TE ENCONTRÉ...

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▪︎faltas ortográfica                                ▪︎capítulo Largo 
▪︎ Escenas un poco violentas                   ▪︎ Narración explícita

KEIRA

Después de tantos meses volví a tener esa horrible sensación, me volví a sentir invadida, observada e insegura. Incluso cuando estaba en casa, "aislada" del peligro. Decidí dejar todo atrás pero al parecer nunca podría librarme de su deseo.

Creo que me estaba volviendo paranoica.

Pero si de algo estaba segura es de que, no podría escapar de él para siempre. tarde o temprano me encontraría.






Ya casi terminaba mi turno como mesera en una de las cafetería/restaurante más sofisticada de la ciudad a la que me había mudado. Todo iba bien hasta el instante que sentí ese escalofrío recorrer mi espina dorsal. De inmediato recorrí el lugar con la mirada un poco nerviosa e intenté mantener la calma.

《Cálmate... solo son ideas tuyas. No pasa nada, todo está bien.》

Pasada una hora termine mi turno, casi estaba anocheciendo por lo que decidí no ir caminando. Me despedí de mis compañeros de trabajo en la salida y tome un taxi a mi departamento. En todo el camino me limite a mirar por la ventana y pensar en que tal vez.. debería volver mudarme o terminaré volviéndome loca.

Al llegar a mi departamento cerré bien la puerta y me deshago de mi mochila y el abrigo. Me termino de desvestir en mi habitación y tomo una corta ducha de agua caliente, aparte de lavarme los dientes con pesar. Salgo del baño, me coloco mi ropa interior, calcetines y una ramera.

— ¿y mi teléfono? — me preguntó confundida y trato de localizarlo en alguna parte del cuarto. — Ah... en la mochila, si si. — me dirijo hacia la sala esperando no haberlo olvidado en la cafetería.

Al llegar a la sala y revisar mi mochila que permanecía tirada en el sofá, rápidamente encuentro mi celular por lo que tenía la intención de volver a mi cuarto pero.. tres cortos toques en mi puerta me hicieron detener mis pasos. Primero tres, luego dos y por último, tres  nuevamente.

Me sentí agitada de inmediato y a pasos lentos me dirigí hacia la puerta, no volví a escuchar nada por lo que, acerque mi oído a esta. Lo siguiente me hizo sentir como mi corazón se detenía abruptamente.

— Te encontré...— Lo escuche susurrar despacio detrás de la puerta.

No respondí.

Mi garganta se cerró de inmediato y mis piernas perdieron sus fuerzas de forma exagerada.

— Se que estás ahí, linda. — repitió de forma calmada. — vas a abrirme la puerta o... quieres que yo lo haga?

— Angelo...

Vivo per sentire la tua voce chiamare il mio nome. — respondió.

— Angelo, no... vete, por favor. — Volví a exclamar esta vez al borde de las lágrimas.

— Abre ya.

— Por favor..

— Se te acaba el tiempo, si no lo haces... habrán consecuencias. —amenazó. Luego sentí como se alejó de la puerta.

— ¿Estas enojado conmigo?

— No.

— Mientes.

— Nunca te he mentido, ¿o si?

Él me hacía sentir vulnerable y pequeña. Nunca me dejará ir.

Resignada ya, quite la corta cadena y las demás cerraduras. Abrí la puerta solo un poco y, pronto mis ojos pudieron visualizarlo. Tenía el cabello despeinado, su mirada era fría y calmada, estaba vestido de negro. Los primeros tres botones de su camisa estaban sueltos y una gran cantidad de sus tatuajes estaban a la vista.

Me volví a sentir intimidada por su mirada e intenté volver a cerrar la puerta en un movimiento apresurado pero él fue más rápido y coloco su pie en medio de esta.

— Ni se te ocurra. — dijo a modo de advertencia.

Por mi parte comencé a dar pasos hacia atrás, rogando porque el de arriba me ayudara o me matara. Todo menos que me dejara en manos de ese psicópata.

Cerró la puerta detrás de él y comenzó a acercarse a mí despacio. No pude evitar alarmarme y sentir el peligro que emanaba su cercanía, por lo que, hice lo que haría cualquiera en mi lugar y trate de correr lejos de él. Corrí lo más rápido que pude a mi habitación y justo cuando estaba por cerrar volvió a impedirlo, esta vez con su mano.

Me esforcé por intentar que este no entrará, empuje la puerta con todas mis fuerzas pero, este la abrió de una forma exageradamente agresiva y me tomó de cuello sin apretar mucho su agarre.

— No corriste lo suficiente. —  posteriormente embozó una sonrisa y su expresión se convirtió en una más oscura.

— ¿Qué vas a hacer? — interrogue mirándolo a los ojos.

No me respondió y seguidamente llevo su cabeza a la altura de mi cuello y aspiro de este. No es posible saber lo que pasa por su cabeza en este tipo de situaciones, por lo que, me era imposible mantenerme calmada.

— Dijiste que no estabas molesto conmigo. — Volví a decir intentando que me hablara.

— Mentí. Estoy muy molesto contigo. — su mirada se hizo más dura y su agarre en mi cuello más agresivo. — Dime algo, ¿me extrañabas o nunca pensaste en mi?

— Te extrañe. Pero no quería volver contigo! — exclame mirándolo a los ojos con ganas de llorar.

Me sujeto de la camiseta y me lanzó a mi cama, acto seguido se subió a la cama y me jalo del tobillo hacia él. Abriendo mis piernas para colocarse en medio de ellas.

Sei mia, principessa — dijo cerca de mis labios y antes de comenzar a besarme.

Al principio me resistí pero, luego dejé de resistirme. Él comenzó a tocar y a levantar mi camiseta, mientras hacía más agresiva su forma de besarme.

— No... Angelo, para. No quiero. — rogué, para luego empujarlo haciendo que se alejara.

No dijo nada y se coloco de rodillas frente a mi. Se terminó de quitar la camisa y la lanzó a algún lado, lo mismo con sus zapatos; quedando solo en el pantalón negro que llevaba. Empezó a quitar su cinturón y lo coloco a un lado con lentitud, todo esto mientras me veía directamente con una expresión seria y calmada.

— Desnudate — dijo mientras se acercaba y  depositaba besos al rededor de mi cuello y mis mejillas.

Me recosté en el espaldar de la cama y me saque la camiseta. Él se acercó y siguió besándome, estaba siendo agresivo con sus labios y brusco con sus manos. Volvió a tomar distancia y me atrajo más hacia abajo, hasta dejarme acostada debajo de su cuerpo.

— Un maldito año y tres meses sin tocarte. — dijo antes de estrellar su mano contra mí muslo — Estoy jodidamente molesto contigo.

— No seas tan bruto!

— Te he poseído de formas más bruscas y nunca pediste suavidad, ¿por qué ahora si? No seré nada gentil contigo, Keira.


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— Es la hora del castigo, Ángel.














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Gracias al potencial de este One Shot hemos decidido desarrollarlo aparte. La pueden encontrar como "CRUZÍFEL" ya publicada en mi perfil. 🙊🔥


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