El juego (Slytherin Boys)

TOM RIDDLE

Más tarde no podía olvidar hacer la tarea de pociones avanzadas y necesitaba ayuda así que necesitaba ir a la biblioteca a buscar en algún libro

Mientras hojeaba un libro en uno de los rincones, noté la presencia de alguien más en la sala.

Al levantar la vista, me di cuenta de que no estaba sola. Tom Riddle estaba a pocos estantes de distancia, absorto en la lectura de un antiguo tomo de magia oscura. Su presencia imponente llenaba la habitación de una atmósfera tensa.

De pronto se acercó, sus ojos oscuros fijos en los míos. —Grinderwald, ¿verdad? —dijo, pronunciando mi apellido con una elegancia sutil.

Asentí, sintiendo la intensidad de su mirada. —Así es. ¿Puedo ayudarte en algo?

Tom sonrió con astucia. —ya que estás aquí me gustaría disculparme por el comportamiento de mi hermano en Hogsmeade. A veces, su temperamento puede ser... incontrolable —dijo Tom con una sinceridad que sorprendió.

Agradecí la inesperada disculpa, sin dejar de notar la diferencia entre la frialdad de Tom y la actitud más impulsiva de Mattheo. —Aprecio tu disculpa, Riddle. Pero ¿Es usual que se disculpen los Riddle?

Tom esbozó una sonrisa sutil. —No lo es, pero creo en reconocer cuando cruzamos los límites. Además, no quiero que te veas afectada por sus acciones.

La disculpa de Tom Riddle me dejó perpleja, ya que su comportamiento habitualmente distante y frío nunca había sugerido tal gesto de cortesía.

—siempre te veo entre estos estantes. ¿Qué es lo que te atrae tanto de la biblioteca?

—Así que, ¿me vigilas?— le cuestioné sintiendo curiosidad

con una sonrisa intrigante, respondió: —Vigilar sería una palabra fuerte. Digamos que me resultas interesante, Grinderwald. No es común encontrar a alguien que busque conocimiento con tanta dedicación.

—¿Por qué yo? —pregunté, sintiendo que cada interacción con los Riddle era un paso más profundo en un terreno desconocido y peligroso.

Tom se inclinó ligeramente, acercándose. Haciéndome sentir algo nerviosa con su cercanía, de cerca se podían apreciar mejor sus facciones, unos ojos penetrantes, cejas prominentes y su presencia nada menos que imponente. —Siempre es valioso tener a personas como tú cerca. Admito que te he observado en los últimos días

—¿Qué es lo que buscas al observarme? —pregunté, sintiendo que sus intenciones eran por algo más que eso.

Tom Riddle, con una sinceridad inusual, admitió: —En mi búsqueda de conocimiento, también busco conocer a las personas que poseen un entendimiento más profundo de la magia. Y siendo directo, Grinderwald, te considero jodidamente atractiva.

—Esa es una manera muy franca de expresarlo, Riddle —respondí, tratando de mantener mi compostura frente a su confesión.

—La sinceridad tiene su propio poder.

Con una sonrisa atrevida, le respondí a Tom: —Parece que la sinceridad también es un rasgo de familia. Tu hermano Mattheo parece compartir esa opinión sobre mí. Supongo que la franqueza es algo que corre en los Riddle.

Tom, sin molestarse en lo absoluto, respondió. —Mattheo y yo compartimos algunas cosas, incluso gustos. Pero te aseguro que no compartiría a alguien como tú con el.

—Entiendo, entonces —respondí

—Admiro a las chicas de Ravenclaw, tienen una forma única de ver el mundo. ¿Estarías dispuesta a salir conmigo, Grinderwald?

Las palabras de Tom Riddle resonaron en mi mente mientras la conexión entre las propuestas de Draco, el coqueteo de Mattheo y ahora la invitación de Tom se volvían evidentes viniendo del mismo grupo Fuck boy. Evidentemente esto era un juego.

Una sensación de intriga mezclada con cautela se apoderó de mí.

—Es interesante, Tom. Tres chicos del mismo grupo, todos mostrando interés al mismo tiempo. ¿Hay alguna razón particular por la que los Riddle estén tan intrigados por alguien como yo? —pregunté

—Tal vez, Grinderwald, somos atraídos hacia aquellos que poseen un potencial único. No todo es casualidad.— respondió el

¿Potencial único? Claro, la única chica en Hogwarts que no se derrite por ellos

Decidí jugar con Tom, aprovechando el tono de seducción que había envuelto nuestras conversaciones. Con una mirada juguetona, me acerqué ligeramente y dije: —Entonces, ¿el potencial nos ha unido, Riddle? ¿O es que los tres miembros de su exclusivo grupo han desarrollado un interés repentino en mí por alguna razón oculta?

Tom, con una sonrisa sugerente, respondió: —Quizás sabemos reconocer a aquellos que pueden desentrañar sus misterios.

Decidí seguir con la atmósfera seductora, explorando hasta donde podía llevarnos la  conversación. Con una mirada intensa, me acerqué aún más a Tom y susurré: —Entonces, Riddle, ¿qué misterios crees que podríamos desentrañar juntos? Tal vez, haya más en esta conexión de lo que ambos estamos dispuestos a admitir.

La expresión de Tom pasó de enigmática a sugerente, y la complicidad entre nosotros se volvía más evidente. —La magia oculta sus secretos en los lugares más inesperados. Tal vez, deberíamos explorar esos rincones oscuros juntos, Grinderwald.

Tom, dejándose llevar por la intensidad del momento, se acercó tomando mi mentón con una mano y rodeando sutilmente mi cintura con la otra.

El momento parecía dirigirse hacia un beso, pero en un giro repentino, giré el rostro, cortando la cercanía y dejando un suspenso en el aire. —Demasiado rápido, Riddle. Aún hay muchos secretos por descubrir antes de que lleguemos a ese punto.— le dije con una sonrisa burlona.

Un destello de molestia cruzó los ojos de Tom Riddle por un instante, pero enseguida, como si hubiera comprendido el juego, su expresión se suavizó. —Buen juego, Grinderwald.

Tom Riddle, con determinación, se acercó nuevamente, tomando con firmeza mi cintura y acercando su cuerpo al mío. La cercanía hizo que sintiera una mezcla de nervios y anticipación. En un susurro seductor, dijo en mi oído: —Veamos quién juega mejor, cariño.

Tom Riddle, después de depositar un beso entre mi mejilla y mi cuello, se dio la vuelta para irse.

Instintivamente, le grité: —¡idiota!

Él se detuvo por un momento, se giró con una sonrisa burlona y dijo: —A veces, los idiotas saben cómo hacer que las cosas sean interesantes.

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