Habían pasado dos días desde que escuché aquellas palabras de los labios de mi madre sin poder creer todavía que me quedaba un mes de vida... Un mes. No tuve siquiera el valor de preguntarle si era cierto, solo hice como si nada esperando ella llegase a decirme la verdad. No me explicaba cómo si hace tan poco me decían que había progresado, no entendía cómo ahora solo me quedaban 28 días.
Mamá solo venía diariamente como de costumbre, pero no hablábamos mucho, solo se limitaba a preguntarme si me encontraba bien y si necesitaba algo más.¿Mamá ya le habría dicho a papá? ¿Estaría él por llegar pronto de EE. UU? Al menos esa sería una buena noticia.
Aunque cuanto más lo pienso, ¿no era eso lo que realmente quería? Esta era la oportunidad que la vida me daba para acabar con todo el sufrimiento de una vez y sin dolor, solo dormir y nunca más volver a despertar. Observé la hinchazón en mi muslo, noté que estaba llegando a mi rodilla o no sé si solo lo estaba imaginando, pero me encontré más fea de lo que normalmente me sentía.Bueno, si me quedaban tan pocos días debía vivirlos al máximo. No iba a permitirme morir así. Lo primero que se me vino a la mente fue SooYeon, aquella hermosa chica que le daba felicidad a mis días... Pero no, ahora realmente mi vida tenía una fecha de expiración ya conocida y no me permitiría vivir con ella contando los días que me quedaban en lugar de los días vividos ya a su lado.
Sentada en la silla de ruedas apoyé mi codo en uno de los apoyabrazos jugando a hacer círculos con la mano, una peculiaridad mía al momento de darle tantas vueltas a un asunto."¿Por qué no solo lo haces? Just do it!"
Giré el rostro y me agarré de las sillas cuando me encontré con la sonrisa de una extraña muchacha arrodillada a mi lado, no recordaba haberla visto siquiera por los pasillos anteriormente.
— Hola, mi nombre es Stephanie... S-T-E-P-H-A-N-I-E —Lo deletreó para mí mientras dibujaba en el aire con su índice cada letra sin borrar aquella angelical sonrisa de sus labios, ¿de dónde salió esta especie de princesa rosa? Agregando que usaba un pijama de ese color.
— Uhm... Hola, yo soy TaeYeon... Hablas bastante bien el coreano, ¿eres nueva? —cuestioné tratando de mostrarme indiferente a la información.
— Mi padre trabaja aquí, en ocasiones vengo a ver a los niños y hacemos pijamadas. Desde que vine a Corea me gusta mucho poder ayudar. —respondió poniéndose de pie sacudiendo sus prendas. — ¿Sabes? Eso en lo que pensabas... Solo hazlo. No pienses mucho en las cosas, a veces dejarnos llevar y aceptar lo que la vida nos da es lo mejor que puedes hacer.
— No es tan fácil... No sé por dónde empezar... —musité dejando salir un profundo suspiro y agachando la cabeza resignada.
— ¿Puedes salir hoy? Una amiga va a hacer una fiesta. Un poco de diversión no va mal, ¿no? —Me guiñó el ojo y recogió un mechón de su cabello antes de darme un beso en la mejilla. — Vendré por ti a las ocho en punto, no te preocupes que yo te arreglo.
Aquel fugaz beso logró erizar el poco vello que tenía en el cuerpo, había despertado algo en mí, pero no se comparaba a la electrizante reacción cuando tenía a SooYeon al lado. Stephanie era más liberal, tal vez su lado americano salía a flote en ocasiones como esta. No me dio tiempo a responder, pero yo ya estaba asintiendo cuando ella se había alejado, parecía una mancha rosa a lo lejos, me causó algo de gracia y empecé a reír.
"Unnie, ¿qué es tan gracioso?"Y ahí estaba YoonA, con su rostro más pálido, pero esperanzada de que la hiciera reír en lo más mínimo.
— ¿Ves esa mancha rosa? Resulta que es una chica muy divertida. —comenté en respuesta tomando su mano y mirándola a los ojos. — ¿Quieres ir a una fiesta hoy? Hace mucho que no salimos, ¿verdad? No quiero sentirme sola...
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Last Smile
Fanfiction¿Alguna vez te has preguntado cómo es vivir sabiendo que tus días están contados? ¿Por qué seguir viviendo si algún día todo esto se va a acabar? ¿Qué es lo que nos motiva a seguir? Cuando a veces la lucha más grande es la de seguir viviendo cuando...