Capítulo 4

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Tiffany reaccionó al escucharme decir el nombre de otra chica, sus mejillas estaban rojas y parecía faltarle el aire. Me asusté y pensé que quitándole aquella camiseta estaría mejor, intenté levantársela, pero mis vista se quedó fija en las heridas que había en su abdomen, algunas de ellas estaban tan rojas que podían estar infectándose. Tiffany cayó al lado de la cama tomando el tanque de aire de al lado. ¿Alguna especie de ataque? Me sentí inútil en ese momento.

— Tiff... ¿Estás bien? —Coloqué una mano en el hombro de ella y esperé a que respondiera, incluso si era con una cachetada por haber arruinado todo.
— Solo... Estoy cansada. ¿Puedo dormir contigo? —No mostraba señales de estar molesta, su rostro a pesar del maquillaje lucía pálido. Tiff era dos años mayor que yo al igual que SooYeon, pero ella era más como una niña. Sentí que era yo quien cuidaba a alguien así, sin contar a YoonA porque ella es menor.

Me sentí mal por no poder corresponderle. Aún estaba asustada por aquellas marcas que vi en su cuerpo, pero no iba a preguntar, al menos no por ahora. Solo me quedé a su lado y la acomodé bajo las sábanas. Nuestros rostros estaban muy cerca lo que hizo que me corriera una corriente por todo el cuerpo. No, no era amor; solo deseo.


Stephanie logró recuperarse luego de unas horas, con una sonrisa me besó en la mejilla y sin decir nada se fue, lo que me dejó triste.


29 de mayo del 2015

Siento que le he sido infiel a SooYeon... Es decir, no somos más novias, y si no ha vuelto es porque realmente me hizo caso y ahora debe estar rehaciendo su vida. Tiffany es una chica muy linda, creo que cualquier persona se enamoraría de ella, pero yo ya tengo a alguien. Debo hablar con ella, no pueden seguir pasando estas cosas. Yo nunca, NUNCA, he tenido relaciones y esperaba mi primera vez fuese con Soo. Si no la vuelvo a ver en el mes que me queda de vida, no podré irme en paz. Dicen que no te vas de este lugar hasta que termines todos tus pendientes, bueno ya tengo dos.

Pensar tanto en SooYeon me hizo recordar la vez que nos conocimos, aquel día en que me enamoré de lo valiente que es... Ella es mi fantasía echa realidad.


— ¡Ya déjenme en paz! —grité con todas mis fuerzas tirada en el piso con las manos en la cabeza.

Siempre fui la más baja del salón, y el que me preparase para entrar al equipo de vóley servía de burla para muchos. Y como si eso no fuese suficiente, se había corrido el rumor de que era lesbiana. No les bastaba con esconderme las cosas, dejarme sola y robarme la tarea; ahora incluso me golpeaban en la salida en mis prácticas de juego. Siempre he sido muy débil e insegura, nunca aprendí a defenderme. Todas eran más grandes, todas eran más fuertes y todas ellas me asustaban teniéndome a su merced.
Aquel día el dolor de los golpes me estaba matando, el impacto de un balón en mi nariz me había dejado sangrando y mis pantorrillas no aguantaron las patadas que terminé en el piso tratando de cubrirme. Las lágrimas caían sin cesar rogando que todo eso se acabe de una vez.

"¿Qué les pasa?"

Abrí los ojos y una desconocida entró al campo de juego, tomó a una de las chicas del cabello y la empujó contra las otras que se molestaron e intentaron golpear a mi salvadora. Ella era más fuerte, más lista y... hermosa.

— Así que te conseguiste una novia que te defienda, eh. —dijo la que hacía de líder riendo mientras pasaba el dorso de su mano por la mejilla de la extraña.
— Y si así fuese, ¿qué? —Miré su placa, "SooYeon", de carácter feroz y apariencia dulce. Ella apartó la mano ajena y rió tomándola del cuello de su blusa. — ¿Tienes idea de lo patética que eres al lastimar a alguien así? Supongo que no tienes la suficiente confianza en ti misma que necesitas destrozar la de los demás. Eres graciosa... Tan patética. —La soltó y detuvo la mano que se aproximaba a pegarle. — Oh no, conmigo no haces eso. Desaparece antes de que me enoje y no, no quieres verme enojada.

La simple mirada desafiante de SooYeon logró que el grupo de chicas se fuese. Se acercó y limpió la sangre de mi nariz con su pañuelo amarillo pastel, sonrió y me lo entregó.

— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó mientras arreglaba mis cabellos con cuidado.
— TaeYeon... —respondí mirando su rostro tan de cerca. La curva de sus labios me atrajo de nuevo.
— Bien, TaeYeon, desde ahora seamos amigas. Soy nueva aquí.

Me enamoré de SooYeon desde la vez que me salvó. SooYeon me enseñó a tener confianza en mí, a creer en que podía hacer lo que me propusiese, a ser más fuerte y a defenderme y defender a otros. Cada noche soñaba con ella, con hacerla mi novia, con besarla, con hacerlo con ella, con tan solo tomar su mano. SooYeon tenía novia, solía hablar de ella seguido y me parecía injusto, esa chica no la merecía... Esa chica la trataba mal, no le daba su lugar.

En la parte final del diario estaba aquel pañuelo, el par de anillos estaba en el cajón de la pequeña mesa junto a mí y la foto de nosotras. ¿Alguna vez has tenido a alguien a quien amas demasiado pero que sabes lo suyo no puede ser? ¿Qué tan injusta es la vida que te da una cuenta regresiva con fecha para el fin de tu vida... para el fin de la oportunidad de ser feliz? Otra vez la idea de no volver a ver a mi amada volvía a mí, era egoísta si le dejaba quedarse sabiendo que yo me iría. Estaba en una encrucijada: buscarla o no.

La enfermera no vino en todo el día, tal vez habían decidido que era mejor dejarme morir y ya. En su lugar, YoonA apareció en su silla de ruedas con una suave sonrisa en sus labios, aquella peluca en su cabeza hacía diferencia.

— Unnie, ¿en qué piensas tanto? —preguntó quedándose al borde de la cama.
— Ya sabes.... —musité dejando salir un suspiro. Solo ella sabía de mi sufrimiento por Sooyeon.
— Déjala ir, unnie. Si ella te amase, ¿no hubiese venido a verte siquiera? —Tenía razón, pero yo tenía una ligera sospecha desde la mañana.
— No sé... ¿Entonces qué hago? La extraño, pero no puedo ser egoísta. —La menor tomó mis manos, ella comprendía lo que era vivir con los días contados.
— ¿Has visto a Stephanie? Yo sé que le gustas... Tal vez no te acuerdes, pero en la fiesta te alejaste de nosotras al salir, un par de chicos intentaron aprovecharse de ti... Tiffany corrió cuando te llevaron, te salvó y a causa de eso recibió algunos golpes en las piernas. Estaba muy agitada, el señor que nos trajo tenía uno de esos tanques de oxígeno como el nuestro... Tiffany estaba feliz a pesar de todo, solo porque estabas a su lado. Y... —Bajó la mirada y negó, algo escondía. — Solo... ¿No puedes darle una oportunidad?


Nunca imaginé que algo así había pasado. Steph lucía como una chica frágil, delicada, alguien que necesitaba protección, no que la brindase. Pero, ¿mis sentimientos iban a cambiar por eso?

— Sería igual de egoísta... —respondí negándome rotundamente a hacerle eso a alguien.
— ¡Unnie! Por favor... Dale la oportunidad. Ella la necesita... —Nunca había visto a Yoong en esa posición, me gritó... Eso era nuevo en ella. ¿Qué tanta importancia había?
— YoonA, no puedo. Es linda, pero no siento lo mismo. ¿Por qué lo necesita ella?
— ¡Porque es una de nosotras! —exclamó con las mejillas enrojecidas del esfuerzo que hizo. Frunció el ceño y trató de calmarse respirando hondo. — Solo... Date cuenta. Te niegas a la mínima posibilidad de ser feliz.

Sin duda estaba molesta, salió del cuarto dejándose esa sensación de intriga por el "una de nosotras" ¿A qué se refería? Ahora Tiffany estaba en mi mente. La chica a la que decidí volverme cercana solo para vivir una aventura los últimos días de mi vida. SooYeon tendría que haber venido... pero no lo hizo. Un amor de un mes...

— ¿Puedo pasar? —Tiffany apareció en pijama otra vez, tal vez tenía otra de esas reuniones con los niños del hospital. YoonA le sonrió y luego a mí para retirarse cerrando la puerta tras eso. La mayor se acercó hasta el borde de la cama.
— ¿Ya almorzaste? —Negué y di palmadas a la cama haciéndome a un lado para darle asiento. — ¿Quieres que te traiga algo? —Negué de nuevo y la obligué a sentarse.
— La enfermera ya vendrá. —respondí sin soltar su mano. Intenté fijarme en más cosas que me hagan enamorarme de ella.
— Quiero pedirte disculpas por lo que pasó... Es solo que... —Suspiró y apretó mi mano. ¿Esta es la misma chica que me salvó?
— Yo no te detuve. —Sonreí y la vi hacer lo mismo, había olvidado aquella sonrisa de ojos... Apuesto a que sin ese maquillaje se vería más hermosa.
— Pero dijiste el nombre de alguien más. TaeYeon, sé que amas a alguien más, pero si me dieses la oportunidad de intentar algo. Sé que no soy tan bonita o tan delgada, tal vez algo torpe, pero... Me gustas. Me gustas mucho. —Agachó el rostro en cuanto sus ojos se llenaron de lágrimas, tragó saliva y sentí su mano hacerse más liviana. ¿Qué escondía Tiffany?
— Tiff... Vamos a intentarlo. 


Last SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora