Capítulo 8

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Sirius cerro los ojos, mientras escuchaba como un jarrón se rompía por la magia de su ahijado, pero el ojiverde se encontraba tranquilamente sentado enfrente del él, Harry estaba tranquilo, pero su magia mostraba lo contrario.

Harry miraba la mesa frente a él, perdido en sus pensamientos, todo esto lo estaba superando en parte, toda su vida fue una mentira, fue criado para cual cerdo para el matadero, toda su infancia fue maltratado, física y mentalmente.

Su espalda aun estaba llena de las cicatrices, que Vernon le había dejado.

El tenia tres años cuando resivio su primer golpe, por culpa de Durdley, a los cinco años su tía le quemo las manos cuando tuvo por primera vez magia accidental, después los golpes lo recibía por cada cosa que hacía bien o como ellos decían, el siempre fue un niño problematico.

Quería llorar, en verdad quería llorar, pero no, el ya no lloraría, no, ya no lo haría, en lo largo de su vida lloro, pero al llorar no resolvía nada, pero en parte lo aliviaba, pero no lo ayudaba.

Sus ojos verdes cual esmeralda, se toparon con los ojos grices de su padrino, pudo ver el dolor y culpa en sus ojos, y ahí supo que su padrino vio sus pensamientos.

Soltó un largo suspiro, se acomodo en su silla, tomo aquél libro que su tío Aemond le prestó, y decidió calmarse.

— Chachorro — llamó el Black, pero el joven lo ignoro completamente, el hombre soltó un suspiro mientras pasaba una mano sobre su negro cabello — Tenemos que hablar — le dice mientras lo miraba.

Harry lo ignoró, mientras leía sobre Maegor el cruel, El rey Maegor I Targaryen, apodado Maegor el Cruel, fue el único hijo del rey Aegon I Targaryen y su hermana esposa, la reina Visenya. Tuvo un medio hermano mayor, Aenys, a quien sirvió como Mano durante su reinado.

— Hadriel James Potter — Sirius huso el nombre completo de su ahijado, lo Llamó con seriedad.

Pero el joven simplemente soltó un suspiro, dejo el libro abierto sobre su regazo, sus ojos verdes brillaron como la maldición asecina.

— Sabes padrino — comienzo hablar el mirando al hombre — Cuando tenía siete años, estaba en mi alacena debajo de las escaleras, ese día Vernon, me había golpeado hasta el cansancio, la razón, había roba un pedazo de pan, un miserable pedazo de pan viejo — Harry se coloco de pie, el libre fue colocado en la mesa — El me dejó casi inconsciente por los golpes, me agarró del cabello y me lanzó dentro del almacén — contaba mientras desabotnaba la camisa, sin dejar de ver a su padrino — Yo estaba llorando, por el dolor del los golpes, lloraba por que alguien venga y me rescate de aquellas personas — se quito la camisa, se dio la vuelta y mostró aquellas cicatrices que siempre oculto.

Sirius miro con dolor aquellas cicatrices, sus ojos se cristalizaron, había fallado como padrino, como amigo y hermano, si anmitia que su mayor error fue dejar a su hermano Regulus.

Unos jadeos se escucharon, Harry y Sirius se dieron la vuelta y se encontraron con la mirada lila del Rey, el de la Reina, el de Criston y la de una mujer.

El ojiverde volvió a soltar un suspiro mientras volvía a colocarse su camisa, su mirada se topó con los ojos verdes de su Criston al igual que los ojos también verdes de aquella mujer.

— Creo que es hora de hablar sobre mi dulce y bella vida — su voz estaba cargada de sarcasmo, pero sus ojos mostraban frialdad pura.

— Creo que es hora de hablar sobre mi dulce y bella vida — su voz estaba cargada de sarcasmo, pero sus ojos mostraban frialdad pura

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588 palabras

Se que es corto, pero hasta ahí mi imaginación de hoy.

Además me falta más música triste, para inspirarme más.

Las cicatrices de Harry

Las cicatrices de Harry

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 𝐄𝐋 𝐃𝐎𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝑴𝑬𝑵𝑻𝑰𝑹𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora