Capítulo 8

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Para mí ya estaba más que claro que era Yuri a quien escuché siendo violada el día la fiesta por ChangMin.

Las palabras "amiga con cáncer" aún me hacía preguntarme a qué se refería y por qué me sonaba tan familiar. Yuri lo había dicho mucho antes, pero... ¿cuándo?

—¿Por qué viniste con ellas? —preguntó Stephanie recorriendo con la mirada a ambas muchachas que miraban al suelo, como si el color de las baldosas fuese su tarea de investigación (Yo tampoco sé si es blanco, plomo o color sucio).
—Pensé que necesitarían algo de ayuda y yo no podré quedarme tanto como quiero —respondió ChangMin tomando asiento al lado de mi amiga.

Alto, delgado, pero fornido, ojos almendrados y una dentadura perfecta. Yo solo quería vomitar, pero YoonA... Oh, mi pequeña amiga... estaba enamorada de ese imbécil.

Cuando volví a la realidad, todos ya estaban comiendo y Yuri ya no estaba, la otra mucama fue a su alcance hacia la cocina.

—Ya vengo.

Las seguí tranquilamente, ambas estaban ayudando a descargar la comida que llegó, la morena estaba cojeando, algo que no noté cuando llegó.

—Yuri... —musité apoyando una mano en su espalda, se quejó, pero terminó recargándose en mí—. Yo sé lo que te pasa. Déjame ayudarte.
—¿Te parece gracioso, verdad? -masculló cerrando los ojos y volvió su mirada luego hacia mí. Estaba aguantando el dolor-. Mi padre es un chofer, mi madre enferma y yo una mucama prostituta.
—¿Qué dices? Yo solo quiero ayudar...
—SooYeon era todo para mí, mi felicidad y ahora... Pero dime, ¿cómo la pudiste dejar por alguien como... como esa? Porque no creas que no sé que te comes a esa chica.

No dije nada, tomé un poco de tissue y lo remojé volviendo a donde ella.

—Déjame limpiar tus heridas...

Miré sus piernas, pero solo había moretones (no muy graves). Me pregunté entonces cuál podría ser la razón por la que se veían tan adolorida de la parte baja. Habían miles de posibilidades para que a una mujer le costase tanto mantenerse en pie. Nuestras miradas se encontraron y entendí de qué se trataba, me sentí culpable por no haber hecho algo antes, por haber estado perdiendo el tiempo en... sí, en comerme a Stephanie en lugar de ayudar. Cerró los ojos y creí que iba a llorar, acarició su vientre y dejó salir un suspiro de amargura.

—Sal... Él vendrá y no será bueno para ti... aunque no me agradas debo cuidarte según ella.
—¿A mí? -pregunté haciendo una pausa luego de nota el "según ella".
—TaeYeon-ssi, ¿encontró lo que buscaba? —habló ChangMin. Mi corazón dio un respingo y asentí nerviosa. Su sonrisa podía ser escalofriante.

Salí dándole una última mirada a la pelinegra que volvió a sus labores. Debía preguntarle más y ChangMin dijo que iba a irse, ¡era perfecto! De una vez sabría todo lo que trama ese idiota y sobre todo quién le había pedido a Yuri que me cuide, aunque yo ya pensaba en alguien y la sola idea me hacía sonreir.

—¿Y qué era lo que buscabas? —inquirió la cumpleañera mientras metía un pedazo de carne a la boca.
—Ah... Pues... esto —vacilé alzado el tissue. Ella me miraba sin entender aún—. Para mis manos...la servilleta no limpia igual. Esta está húmeda.

Ambas sonrieron queriendo abrir sus bocas de nuevo y estaba lista para un interrogatorio, pero —qué raro va a sonar esto— ChangMin me salvó. Volvió a la mesa con una de sus sonrisas que harían delirar a cualquiera menos a mí —obviamente—, yo tenía a la despampanante Stephanie y su preciosa sonrisa de ojos.

Volvimos a comer, los demás mantenían una pequeña charla que yo no tomé el tiempo de escuchar en su totalidad. Mi mente estaba enfocada en Yuri y en cómo hacer que me diga todo lo que sabe.
La comida seguía entrando a mi boca, estaba tan sumergida en mis pensamientos que ni tomaba en cuenta lo que comía, solo después de ver mi plato supe que hasta me acabé las verduras que odio.

Last SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora