Draco Malfoy

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T/N

Bajé las escaleras a toda prisa, agarré mi libro y me dirigí al Gran Salón para desayunar. Mientras corría, echaba un vistazo a la gente nueva, buscando a Hermione entre la multitud.

Entonces aparecieron ellos, caminando como unos dioses en el pasillo, Draco Malfoy, Blaise Zabini, Los gemelos Mattheo y Tom, Lorenzo Beckshire, Regulus Black y Theodore Nott.

Todas las chicas los miraban asombradas, deseando ser una de sus chicas, aunque fuese solo por una noche, eran el pecado que cualquier quisiera cometer.

Cualquiera, excepto yo.

Odiaba a la mayoría de chicos como ellos, guapos, adinerados, puristas, narcisistas y materialistas. Que se creían que podían tener a todas las chicas que quisieran en la palma de su mano, simplemente no soportaba eso. El unico que me agradaba era Beckshire. no habíamos hablado mucho antes, pero en varias ocasiones nos había tocado hacer equipo en pociones, y siempre era muy amable. Incluso podría considerarlo un amigo.

Mientras ellos avanzaban con esa arrogancia que les caracterizaba, yo decidí apartarme de su camino y seguir mi propio rumbo. No tenía interés en formar parte de su séquito de admiradoras, ni en caer bajo el encanto de su fachada seductora.

Mientras avanzaba, percibí que uno de ellos, Draco Malfoy, me observaba con curiosidad o tal vez interés. Su mirada, llena de un aire desafiante y una chispa de intriga, me hizo cuestionar si mi decisión de mantenerme alejada estaba despertando algún tipo de interés en el chico que, normalmente, se creía superior.

Era de esperarse tener interés en algo que no puedes tener, o quizá sólo era idea mía.

Ignore su mirada y me dirigí a mi clase de pociones avanzadas, y si. Desafortunadamente todos esos chicos estaban ahí.

En mitad de la clase de pociones, tenía dificultades con una posición complicada.

Fue entonces cuando, para mi sorpresa Draco Malfoy se acercó.

—¿Necesitas ayuda?— preguntó, un gesto inusual viniendo de alguien que normalmente no mostraba interés en los demás, especialmente en quienes no formaban parte de su círculo cercano.

A pesar de mi desconfianza, decidí aceptar la ayuda. Draco demostró ser no solo el mejor de la clase, sino también un tutor paciente y competente.

Bueno por lo menos en algo es competente, un chico tan rico y mimado.

La clase termino y Draco no logro terminar por ayudarme

—lamentó haberte hecho perder tiempo, pero gracias por ayudarme Draco—expresé sinceramente, sonriendo ante su inesperada generosidad.

Draco devolvió la sonrisa, pero con un brillo travieso en sus ojos. —No hay problema, siempre es un placer ayudarte. Pero, ¿qué te parece si me agradeces de una manera más... personal? Salir esta noche podría ser una excelente forma de hacerlo.

Su propuesta me tomó por sorpresa, y por un momento, me quedé sin palabras. —¿Salir contigo? ¿En serio?

Draco asintió, con una sonrisa ligeramente pícara. —Sí, podría ser divertido. Además, creo que podríamos llevarnos bien fuera del aula de pociones. ¿Qué dices?

Sonreí —Draco Malfoy, no puedo evitar recordar la reputación tuya y de tus amigos. He oído obre cómo suelen jugar con las chicas de la escuela, y no estoy interesada en ser parte de un juego —le dije, manteniendo un tono firme mientras recordaba las cosas que se rumoreaban en los pasillos

Draco pareció tomarse un momento para reflexionar, y luego asintio — te aseguro que no estoy proponiendo esto como parte de algún juego. Hace mucho te observo y me pareces...interesante.

—Lo siento, Draco, pero no puedo. Tengo algunas cosas que hacer esta noche y no estoy segura de tener tiempo para salir —respondí con amabilidad, buscando una salida

Draco pareció sorprendido por mi negativa, pero asintió. —Está bien, lo entiendo. Quizás en otro momento, entonces.

No tenía nada que hacer, pero conociendo a Draco y sus amigos no podía arriesgarme a salir con el.

Al salir del aula, Draco se dirigió hacia la puerta, donde sus amigos lo esperaban con expresiones de aburrimiento. Mientras tanto, yo buscaba a Hermione, quien había salido antes que yo.

—Hermione, necesito contarte algo que sucedió en la clase de pociones —comenté con un tono confidencial mientras caminábamos por el pasillo después de la clase.

Hermione arqueó una ceja con curiosidad. —¡Por supuesto! Cuéntame, ¿qué pasó?

—Draco Malfoy me invitó a Salir— Mientras compartía los detalles, noté que su expresión se volvía más seria.

—Draco Malfoy y su grupo no son precisamente conocidos por ser modelos de caballerosidad —advirtió Hermione con cautela—. No querrías involucrarte con alguno de ellos.

—Obvio le dije que no, pero ¿no crees que es extraño?— le pedí su opinión

—Para nada, ellos solo eligen chicas para jugar, quizá esta vez te toco ser la elegida, agradécele a Merlin— comento con sarcasmo —Cualquiera mataría por estar en tu lugar y salir con Draco Malfoy

Después de un día repleto de actividades normales en Hogwarts, decidí tomar un respiro y salir a caminar por la noche. La luz de la luna iluminaba los terrenos del castillo, creando un ambiente mágico y sereno.

Mientras paseaba por los senderos, el fresco aire nocturno me envolvía, y el suave murmullo de la brisa me acompañaba. La imponente silueta del castillo se recortaba contra el cielo estrellado, creando una vista espectacular.

La tranquilidad de la noche me permitía reflexionar sobre las experiencias del día, desde la clase de pociones hasta la intrigante oferta de Draco. Bajo la luz de la luna, Hogwarts revelaba su encanto único, ofreciéndome un momento de calma

El juego  (Slytherin Boys) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora