Lorenzo Beckshire

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Caminaba hacia el patio cuando, de repente, me topé con Lorenzo Beckshire. Me acerqué con una sonrisa y decidí aprovechar la oportunidad para saber el por que del comportamiento de sus amigos

— ¡Hola, Lorenzo! ¿Cómo va todo?— lo salude

Lorenzo, con su característica insolencia, respondió: — Hola, belleza. Todo bien, ya sabes

—¿Oye podríamos ir a caminar juntos?— le pedí

— Claro, no tengo nada mejor que hacer.— respondió, aceptando la invitación

Mientras caminábamos por los pasillos, decidí ir directo al grano. — Oye Lorenzo ¿Sabes algo sobre la extraña actitud de tus amigos Slytherin? Me han estado buscando bastante últimamente.

—¿por que debería saber algo yo?— preguntó fingiendo demencia, pero debo decir que era demasiado obvio saber cuándo Lorenzo mentía

— Vamos, Lorenzo, sabes que siempre puedo sacarte la verdad.— le dije

Lorenzo suspiró — Está bien, está bien. Apostaron sobre quién podría conquistar tu interés primero.

— ¿Una apuesta? ¿En serio?— reaccione molesta pero no sorprendida, era algo que podía esperar de ellos

— Son así, les gusta divertirse de esa manera. Pero no te preocupes, no todos somos iguales.— explicó el con tranquilidad, como si no fuese la primera vez que ve esto suceder

Decidí insistir un poco más. — Lorenzo, sé que hay algo más. ¿Por qué han apostado sobre mí?

— Está bien, pero no se lo digas a nadie. Apostaron sobre quién lograría acostarse contigo primero. Parece una tontería, lo sé.

— ¿acostarse conmigo? Eso suena como si fueran a la guerra. ¿Por qué harían algo así?

Lorenzo, visiblemente incómodo dijo:— Mira, Grindelwald. Son solo tonterías de adolescentes, no tiene importancia. ¿Podemos cambiar de tema?

—Espera ¿Nott también está incluido en esta apuesta?

Lorenzo, evitando la mirada hablo— Bueno, Nott no está exactamente en la apuesta... es más como un espectador interesado, ¿entiendes? Pero vamos, no creo que debas preocuparte por eso.

con una expresión seria le pregunté a Lorenzo— Antes de seguir, necesito que me digas por qué no debería preocuparme por ser parte de algún juego o apuesta entre ustedes. Quiero transparencia, Lorenzo.

Lorenzo, con una sonrisa arrogante respondió — Mira, no eres la primera ni la última que despierta interés entre nosotros. Pero puedo asegurarte que, independientemente de cualquier apuesta, yo estoy aquí porque quiero conocerte mejor, no solo como parte de algún juego.

—Pues no me divierte su juego Lorenzo— admití molesta

El se acercó a mi y colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja —Ignóralos, cariño. Estas cosas se desvanecen con el tiempo.— susurro

Aunque sus palabras sonaban convincentes, no pude evitar sentir una mezcla de enojo y confusión.

Apartándome de Lorenzo, con una mirada desafiante, le propuse algo. —Si creen que esto es solo un juego, entonces juguemos. Pero bajo mis reglas.

Lorenzo, intrigado, aceptó el desafío. —¿Y cuáles son esas reglas?

—Primero, ninguno de ustedes decidirá por mí. Segundo, no más apuestas estúpidas. Tercero, quiero respuestas claras. Si cumplen, jugaré.

Lorenzo, con una sonrisa socarrona, asintió.
—Entonces, juguemos, preciosa.— Lorenzo me recordó con una risa insolente que ni él ni Nott eran parte de la apuesta. —pero ni Nott ni yo apostamos por conquistarte. Somos simples espectadores de esta comedia, preciosa.

Asentí, aliviada por esa revelación.

—Entonces, ¿quién más está involucrado en este juego?

Lorenzo, con su actitud desenfadada, mencionó a los protagonistas principales: Draco, Regulus, Mattheo, Tom y Blaise. —Tus admiradores de Slytherin. Parece que los chicos de mi casa tienen una fascinación por ti, querida Ravenclaw.

Le expliqué a Lorenzo las reglas del juego que me habían confiado, mientras caminábamos por los pasillos de Hogwarts.

—Entonces, según la apuesta, ¿quién se lleva el premio?

Lorenzo, con su expresión egocéntrica, respondió: —Creo que ese es el misterio que todos quieren resolver.

—Pero, dime, ¿qué opinas al respecto? ¿Algún consejo?— le pregunto

Se detuvo un momento, pensativo, antes de responder.

—Bien, preciosa, mis amigos son un grupo complicado. Cada uno tiene sus propias tácticas, pero hay uno que destaca: Tom Riddle. Siempre calculador, frío como el hielo. Si quiere algo, lo consigue. No subestimes a ese chico.

—Lorenzo, necesito tu ayuda para manejar esta situación con Tom Riddle. ¿Algún consejo específico?

Él sonrió con cierta malicia y respondió: —Con Riddle, la clave es no mostrar todas tus cartas de inmediato. Sé misteriosa, juega con sus propios juegos. Eso lo intriga. Pero también prepárate para sorprenderlo; no es fácil de impresionar. Y recuerda, siempre mantén tu propio poder.

—Lorenzo, ¿cómo sugieres que les haga saber mis reglas sin revelar que has sido mi fuente de información? Quiero mantener esto en secreto.

Él se rascó la cabeza y pensó un momento antes de responder: —Hazlo sutilmente, durante una conversación casual. Tal vez menciona que no te interesa involucrarte con nadie de manera superficial, algo que no levante sospechas pero que marque tus límites. Así, ellos pensarán que es tu decisión personal, y no notarán mi intervención.

Negué con la cabeza —no, he decidido hacerlo de manera diferente. Diré que escuché a algunos chicos hablando en los pasillos y que estoy dispuesta a aceptar su apuesta. ¿Crees que así funcionará mejor para que no sospechen de ti?

Lorenzo asintió con una sonrisa maliciosa: —Buena elección. Si lo presentas como algo que descubriste por tu cuenta, menos probable es que asocien la información contigo. Pero, asegúrate de establecer tus reglas con claridad. ¿Cómo planeas lidiar con cada uno de ellos?

—Voy a citarlos a todos por la noche en el bosque prohibido. Allí comenzaremos el juego. Les daré reglas claras y seré la que controle la situación. Necesito que estés al tanto de todo, Lorenzo, porque sé que conoces bien a esos chicos.

Lorenzo sonrió y asintió: —Entendido. Puedes contar conmigo para cualquier cosa.

—Debo irme, Lorenzo. En la noche tendré todo preparado para encontrarme con los chicos, y necesito que me vigiles de lejos. Quiero que sepas todo lo que sucede, pero sin que noten tu presencia.

—Entendido, estaré allí y me aseguraré de que todo salga según lo planeado.— respondió Lorenzo con una sonrisa

Con esas palabras, yo me despedí y el se retiró, dejando a Lorenzo con la tarea de observar en las sombras.

El juego  (Slytherin Boys) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora