7. Hambre de Jungkook

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—No habrás pensado que te dejaría aquí solo, ¿verdad? —El sonido de su voz me desconcierta y no sé qué hacer

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—No habrás pensado que te dejaría aquí solo, ¿verdad? —El sonido de su voz me desconcierta y no sé qué hacer.

—¿Jungkook? —pregunto, sin poder creer lo que está sucediendo.

—¿Quién más? ¿Acaso pensaste que era Yoongi?

—No... yo... ¿Qué diablos crees que haces?

No obtuve respuesta de su boca, pero sus manos empezaron a hablarme: Con una mano, tiró de mí y me acercó a su pecho. Él tenía el dorso descubierto, pude sentir mi piel rozar con su musculoso cuerpo y sus pectorales duros. Su otra mano acariciaba mi brazo y subía hasta mi cuello, haciéndome estremecer —en sus brazos siempre me volví y vuelvo, gelatina— él siempre tiene control sobre mí.

Sentí como la toalla en su cintura cayó al piso e inmediatamente su polla empalada contra mi trasero. Jungkook se recostó contra la pared, abriendo un poco las piernas y conteniéndome dentro de ellas, casi a la misma altura. Estar así, él, justo detrás de mí, tan apretados, sintiendo su cuerpo pegado al mío, y dado que yo solo tenía una delgada toalla envuelta en la parte baja, las vibraciones de su polla, lograron que las cosas en mi entrepierna se complicaran demasiado.

Él no decía nada y cuando su mano se detuvo, no pude evitar pensar que se alejaría y saldría corriendo. Que me dejaría solo. Pero no solo no se fue, sino que al contrario de lo que estaba pensando, él volvió a acomodarse en su lugar y me acercó más. Nuestros cuerpos continuaban pegados. Sentía su respiración agitada en mi cuello y de repente, sus besos en mi nuca. Mi corazón se estremeció, pero no me moví, temeroso de asustarlo, temeroso de que se fuera y me dejara.

Al notar que se me aceleraba el corazón, Jungkook empezó a mordisquear el borde mi oreja, pasó su húmeda lengua por mi cuello y hasta mis desnudos hombros, mientras sus manos comenzaban a tocar mi pecho. Sus dedos capturaron mis pezones y comenzó a jugar con ellos, apretándolos suavemente. Escuché un ruido fuera, pero no me moví, quería seguir sintiendo sus caricias sobre mi pecho, y sus labios recorriendo mi cuello. El masajeo cobraba más fuerza y pequeños jadeos empezaban a abandonar mi boca, mientras la suya seguía lamiendo mi cuello y hombros. De pronto las puertas se abrieron y una pareja de chicos, entró. Se quedaron mirándonos algo sorprendidos, pero lejos de irse, decidieron quedarse como espectadores, parados en la puerta, y sin intención de cerrarla.

Las manos de Jungkook deciden entonces, que es momento de abandonar mi pecho y fueron directo al nudo de la toalla en mi cintura, deshaciéndolo y dejando que la felpa cayera a mis pies. Ellos nos miraron con lujuria, y al parecer a Jungkook eso le excitaba, porque giró mi cabeza y capturó mis labios en un beso caliente y necesitado. Su lengua recorrió mi cavidad como le dio la gana... y yo... yo estaba en completo éxtasis, tanto que olvidé por completo que la pareja continuaba mirándonos.

Escuché entonces, la voz de Jin: "Gózatelo Mochi", justo antes de que las puertas se cerraran.

Jungkook cambió nuestras posiciones, lamió mi pecho, con lengüetazos largos y rápidos, les dio toda su atención a mis pezones y yo comencé a sentir cómo en mi pelvis se iba construyendo un orgasmo, y en el momento, poco me importaba si el resto del equipo entraba de golpe. No estaba dispuesto a dejar que Jungkook me abandonara justo cuando estaba tan caliente como una perra en celo y sólo quería más sexo, más pasión, más entrega. Lo quería y necesitaba a él. No estaba dispuesto a parar por nada ni nadie... Pero, Jungkook me soltó de pronto, retrocedió dos pasos, me miró y cuando creí que la retirada estaba a punto de suceder, me sorprendió enormemente.

—Te amo, Jimin. Yo te amo. —Me quedé inmóvil, completamente desnudo y sorprendido frente a él, con ganas de querer decirle que también lo amaba, pero sin poder hacerlo, cuando una traicionera lágrima se deslizó por mi rostro. Y al parecer esa era toda la respuesta que necesitaba él, porque tomó mi mano y me acercó a su pecho, abrazándome fuertemente, antes de hablar—. Lo sé. No necesitas decir nada.

Nos besamos con ternura y pasión, su lengua buscando la mía, entrelazándose, con pertenencia y entrega, pero, sobre todo, con profundo amor...

—No llegaré a la casa —dije de pronto, al abandonar su boca. Realmente excitado, necesitado, deseándolo, queriendo ser cogido por él, en ese preciso momento.

Jungkook, apretó mis nalgas, se arrodilló frente a mí, tomando en su mano mi erguida y vibrante polla, acto seguido empezó a lamer, chupar y devorar mi polla, regalándome un orgasmo espectacular.

» Cuando las luces del gimnasio se apagaron, sabíamos que ese era el momento preciso para abandonar el lugar.

Llegamos al estacionamiento, con la ropa mal puesta, subimos a mi auto y nos dirigimos a casa. Una vez que llegamos a la residencia y bajamos del auto, Jungkook prácticamente me arrastró hasta su dormitorio y una vez dentro me llevó directo a su cama. Me soltó la mano y comenzó a desvestirse. Al ver su cuerpo desnudo frente a mí, firme, musculoso, fuerte, su magnífica polla completamente erguida... me desvestí también, para acelerar las cosas.

Tenía hambre de Jungkook. 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Compañeros y vecinos #1 🔥 HP34Donde viven las historias. Descúbrelo ahora