los crímenes de los que se les acusaba? No. Habían desaparecido algunas mujeres y niños pequeños, pero nadie importante. Su misión era de reconocimiento y rescate. Cuando se la presentaron, Sasuke había cuestionado la decisión de Kakashi de enviar a ANBU en lugar de un Jōnin para una misión tan sencilla. El hombre había respondido simplemente que la discreción en territorio aliado era su prioridad. Eso y que solo confiaba en Sasuke. Así que la primera misión fue aburridísima. No importaba. No tenía nada más que demostrar.
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—Paremos por esta noche.
Era la primera vez que Sai hablaba desde su partida. Sasuke se detuvo y se volvió hacia el hombre que tenía detrás. No jadeaba. Ni parecía fatigado. ¿Por qué quería detenerse? Iban a tardar una semana entera en llegar al Norte si paraban todas las noches y cuanto antes terminara esta mierda de misión, antes podría ir a la siguiente. Como si percibiera sus pensamientos, Sai cruzó los brazos sobre el pecho.
—Sé que Hinata-san te enseñó mejores modales que esto, Hebi.
El golpe verbal le irritó lo suficiente como para que su Sharigan parpadeara. Solo un segundo. Un movimiento incontrolable. Fue suficiente para que Sai levantara las manos en señal de rendición.
—Ni siquiera hemos parado para comer. No importa lo rápido que lleguemos al Norte, eso no servirá de nada si estamos agotados cuando lleguemos.
Sasuke ajustó la correa de su mochila como respuesta antes de buscar refugio entre las copas de los árboles. No había necesidad de montar una tienda de campaña, ya que desmontarla por la mañana consumiría un tiempo precioso. O al menos eso se decía a sí mismo. En el fondo, la verdad era que cuando estaba demasiado cómodo tenía pesadillas. Era como si su cerebro intentara procesar todos sus traumas durante sus horas de inconsciencia. Abajo pudo oír a Sai refunfuñar.