Capítulo 11

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—No estás concentrada.

— ¿Perdón?

Gojo había llegado en la mañana después de una misión larga en la que se había ausentado semanas, la primavera estaba llegando, el hielo estaba comenzando a derretirse y las decoraciones navideñas habían pasado a la historia desde hace rato.

—No estás concentrada para nada —volvió a repetir Gojo acercándose hacia la joven colocando mejor sus manos en una posición más firme.

_________ suspiro al ver que el albino tenía razón en lo que decía, no era su culpa, en estas dos semanas con Suguru como nuevo profesor atormentaba sus sentidos.

Le pidió el favor a Yushio que no dijera nada a Satoru ya que quería conversarlo con él, solo por esto el joven acepto dudoso ya que podía notar en sus ojos que aquél hombre si bien era peligroso es importante para ella.

— ¿Sucede algo? —Pregunto el anfitrión de la casa observando cómo sus ojos mostraban cansancio.

—No es nada, yo...

Satoru interrumpió su mentira presionando sus mejillas acercando más su rostro mientras se quitaba la venda de los ojos dándole un toque sensual pero tenebroso.

—Si piensas que mintiendo puedo ayudarte, estás muy equivocada __________.

Satoru soltó sus mejillas, le dio espacio para que las sobara con un enorme puchero en la boca por el dolor.

Gojo podía parecer un iceberg, a menudo se lo decían, siempre estaba en peligro debido a tener los seis ojos, los grandes hechiceros estaban detrás de él porque intuyen sus planes o al menos eso piensan.

Tener una familia no está en sus planes, es muy narcisista, le encanta la promiscuidad, pero, por alguna extraña razón siempre termina encariñandose con cada chamaco que rescata.

Está ocasión no es de menos.

Mientras ______ se quejaba y le decía lo fastidioso que era, se acercó nuevamente hasta dejar un beso en la frente dejándola en shock.

— ¿Suguru tiene que ver con esto no es así? —Susurro, por alguna razón, su voz salió más grave de lo que quiso.

El solo silencio que le dedicó la chica era más que suficiente para confirmar lo que ya sabía, no podía hacer nada para recuperarlo, estaba perdido. Incluso sabiendo que tiene sentimientos por ella, Geto no retrocede a su palabra.

Pero, ¿qué tal si otro hechicero buscará a quitarle lo que cree suyo? ¿Eso haría que cambiara de parecer o sería un caos total? Bueno, un poco de daño colateral no hace mal a nadie ¿verdad?

—Satoru-san —susurro la joven.

El perfume barato de mujer de bar la estaba mareando, saqueando, molestando.

—Oh, cierto, tengo que darme un baño —la despeino—. Avísame cuando la cena esté lista tengo que atender unos asuntos en mi despacho.

El hombre se fue dejando la más confundida que de costumbre, suspiro profundo, dentro de unas horas llegaba el pequeño Megumi a entrenar con el albino, tal vez sea interesante verlo.

(...)

—Mas arriba —ordenó el albino al pelinegro que estaba sudando sin descanso.

Megumi chistó la lengua, su benefactor lo estaba molestando con tantas evaciones, cuando lanzaba un golpe activaba de nuevo la barrera siendo imposible asestarle, estaba jugando con él.

________ observaba con determinación lo que estaba pasando, sus ojos comenzaban a acostumbrarse más rápido de lo que creyó a ver a las maldiciones o las técnicas rituales.

Te odio, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora