"Promesa" [Muichirou X T/n]

Capítulo 01

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Mis ojos se abrieron poco a poco, estaba acostada en una cama y habían varios cables conectados a mi cuerpo. No sabía dónde estaba, quizá alguien del pueblo me recogió, si corría con tanta suerte recibiría respuestas después.

Mis extremidades dolían y no tenía ganas de pararme. Un gran silencio inundó la habitación solo quedé sumida en mis pensamiento, pero el sonido de una puerta ser abierta me sacó de mi mundo.

- Veo que ya despertaste, ¿estás mejor? - Era la melodiosa voz de una mujer de pelo blanco y sedoso, sus ojos fueron los que más me llamaron la atensión, eran morados y en espiral.

- Estoy bien, gracias por ayudarme - Respondí yo, no quería ser descortés, pero sabía que pronto me echarían.

- Ten, el tiempo ha estado muy malo durante estos años el té te hará bien. - Me dió una tasa de té caliente, la cual agradecí.

- Dónde están tus padres? No es bueno que estés sola por allá afuera y menos con este clima - Su pregunta me hizo titubear no sabía que responder ni las palabra correctas para decirle.

- No tengo padres, ni adónde ir, a nadie le importa si estoy sola por ahí. Ya llevo mucho tiempo siendo un alma en pena - Si, esa fue mi respuesta, que más podía decir. Soy Azami Meisuke, tengo 11 años y desde que era una bebé mis padres me abandonaron, me dejaron en la casa de la montaña la cual estaba alejada del pueblo. Me crió la familia que vivía allí, ellos me querían mucho, pero murieron y yo quedé sola.

- Te haré algunas preguntas. - Después de un interrogatorio, terminé confesando mi pasado, solo espero poder quedarme en este lugar, al menos hasta que la nieve pare.

- ... Lo siento mucho, dime pequeña, por qué dejaste esa casa? - Interrogó una última vez, desvié la mirada mientras pensaba como explicarle.

- Un monstruo atacó mi casa cuando tenía 6 años, acabó con todo lo que había ahí, incluido esos señores. Yo logré escapar, se que no me vas a creer o me darás por loca, pero eso ya es decisión de usted. - Ella mantuvo su mirada pacífica sobre mí, parecía leerme como si fuera un libro abierto.

- Te creo, de hecho lo que te atacó fue un demonio, son criaturas que devoran humanos sin piedad alguna - Me quedé perpleja, había escuchado algo de eso, era un chisme que corrió a mis oídos.

Amane, así se llamaba, me explicó todo sobre esas criaturas y sobre la organización de cazadores que se encargaba de exterminarlos. Terminó haciéndome una pregunta, que me perturbó y me dejó pensando.

- ¿Quieres unirte a la organización y formar parte de ella?, sabiendo que vas a arriesgar tu vida por la de los demás. -

Amane había abandonado recientemente la habitación, dejándome completamente aturdida. No estaba segura, pero quizá si me unía a ellos iba a tener un propósito en la vida. Iba a sobrevivir y luchar por los más débiles, por aquellas personas que merecen vivir siendo protegidos.

Además quién sabe si en algún momento podría conseguir esa felicidad y ese cariño que siempre quise, está decidido. Voy a convertirme en una cazadora de demonios a como de lugar y así protegeré a aquellos que están indefensos como lo estuve yo. Para que nadie vuelva a sufrir, para que no se repita mi triste historia.

Me levanté aún dolorida y salí afuera encontrando un pasillo. Una de la habitaciones estaba abierta, me asomé viendo una silueta sentada en una cama mientras miraba por la ventana el cielo lleno de nubes grises y el pasto adornado de un blanco natural.

- Ocurre algo, hija mía? - Su voz era tan delicada y pacífica que hacía que olvidarás todo a tu alrededor. Por instinto me incliné mientras me disculpaba por lo bajo.

- No tienes porque disculparte, ven, siéntate un momento - Hice lo que me ordenó y me senté al frente de él. Escuchando atentamente cada una de sus palabras que eran música para mis oídos.

- Tú debes ser Azami, verdad? - Asentí, de seguro Amane es su esposa y le habló de mí, o eso supongo. Y como si estuviera leyendo mi mente, respondió.

- Amane me habló de ti, yo soy Kagaya Ubuyashiki. Oriento a los cazadores, mi esposa me dijo que te hizo la petición de unirte, ¿ya sabes cual es tu respuesta? - Nuevamente me incliné ante él, luego de volver a mi posición original, asentí.

- Quiero formar parte de ellos, se que mi vida estará en riesgo. Pero quiero dar mis fuerzas por proteger a los débiles, quiero que puedan vivir en un mundo donde no existan los demonios, en donde sean felices y quién sabe si pueda encontrar lo que tanto deseo en mi travesía. - Hablé decidida, dirigiendo mi mirada a la ventana, observando el paisaje nevado. Después de un silencio sentí unos brazos rodearme, me había abrazado, era cálido, acogedor y nostálgico, algo que no sentía hace mucho.

- Me alegro de eso, hija mía. Ambos queremos el mismo mundo, no estarás sola, ya no más. Tu entrenamiento empezará mañana - Se apartó de mi, después de colocar un beso en mi cabeza. Dando por terminada la conversación.

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