6. El primer beso

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Leer ese mensaje puso mis nervios de punta, ¿Tom sería capaz de armar un escándalo en este momento solo porque estoy hablando con un chico?.

Que patético sería.

El sonido de otro mensaje interrumpió mis pensamientos, de nuevo el.

—¿Por qué no me respondiste ayer?— Me escribió el chico más solicitado de los Ángeles, por el que todas se mueren y desean aunque sea un poco de atención.

—¿Es evidente, no? No quería hablar contigo— Le contesté de la manera más seca posible.

—¿Por que te comportas así conmigo?.

—¿Recuerdas cómo me rechazabas antes? Cualquier persona podia notar a Kilómetros que me odiabas Tom.

—Simplemente odiaba que me llamaras "Tommy", además de que eras un poco encimosa y a cualquier persona le podría molestar con justa razón— Me respondió mientras desde lejos veía su sonrisa maliciosa.

—¿Lo ves?— Rodé los ojos.

—Pero podemos ser amigos ahora, no es así?.

—Lo dudó Tom.

—Bueno, si es lo que quieres lo aceptaré cómo todo un caballero.

Evidentemente sabía que estaba siendo sarcástico y bueno, todos merecemos una segunda oportunidad.

—Ya está bien, dejate de dramas y ven aquí.

Simplemente ví su sonrisa coqueta al leer mi mensaje.

—¿Quieres un cigarrillo?— Me escribió seguido de sonreír.

—¿Por qué no?

Que más da fumar un cigarrillo con mi crush de la adolescencia, que tan malo podria ser ¿no es así?.

—Ahora vengo Rich— Le dije seguido de tocar su hombro y dirigirme a la salida.

Al alejarme sentí la mirada fría de Richard mientras me dirigía dónde Tom, pero no podia dejar pasar esta oportunidad por nada del mundo.

Por primera vez volveré a hablar con el en persona después de tantos años.

Me siento muy nerviosa y ni siquiera se por qué.

Mientras caminaba en dirección hacia Tom pude sentir su mirada tan cálida, tan linda, observando cómo me acercaba a el.

Deja de pensar estupideces, te mira como a todas, cómo todo hombre— Pensé.

—Hey, pero si es el famosísimo chico de trenzas— Le dije mientras llegaba a su lado.

Solo sonrió dulcemente.

Dios mío, con tan solo una sonrisa puede hacerme sentir tan nerviosa, es tan lindo, y el piercing que adorna su labio le queda increíble.

¿Algún día sus labios rozaran con los míos?.

—DEJA DE PENSAR ESTUPIDECES— Pensé nuevamente.

—Toma chica encimosa— Me dijo seguido de estirar su mano en dirección hacia mi, ofreciendome el cigarrillo.

—Gracias— Le dije con una sonrisa claramente nerviosa mientras tomaba el cigarrillo.

—¿Y como has estado? Te fuiste por años y no volvi a saber nada de ti— Me pregunto mientras me miraba ansioso por escuchar cualquier cosa que tuviera que contarle.

—Pues viaje con mis padres, ellos...— Sentí una lágrima rodar por mi mejilla mientras hablaba.

—Tranquila, no llores— Me dijo limpiando con su pulgar la lágrima que rodaba por mi mejilla.

Nuestras miradas se cruzaron por un instante, fue algo realmente mágico, con nadie me había sentido así jamás.

—Mis padres murieron Tom— Respondí con la voz cortada.

Sentía que en cualquier momento me pondría a llorar.

—Lo siento mucho— Me respondió con un tono de voz tan sincero como nadie lo había echo.

—No te preocupes, estoy aprendiendo a salir adelante.

—Me da mucho gusto, eres una chica muy fuerte.

Después de eso hubo un silencio, no supe que responderle, sabía que si lo hacía lloraría inmediatamente.

Afinó su garganta dándose cuenta de la situación y me dijo— Quieres que vayamos por unas bebidas?—

Estiro su mano esperando que yo la tomará para ir adentro.

Me levanté y tomé su mano.

—Vamos— Le respondí con una sonrisa.

Al llegar a la barra estuvimos bebiendo, demasiado a decir verdad.

Pasaron aproximadamente 3 horas y ya era demasiado noche.

—Tengo frío— Le dije bastante ebria.

—En mi coche tengo otra sudadera, vamos para que te la pongas— Me respondió evidentemente más ebrio que yo.

Nos dirigimos hacia su coche y me puse su sudadera.

Cuando estaba a punto de bajar para regresar a la fiesta Tom me tomo de la mano evitando que lo hiciera y en ese momento nuestras miradas se cruzaron por un instante.

Comenzó a acercarse lentamente a mi, a tal punto que logré sentir su respiración coordinada con la mía.

En el momento menos esperado sus labios rozaron con los míos.

Definitivamente estoy soñando— Pensé.

Parecía algo irreal lo que estaba sucediendo en ese momento.

Al despegarse de mi los dos comenzamos a reír nerviosamente, pero claramente satisfechos, era algo que los dos deseábamos que sucediera.

—Creo que es momento de regresar adentro, antes de que los chicos nos vengan a buscar— Le dije.

—Si, tienes razón.

Ambos bajamos del auto y cuando nos dirigiamos nuevamente a la fiesta salió Georg a la puerta.

—Ya es muy tarde, debería llevarte a tu casa pequeña— Me dijo mientras me sostenía.

—Si Georg— Le respondí bastante mareada.

—Hasta mañana bonita— Me dijo Tom seguido de acercarse a mi y darme un beso en el cachete de despedida.

Solo sonreí, no era consciente de lo que estaba sucediendo en ese momento.

—¿Bonita?— Dijo Georg confundido.

Solo ví a Tom riéndose mientras se adentraba a la fiesta.

—Mañana tendrás que contarme muchas cosas niña.

No le respondí, estaba casi durmiendo.

Al subir al coche de Georg  inmediatamente me quedé profundamente dormida.

ᴛᴏᴍ ᴛᴇ ᴏᴅɪᴀ, ᴏ ǫᴜɪᴢᴀ́s ɴᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora