Gordo empujó al lobo hacia afuera, hasta que vio que sus amigos estaban cerca.
—Vuelvan al trabajo si no quieren estar despedidos —les gruñó.
—Das miedo tan enojado, papi —se burló Rico, pero se alejó unos pasos cuando Gordo amagó a pegarle. Los otros tres también se alejaron y se fueron a trabajar, aunque con un oído en la conversación de ellos dos.
—Gordo... —intentó decirle Mark.
—¿Por qué me estás siguiendo? —le preguntó Gordo.
—Me estoy asegurando de que estés a salvo —respondió Mark.
—¿De qué?
—Ya sabes... Tipos malos. Y cosas por el estilo —murmuró el lobo.
El mismo diálogo que habían tenido hacía veintiocho años, sólo que ya no eran los mismos, en ningún sentido. Y Gordo no pensaba repetir lo dicho ese día.
—Te fuiste —le recriminó Gordo.
—Lo sé, pero... —Mark estaba por replicar.
—¡No me vuelvas a decir que fue por tu Alfa, podías elegir y lo sabías! —exclamó el brujo, unos momentos antes de que escucharan un ruido cerca del garaje de Gordo.
—¿Y qué querías, Livingstone? ¿Que me alejara de la manada y me volviera Omega? —le preguntó Mark, claramente ignorando ese sonido.
—¡Eras mi lazo, Bennett, no te hubieras vuelto Omega porque eras mi lazo! —le gritó Gordo.
—Silencio —le gruñó Mark, al volver a escuchar algo.
—¿Qué es? —le preguntó en un susurro Gordo, sabiendo que Mark había escuchado algo.
—No sé —musitó el mayor, aún intentando escuchar.
—Sirve para algo una vez en tu vida, lobo estúpido, y dime qué es —le gruñó Gordo.
—Creo que es... un llanto. Ven. —Sin preguntar, Mark agarró la mano de Gordo y lo dirigió hacia el sonido.
—Ni se te ocurra que voy a consolar a un bebé, no me gustan y lo sabes —le dijo Gordo.
—No parecía cuando nacieron Carter y Kelly —sonrió con burla Mark—. Babeabas cada vez que los veías.
—Era diferente con ellos —gruñó Gordo.
—Claro, Gordo —dijo Mark, y se detuvieron al encontrar a un niño sentado contra el tronco de un árbol, aunque oculto de todos. Lloraba en silencio.
—Pequeño... —murmuró con suavidad Gordo, acercándose.
El chico se asustó al escuchar eso y, aún con lágrimas en los ojos, intentó alejarse.
—N-No me hagan nada —rogó asustado, sabiendo que no pertenecía a ese lugar, que estaba en territorio de un Alfa.
—No te haremos nada, pequeño, lo prometemos —le susurró Mark, agachándose a su lado—. En esta manada no hacemos daño sin motivo y menos si no eres Omega. ¿Cuál es tu nombre?
—C-Creo que Robbie —susurró el niño—. Soy un Beta.
—¿A qué te refieres con creo? —le preguntó Gordo con suavidad.
—Porque no recuerdo casi nada, apenas recuerdo eso y que tengo diez años. Me desperté y de repente estaba en este territorio, y no recuerdo nada más, yo... —dijo Robbie, empezando a desesperarse.
—Tranquilo —le dijo Mark—. No importa cómo llegaste, lo importante es que necesitas ayuda —añadió, tendiéndole la mano para ayudarlo a levantarse. Robbie la agarró con algo de desconfianza y se paró. Miró a Gordo
—¿U-Usted es un brujo? —susurró viendo los tatuajes y todo eso.
—Sí —le sonrió Gordo—. No te haré nada, el estúpido ese tampoco. —Señaló a Mark.
—¿Vamos? Te guiaré con mi hermano, el Alfa. No te hará nada, te lo prometo —le dijo el lobo, ignorando lo dicho.
Robbie asintió con timidez, acercándose un poco más a Gordo, quien acarició su hombro.
—¡Ox! —lo llamó Gordo—, dile a los chicos que vuelvo en un rato —le dijo al ver que se acercaba lentamente.
—¿A dónde vas? —le preguntó Ox, y Livingstone negó.
—No importa. Sólo diles eso —le dijo, y Ox asintió y se fue al garaje.
—Vamos —les dijo Mark a Gordo y Robbie con suavidad, y se fueron hacia la casa al final del camino. Livingstone no quería ir pero tendría que hacerlo de todos modos.

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Volver (Green Creek)
Fanfiction-¿Por qué me estás siguiendo? -le preguntó Gordo. -Me estoy asegurando de que estés a salvo -respondió Mark. -¿De qué? -Ya sabes... Tipos malos. Y cosas por el estilo -murmuró el lobo. El mismo diálogo que habían tenido hacía veintiocho años, sólo q...