A la mañana siguiente Apo se despertó temprano como todos los días para preparar los desayunos pero en especial este día no se sentía de humor y era también por la pelea que había tenido con Mile la noche anterior.
Bajo encontrándose con Mile aún durmiendo en el sillón de la sala, entró a la cocina sacando lo necesario para empezar a cocinar, parecía que el día no iba a cooperar con él pues el exprimidor de jugos había dejado de funcionar y para el colmo la azúcar se había caído.
—Mami, Buenos días—Dijo la pequeña voz de Mos sacándolo de sus pensamientos.
—Buenos días cariño—Sonrió con cansancio besando su frente.
—Mami me pones mi moñito—Sonrió estirando el moño del uniforme—Mami, ¿porque papá está en el sillón?
—Bebé, porque no vas a sentarte—Susurro empezando a cortar la fruta.
—¿Porque lloras mamá?, mi maestra dicen que las personas lloran cuando están tristes—Susurro comiéndose la azúcar—¿Estás triste?
—No amor, las personas pueden llorar cuando están felices también, Oh, por ejemplo cuando cumpliste años lloraste bebé—Susurro apresurándose a cocinar mientras limpiaba sus lágrimas.
—¿Porque lloras entonces mami?—Pregunto jalando su mandil—Mami, mami.
—¡Mos dame tiempo!—Gruño mientras tomaba la olla caliente—¡Mierda!—chilló al quemarse con la olla.
Mile se levantó al oír la voz de apo y el llanto de Mos.
—¿Que sucede?, ¿porque le gritas a Mos?, sabes el no tiene la culpa de nuestros problemas—Dijo cargando al Niño.
—Tengo que preparar el desayuno y no para de hacer preguntas además me queme la jodida mano—hablo con molestia mientras en la planta de arriba se escuchó el sollozo de Fort—Dios.
—Se te está quemando el desayuno, trata de hacerlo bien, me llevaré a Mos a terminar de vestirse y ve a calmar al bebé.
Entró al baño para tomar él ungüento del botiquín para calmar el ardor y se encaminó a la habitación del bebé para cargarlo, no podía pensar con claridad por el ardor que aún se sentirá en su mano, después de amamantar a su bebé sirvió los desayunos y guardó la lonchera de Mos en su mochila
—Vengan a desayunar—Hablo dejando los platos en la mesa.
—¿Vas a desayunar solo eso?, una ensalada y fruta—hablo Mile—no va a llenarte.
—Estoy a dieta—Dijo sin mirarlo.
—Amor, lo siento si, sabes que me gusta tu cuerpo no es necesario que hagas estas cosas—hablo tomando las manos de Apo.
—Da igual, lo hago por mi no por ti—.
Mile asintió mientras terminaba su desayuno para irse a trabajar, extrañaba los besos en las mañanas y las caricias que le daba Apo pero después de anoche sabía que todo iba a cambiar.
—Me voy, tengo una reunión en unos minutos—Dijo tomando su maletín—¿Me darás un beso?
—Que te lo de Us—dijo entrando a la cocina.
Le parecía caliente esta actitud de Apo, moría por entrar tras él y someterlo contra la mesa y follarlo hasta que le suplicara por un descanso pero ya iba tarde.
—Adiós Papá—Sonrió Ta abrazándolo—Buena suerte en el trabajo.
—Gracias pequeño—Sonrió Mile besando su frente.
Apo salió de la cocina una vez que la puerta de la entrada se cerró.
—Papi, buenos días—Sonrió Ta sentándose en el comedor—¿dormiste bien?
—Con un poco de frío pero dormí bien cariño—Sonrió dejándole su plato—Desayuna hoy tienes cita en el médico.
Después del desayuno ambos fueron en camino al Hospital, Ta se sentía ansioso por saber el estado de su bebé, la última vez que lo había visto era un pequeño granito de arroz poco visible pero sentía que ahora había crecido un poco más puesto su pancita ya estaba algo abultada.
—¿Estás nervioso o ya quieres verlo?—sonrió Apo tomando la mano de Ta.
—Ya quiero verlo, estoy muy emocionado por ver cuánto ha crecido, ¿papi tú no tendrás otro bebé?—Pregunto Ta.
—No lo sé cariño, yo quisiera tener otro bebé pero tu padre y yo no estamos bien ahora.
Ta asintió, lo llamaron para tener su chequeo ambos entraron felices, Ta no podía creer que el hermoso sonido que inundó la habitación era el sonido del corazoncito de su bebé.
—Muy bien Ta, al parecer todo está perfecto con tu bebé y tu salud es muy buena—Sonrió el médico—solo trata de comer bien y dar paseos.
—Está bien, muchas gracias Doctor—Sonrió Ta
Ambos salieron muy contentos del hospital, iban camino a la heladería pues Ta tenía antojo de su helado favorito.
Barcode a lo lejos pudo divisar a un lindo morenito que le fascinaba y no dudó en ir hacia el.
—Ta—Sonrió viéndolo—Yo quería disculparme por lo que te hice la última vez, debía actuar maduramente y al final del día fui una mierda contigo, podrías perdonarme.
—Ta sonrió asintiendo—Esta bien pero quiero otro helado y ir al cine.
Barcode río negando pero al final del día le había comprado otro helado de fresa y lo había llevado al cine y lo lo dejó comer una gran cubeta de palomitas de maíz, cuando los llevo de regreso a casa Ta se había quedado dormido en el asiento, por lo que no dudo en cargarlo estilo nupcial hasta la habitación de Ta donde lo dejo en su cama con delicadeza y lo cubrió con sus cobijas cuando estaba apunto de irse una mano lo tocó y se dio cuenta de que era Ta.
—Te podrías quedar, tenemos frío—Susurro.
—Está bien, anda hazme un espacio—Sonrió recostándose a su lado abrazándolo con delicadeza, Ta se había acurrucado en su pecho.
Barcode pasó toda la noche admirando la belleza de Ta, podría incluso estar así una eternidad sin importar el tiempo o el espacio.
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𝙏𝙝𝙚 𝙈𝙞𝙨𝙩𝙖𝙠𝙚 (𝙅𝙚𝙛𝙛𝙏𝙖)
FanfictionUna historia donde Ta descubre las mil y un formas en que su marido lo había engañado todo este tiempo.