Mattheo Riddle

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En medio de la obscuridad  de los pasillos, un chico atrajo mi atención. Emergió de las sombras, con el destello fugaz de un cigarrillo encendido en sus labios. Mientras se acercaba, el humo ondulante creaba un halo misterioso a su alrededor.

Intrigada y cautivada por la escena, decidí no retroceder. Nos encontramos en la intersección de dos pasillos, y el silencio nocturno se rompió solo por el crujir de nuestros pasos y el murmullo ocasional de la brisa.

pude distinguir su rostro bajo la tenue luz del cigarrillo, revelando una mirada penetrante. Sorprendentemente, era Mattheo Riddle, quien, con su presencia enigmática, añadió un giro intrigante a la noche.

—¿Hogwarts se vuelve aún más fascinante de noche, no crees? —dijo Mattheo con una sonrisa sugerente, exhalando una bocanada de humo.

—¿Qué haces por aquí a estas horas, Riddle? —pregunté, tratando de ocultar mi sorpresa ante su presencia en la oscuridad de los pasillos. No habíamos cruzado muchas palabras antes.

Mattheo esbozó una sonrisa enigmática, y la luz del cigarrillo acentuó su expresión misteriosa. —Solo buscaba un poco de tranquilidad y estos pasillos desiertos me parecieron perfectos. ¿Y tú? ¿Explorando el lado nocturno de Hogwarts?

—Me gusta salir a pasear de noche, disfruto de la tranquilidad de Hogwarts en estas horas —le confesé, tratando de suavizar la distancia que aún existía entre nosotros

Mattheo asintió con comprensión. —Es un encanto que muchos pasan por alto. Deberíamos salir juntos algún día, podríamos... divertirnos un rato

—Sí, podría ser interesante explorar el castillo juntos de noche, pero solo para pasar el tiempo —respondí con precaución, notando las insinuaciones sutiles de Mattheo. Quería dejar claro que mi interés estaba en la noche, más que en cualquier otro tipo de aventura.

Mattheo asintió, mostrando una expresión que sugería complicidad. —Entendido, solo pasar el tiempo

—Bueno, creo que ya es hora de irme. Mañana será otro día en Hogwarts —comenté, sintiendo una ligera incomodidad ante la presencia intrigante de Mattheo.

Mattheo, notando mi nerviosismo, sonrió ligeramente. —¿Te gustaría que te acompañara de vuelta? Los pasillos pueden ser un poco solitarios de noche.

Dudé por un momento, pero tenía razón así que acepté. —Está bien, gracias.

—Gracias por acompañarme, Riddle. —expresé con gratitud al llegar a la entrada de la sala de Ravenclaw. (Mi casa de Hogwarts)

Mattheo asintió con una sonrisa y, antes de despedirse, se inclinó ligeramente y depositó un beso suave en mi mejilla. —Fue un placer Grinderwald. Que tengas buenas noches

El beso en la mejilla de Mattheo, aunque tomándome por sorpresa, no fue totalmente inesperado. La fama del grupo de Draco Malfoy, del cual Mattheo formaba parte, de coquetear con la mitad de las chicas lindas de Hogwarts había creado cierta cautela en mi mente.

me dirigí a mi habitación. Después de las intrigantes experiencias de la noche, necesitaba un descanso reparador. Me acomodé en mi cama, cerré los ojos y finalmente dormí

Al despertar, la luz del sábado se filtraba por la ventana de la sala común. Era un día libre para los estudiantes, un día perfecto para visitar Hogsmeade. Me preparé rápidamente y me uní a la animada multitud que se dirigía ahí.

El juego  (Slytherin Boys) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora